28.12.23. Santos inocentes. Llora Raquel en Rama/Belén por la muerte de todos los niños

En el centro de Navidad ha situado la Biblia la memoria de unos niños Inocentes sacrificados porque Herodes rey tuvo miedo de que ellos pudieran destronarle. 

Herodes  se enojó sobremanera y mandó matar a todos los niños varones en Belén y en todos sus alrededores, de dos años de edad para abajo, conforme al tiempo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías, diciendo: Voz fue oída en Ramá; grande llanto y lamentación. Raquel lloraba por sus hijos, y no quería ser consolada, porque perecieron (Mt 2, 16-18).

Parmi les « pro-choix » on retrouve des partisans de l'infanticide ...

Introducción

El evangelio nos sitúa ante el riesgo de un infanticidio que conduce a la muerte universal de la humanidad: Reyes y estados del mundo, familias “bien” e incluso eclesiásticos matamos, excluimos y violamos a niños para mantener nuestro poder, por cuestiones de «seguridad nacional o por puro egoísmo». Esta matanza de los "santos inocentes" puede conducirnos a la muerte de la humanidad entera. 

Desde esa perspectiva, este relato de Mt 2 no cuenta sólo algo que pasó sólo una vez, en tiempos del mal Herodes, algo que sucede. Matamos a los niños de Belén y Gaza, a los niños de esta humanidad. Por eso, Raquel, la madre de los niños amenazados llora en Rama (junto a Belén) sin consuelo.

Herodes(rey/sistema que mata a los niños) no es un monarca  que pasó; nuestra misma sociedad se ha vuelto Herodes que sigue matando inocentes. La muerte de millones de niños ha venido convertirse en garantía de nuestra prosperidad de reyes del mundo hechos tiranos, de miles y millones de herodes que matamos a los niños para mantener nuestro trono.

De esa forma, el evangelio de Mateo ha trazado, en el entorno del nacimiento y la infancia de Jesús, una de las “historias” más lúcidas sobre la violencia humana.

Sin duda, en el fondo del relato hay un recuerdo de Herodes que, en los últimos años de su vida, enfermo de terrores, mandó matar a casi todos aquellos niños o mayores (en especial de su familia) que podían representar una amenaza en contra de su Trono. Pero Herodes no fue una excepción: el evangelio sabe que, para mantenerse en el poder, tiranos e imperios o pequeños grupos y familias  matan y violan a los niños, para mantener su poder, para cultivar su placer de pederastas pedófilos, asesinos de niños.

  Mateo evoca de esa forma una historia bien conocida, que Flavio Josefo ha contado al detalle. Para liberarse de sus opositores, Herodes, de manera que se decía que era preferible ser un cerdo (hys) en su caso que un hijo (huios), porque un cerdo podía librarse más fácilmente de la muerte que un hijo. Esta es la tragedia que el evangelio han evocado escuchando en el entorno de Belén el lamento de la Madre Raquel que llora a sus hijos muertos. Entre esos niños muertos ha nacido Jesús. Ellos han sido sus primeros testigos, los primeros «santos» de su evangelio, «santos inocentes», millones y millones que mueren en el mundo como víctimas de la violencia política, social, familiares, incluso, religiosa. Herodes quiso matar a todos los niños “inocentes”, pero no logró matar a Jesús, el verdadero Mesías.  

Puede ser una imagen de una persona y bebé

(Este niño, llamado Leo, nacido de Ane Pikaza, hace 15 días, dice con las manos alzadas que quiere salvar el mundo, en inglés. Que lo diga también en euskera, castellano, hebreo y árabe... con su amá y con toda la tropa de los que queremos que sea en verdad Navidad).

