¿Una revolución de los fariseos? Preámbulos

1. Nota histórica: Fariseos en Flavio Josefo
Hacia finales del siglo I d. C., Flavio Josefo, que había sido sacerdote de Jerusalén y rebelde contra Roma (comandante del ejército judío en Galilea), para ponerse después al servicio del emperador romano, ha escrito las obras históricas más importantes sobre el judaísmo de su tiempo. A través de su obra conocemos la tres “filosofías” básicas del judaísmo de aquel tiempo (fariseos, saduceos, esenios). Él nos habla de los celotas. Su visión del fariseísmo es muy positiva, como indican los textos que siguen:
Los fariseos, que son considerados como los intér¬pretes más cuidadosos de las leyes, y que mantienen la posición de secta dominante, atribuyen todo al Destino y a Dios. Sostienen que actuar o no correctamente es algo que depende, mayormente, de los hombres, pero que el Destino coopera en cada acción. Mantienen que el alma es inmortal, si bien el alma de los buenos pasa a otro cuerpo, mientras que las almas de los malos sufren un castigo eterno (Guerra judía 2, 8, 14).
En cuanto a los fariseos, dicen que ciertos sucesos son obra del destino, si bien no todos. En cuanto a los demás sucesos, depende de nosotros el que sucedan o no (Antigüedades judías 13, 5, 9).
• Los fariseos siguen la guía de aquella enseñanza que ha sido transmitida como buena, dando la mayor importancia a la observancia de aquellos mandamientos... Muestran respeto y deferencia por sus ancianos, y no se atreven a contradecir sus propuestas. Aunque sostienen que todo es realizado según el destino, no obstante no privan a la voluntad humana de perseguir lo que está al alcance del hombre, puesto que fue voluntad de Dios que existiera una conjunción y que la voluntad del hombre, con sus vicios y virtudes, fuera admitida a la cámara del destino. Creen que las almas sobreviven a la muerte y que hay recompensas y castigos bajo tierra para aquellos que han llevado vidas de virtud o de vicio. Hay una prisión eterna para las almas malas, mientras que las buenas reciben un paso fácil a una vida nueva. De hecho, a causa de estos puntos de vista, son extremadamente influyentes entre la gente de las ciudades; y todas las oraciones y ritos sagrados de la adoración divina son realizados según su forma de verlos. Este es el gran tributo que los habitantes de las ciudades, al practicar el más alto ideal tanto en su manera de vivir como en su discurso, rinden a la excelencia de los fariseos... (Antigüedades 18, 1, 3).
La obra de Josefo contiene, además, muchas referencias al papel político y social de los fariseos… Conforme a su visión, podemos pensar que los fariseos empezaron siendo un partido político de tipo nacionalista, para convertirse poco a poco en un grupo religioso, de piedad familiar fuerte. Es como si los fariseos hubieran descubierto la imposibilidad de cambiar la situación de Israel por la política y se hubieran convertido en nacionalistas religiosos, fundadores de lo que será el judaísmo posterior rabínico, hasta el día de hoy. Desde un punto de vista teológico, ellos creían en la libertad e inmortalidad del alma, con el juicio final y la resurrección de los muertos. Creían en la necesidad del cumplimiento de las buenas obras, dentro de la tradición de Israel: eran austeros y honrados y estaban dispuestos a renovar el judaísmo desde la fidelidad a las tradiciones de los antepasados.
2. Nota crítica: Tipos de fariseos en el Talmud
Tras la ruina del templo y del estado judío (tras las guerras del 67-70 y del 132-134 d. C.), el fariseísmo de tipo rabínico logró recrear la identidad de Israel, tal como se ha fijado en los grandes libros y tradiciones de la Misná y del Talmud. En ese sentido, los fariseos son los “padres del judaísmo” actual. Se puede decir que el judaísmo antiguo ha quedado y se ha expandido en dos líneas, la línea de Jesús, de tipo universalista, y la línea de los fariseos (de tipo nacionalista). Desde esa perspectiva tenemos que rendir nuestro homenaje a los fariseos.
Pues bien, el mismo Talmud, que es heredero de la tradición farisea (fundado en las tradiciones de los fariseos) ha tenido el humor (y en honor) de presentarnos siete tipos de fariseos. Los cinco primeros son negativos…; sólo el último es totalmente positivo. Será bueno que los recordemos.
1. El fariseo del hombro: lleva la Ley como una carga; por eso va encorvado, bajo el peso de los mandamientos, como si llevara siempre un fardo sobre los hombres. Es un fariseo hipócrita: quiere que todos vean la carga que lleva, el peso de ser “bueno”. Se le puede llamar “fariseo medalla”: es como si llevara siempre una medalla pesadísima… Que todos los vean, que todos le admiren, que todos sepan lo que cuesta ser bueno.
2. El fariseo del cálculo, que obra por interés. Ciertamente, está dispuesto a hacer “obras de caridad”, pero sólo para que le vean. Por eso anda espiando y mirando el momento en que puede venir a la plaza y hacer una obra buena, con bombo y platillo… calculando el provecho que ella puede darle. Lleva una contabilidad espiritual, pero más ante los hombres que ante Dios.
3. El fariseo ciego, fariseo de pared, siempre triste y cabizbajo. Se dice