Tabla de santos inocentes, sacrificados para que otros vivan/vivamos:

  1. Niños de aborto, que mueren si haber nacido. Los que mueren (son matados) antes de nacer. No es fácil saber cuándo empieza a existir un nuevo ser humano, en el vientre de su madre. Sea cual fuere ese momento (en la concepción, a las primeras semanas, a los tres meses…), hay un momento en que el “embrión” es ser humano y matarle es matar a un inocente (con Jesús).
  2. Niños de la calle, sin familia ni estado que les acoja, niños “de Dios”, abandonados en suburbios de grandes ciudades del mundo, en lugares de “menas”, víctimas de la desintegración social, niños de cuevas, descampados, comprados y vendidos al servicio de multinacionales del odio o del dinero.. Así presenta el evangelio de Lucas a Jesús.
  3. Los niños carentes de cariño… Niños que son víctimas de una sociedad que no tiene tiempo para ellos, sin familia de amor, de cercanía personal, de cuidado directo… No hace falta matar, como se dice que hizo Herodes. Basta con dejar a los niños abandonados en nuestras neurosis de mayores, en manos de puras máquinas (tablets, móviles…) para que ellos nazcan y crezcan en un clima de violencia y soledad persona, e inseguridad que después condenamos en ellos
  4. Niños del hambre, en manos de madres o padres que no pueden, que no saben, que lo quieren, dentro de un mundo donde el exceso de alimentos y riqueza de algunos condena a la muerte de hambre a millones de niños cada año. Niños de la gran riqueza malgastada en otras guerras de poder, violencia y egoísmo...
  5. Niños de la guerra, directamente asesinados, abandonados, perdidos entre bombas, en Gaza o Ukrania, en Somalia o Sudán del Suer. Miles y miles de niños, millones de inocentes, víctimas de la prepotencia del poder de los nuevos herodes… Ciertamente, muchos políticos dirán que son simples “daños colaterales”. Para el evangelio, ellos son el centro de la historia, compañeros de Jesús.
  6. Los niños víctimas colaterales… Para que triunfe Herodes, para que triunfe el Faraón de turno… han de morir millones de niños. Se dirá que son «víctimas colaterales» de la violencia del Dios de esta creación. Dirán, incluso los nuevos señores, faraones o herodes de este tiempo, , que están dispuestos a construir bombas inteligentes que no maten a los niños, sistemas económicos que respeten la vida de los desprotegidas..… Pero todo eso son mentiras. Donde se extiende la violencia y la opresión las primevas víctimas son los niños (y las mujeres)
  7. Niños y niñas del tráfico sexual, del tráfico de órganos humanos, de minas de preciosos minerales, , condenados al comercio de las organizaciones mafiosas y al turbio placer de los pedófilos de cualquier signo. Ellos, los niños violentados de diverso modo, ofrecen en la actualidad uno de los rostros negativos más hirientes de la Navidad. Ellos, los niños y niñas de Jesús

EXCURSO 1: MOISÉS, SALVADO DE LAS AGUAS DEL FARAÓN; JESÚS, SALVADO DE HERODES.

    La historia de Jesús, salvado de Herodes, huyendo a Egipto (según Mt 2), invierte y cumple la historia de Moisés (que significa salvado de las aguas de Egipto). Los que nosotros queremos matar son los que nos salvarán. El evangelio de Mateo entiende a Jesús como nuevo y verdadero Moisés, aquel a quien quisieron matar para gloria del sistema de Herodes o del Faraón

          Estrictamente hablando, Moisés no debería haber nacido, tenía que haber sido abortado matado al nacer,(pues el Faraón había decretado la muerte de los niños hebreos varones. Pero el sistema de los faraones también falla y nunca logra controlar del todo el mundo de la vida, como recuerda la acción de las buenas comadronas (Ex 1, 15-21), que, en contra de la mala ley egipcia, ayudaban a nacer a los niños hebreos.

El Faraón insiste y busca otra manera de matar a los hebreos: «A todo niño que nazca le echaréis al Nilo, pero a las niñas las dejaréis con vida» (Ex 1, 22). El río de Egipto, que fuente de riqueza y vida apara unos se convierte por ley económico-social en ciénaga de muerte para los hebreos. Pero el sistema sigue teniendo fallos y la Biblia nos dice que

una mujer de la tribu israelita de Leví «concibió y dio a luz un hijo. Y viendo que era hermoso lo tuvo escondido durante tres meses. Pero no pudiendo ocultarlo ya por más tiempo, tomó una cesta de papiro y la calafateó con betún; metió en ella al niño y lo puso entre juncos, a la orilla del río», mientras María, hermana mayor de Moisés, vigilaba junto al río (Ex 2, 1-3).

Las aguas fueron favorables y llevaron al niño al lugar donde se bañaba la hija del Faraón, que le vio balancearse y le adopto como hijo propio, confiando su cuidado a una nodriza hebrea (precisamente a la madre del niño), de manera que pudo llamarse Moisés, nombre egipcio que en hebreo podría significar «de las aguas lo he sacado». El Mesías Moisés de los hebreos, tenía que haber sido asesinado, pero le salvaron tres mujeres de piedad, en contra de la ley del faraón/estado:  

(a) La madre hebrea que se arriesgó dándole a luz y, manteniendo vivo y oculto al niño, en contra de la ley del Faraón, poniendo la experiencia y gracia de la maternidad y de la vida por encima de todas las leyes.

(b) La hermana (María) que vigiló su lugar entre las aguas, para ser luego mediadora entre la madre hebrea y la egipcia. Ella es la figura de la mujer hermana, que sabe mantenerse en el lugar del riesgo y así arriesga su vida por la vida del hermano. La tradición la identifica con María, compañera posterior de Moisés, la primera profetisa de la liberación (cf. Ex 15).

(c) La hija del Faraón pertenece al mundo de los dominadores. Sin embargo, como mujer, ella se apiada del niño abandonado y, por eso, lo acoge como propio, poniendo las leyes divinas de la vida por encima de la ley del padre. Ella representa el lado débil del sistema: va en contra de la ley de su padre y, escuchando la voz de su corazón (como una Antígona de Egipto), adopta al niño y lo educa como propio. Descubrimos así que a pesar de todos sus esfuerzos, el Faraón no ha conseguido imponer su ley de muerte en el reino. Dentro de su misma casa y sangre halla mujeres que desobedecen, aunque para ello deban actuar de forma oculta o escondida. Estas mujeres reflejan el sentido primigenio de lo humano y superan las leyes opresoras del sistema.

Así sucedió con Jesús, nuevo Moisés… que nació en una cueva de Belén, aunque los parientes de la ciudad le expulsaron de ella… y fue llevado a Egipto por José y por Marías, su madre, en contra de la ley de Herodes/Faraón judío de entones.

EXCURSO 2. LA HISTORIA DE MATEO 2. LECTURA “CRÍTICA”

  El evangelio de Mateo no quiere detallar críticamente un hecho de la infancia de Jesús  sino evocar algo más inquietante y profundo: Por mantener su poder (por "seguridad nacional"), muchos reyes y estados ha matado y siguen matando a los más niños inocentes, que forman el último eslabón de la cadena de la vida. Desde esa perspectiva, este relato no cuenta un suceso aislado, que pasó una vez, al final del reinado de Herodes, para no suceder ya más, sino algo que sucede actualmente en una humanidad que vive y triunfa dejandomorir o matando a sus hijos. Herodes no es un rey/estado/sistema económico-social  de otro tiempo, sino signo de nuestra sociedad que vive matando inocentes:

 Mt 2 16Entonces, Herodes, al verse burlado por los magos, se enojó mucho y mandó matar a todos los niños varones en Belén y en todos sus alrededores, de dos años de edad para abajo, conforme al tiempo que había averiguado de los magos. 17 Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías, diciendo: 18 Se escuchó una voz en Rama; grande llanto y lamentación. Raquel lloraba por sus hijos, y no quería ser consolada, pues no viven, ya no son. 

Mateo introduce en este contexto el recuerdo histórico de la crueldad de Herodes, con sus numerosos crímenes, y el asesinato de varios de sus hijos, que podían aparecer de alguna forma, aunque lejana, como aspirantes a su trono. Pero el texto de Mateo dice más, y así lo hace reinterpretando una cita esencial de Jeremías (cf. Jer 31, 15), donde se habla de la madre  Raquel que llora a sus hijos muertos (cf. Jer 31, 15-16).

Mateo recrea ese pasaje en el que Jeremías presentaba a Raquel, madre de las tribus de José y Benjamín (reino de Israel), llorando en su tumba, porque sus hijos habían sido llevados al exilio (el 721 aC). Pero, la nueva llamada a la esperanza que surgió en tiempos del rey Josías (640-609 aC)  hizo que Jeremías cambiara su mensaje de luto, anunciando un tiempo nuevo de alegría: «Cese ahora tu llanto... se acercan ya tus hijos» (cf. Jer 31, 16).

 Raquel, madre y compendio del pueblo (Israel y Judá), llora sin esperanza porque sus hijos (¡todos los israelitas!) corren el riesgo de ser destruidos. Evidentemente, no está hablando ahora de algo que paso hace siglos, del llanto primitivo de Raquel por el exilio de las tribus del norte (en torno al año 730 aC), ni  siquiera de los posibles muertos del tiempo de Herodes, que asesinaba a sus hijos para  seguir reinando él sólo, sino que alude a un tipo de comunidad/familia humana que, cerrándose en sí misma, no abriéndose a la vida de los niños, corre el riesgo de destruirse, de manera que Raquel ha de seguir llorando en la tumba por sus hijos.

El texto nos sitúa ante un riesgo de tipo mesiánico, pero con un fondo social, que amenaza no sólo al judaísmo rabínico, sino a la sociedad actual y la misma Iglesia: Aquellos que rechazan a Jesús (=que oprimen, dejar morir, matan o violan a niños) quedan en manos de la muerte, esto es, de una violencia que se extiende inexorable. En este contexto se sitúa, según Mateo, el gemido de la Madre Raquel, llorando a sus hijos muertos. El conjunto del evangelio de Mateo intentará responder a ese llanto, contando la historia de Jesús, abierta a la vida y salvación de todos los pueblos (Mt 28, 16-20) Dios quiere por Jesús la salvación de todos los niños y pueblos… pero los hombres pueden destruirse y matarse a sí mismo, matando o violando a los niños[1].

EXCURSO 3. LOS ÁNGELES DE LOS NIÑOS (MT 18, 10). UNA CONCLUSIÓN AMENAZADORA PARA LOS PAISES RICOS DEL RICO OCCIDENTE.

Solemos hablar del ángel de la guarda de los niños, y por extensión del “ángel custodio” de los niños. Así dice Jesús:

Tened cuidado, no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos. Éstos son los ángeles de los excluidos, de los expulsados, de los encarcelados y enfermos, de los emigrantes y especialmente de los niños… Dios mismo es el “ángel” de los niños e inocentes. Matándoles o violándoles a ellos matamos a Dios en nuestra tierra..

Este pasaje evoca la angelología más influyente del Nuevo Testamento, la que más huella ha dejado en los cristianos, que han formulado a partir de ella su visión de los ángeles custodios, que proviene del Antiguo Testamento, que habla de los ángeles de Dios (distintos del Ángel de Yahvé), como servidores suyos, que expresan su presencia y cantan su alabanza.

− Antiguo Testamento. Los ángeles son espíritus poderosos, que bendicen al Señor celeste y cumplen su voluntad (Sal 103, 20); son “hijos” del Dios de la vida (cf. Sal 29, 1), que cantan su gloria (Sal 148, 2), miles y millones de servidores celestes (Dan 7, 10), inmersos en un río ardiente (es decir, en el Dios Fuego de vida). La tradición posterior ha puesto nombre a varios de sus órdenes o coros, y así habla de los serafines de Is 6 y de los querubines de Ez 1 (con los tronos, dominaciones potestades, virtudes, arcángeles…), y los distingue de un modo radical de los ángeles malos, convertidos en demonios. De esos ángeles buenos ha tratado Hebreos, y les llama espíritus de Dios, llamas de fuego (Heb 1, 5-7).

− El Nuevo Testamento habla de ángeles, y los presenta con cierta frecuencia, sobre todo en los relatos del nacimiento de Jesús (Lc 2, 13) y de las tentaciones (Lc 4, 11)… Pues bien, conforme a nuestro pasaje, los ángeles son signo y garantía de la presencia de Dios en los niños y pequeños. En esa línea, el más significativo de los pasajes “angélicos” de Mateo es éste (18, 10), donde el mismo Jesús dice que los ángeles de los pequeños “contemplan en el cielo el rostro de mi Padre”. En contra de los vigilantes/custodios de la tradición de 1 Henoc, estos ángeles “guardianes” no invaden la tierra y violan mujeres (destruyendo así la humanidad), sino que ayudan y acompañan a los más pequeños.  

− Son Ángeles de los más pequeños. Nuestro pasaje presenta a los ángeles como protectores/intercesores de los más pequeños de la comunidad, en un gesto de radical inversión del mundo angélico. Ciertamente, Ap 1, 20 puede hablar de los ángeles de las siete iglesias, y de otros ángeles numerosos, en línea de poder. Por su parte, Pablo supone que los ángeles están presentes en la celebración eclesial (cf. 1 Cor 11, 10), pero añadiendo que nosotros, los hombres, estamos por encima de ellos pues tenemos el poder de juzgarles (1 Cor 6, 3; cf. Rom 8, 38). Pues bien, sólo este pasaje de Mateo habla de los ángeles de los pequeños como tales.

− Ángeles de la comunidad que cuida, acoge y ama a los pequeños. Esta función de los ángeles de Dios, que están al servicio de los más pequeños, es un dato esencial de la “eclesiología” de Mateo. Ellos pueden estar relacionados con los espíritus poderosos de las iglesias del Apocalipsis (desde Ap 1, 20)  

Este tema es actualmente  central en los países ricos de occidente (Europa, USA) que no permiten la entrada de niños extranjeros (o de extranjeros con un índice fuerte de natalidad) que en unos años pueden convertirse en grupo social dominante, tomando el poder que controlado por los “indígenas” (es decir, por los grupos privilegiados de la sociedad).

Estamos creando una sociedad de reyes-herodes. Un tipo de partidos políticos defienden leyes de tipo herodes, a fin de que que en veinte o cincuenta años los niños árabes, negros o indios de diverso tipo no se multipliquen y tomen el poder.

Este es un miedo general de Europa y de USA, que no mata directamente a los niños de grupos que pueden volverse dominantes (y expulsarles de sus tronos), como hacía el rey Herodes el Grande de Jesús, pero que les impide triunfar y volverse dominantes.

La mayoría de nosotros (cristianos y no cristianos) nos sentimos incómodos antes esta “política infanticida” de Herodes…,pero de hecho la estamos defendiendo, con argumentos de diverso tipo.

Pues bien, junto a  este riesgo del infanticidio (matar directamente a los niños) está el riesgo de la “pederastia”, clerical o no clerical, que consiste en utilizar sexualmente a los niños por razón un egoísmo sexual de los grupos dominantes.

 La historia de Mt 2 afirma que el rey Herodes  aquel rey organizó una gran matanza o “violación” directa o indirecta de niños que podían suplantarle, aunque no logró matar a Jesús, porque José y María fueron más hábiles y lograron llevarle como refugiado a Egipto. Pues bien, de los niños violados o en riesgo de “muerte” corporal, social o afectiva  trata esta fiesta de los santos inocentes, en el centro del tiempo de la Navidad: 28.12.23.

 Ni Herodes ni el Imperio romano lograron matar a Jesús para siempre, pues él ha resucitado; pero aquellos que quieren matar a Jesús corren el riesgo de destruirse a sí mismos, de forma que el infanticidio se convierte en suicidio universal

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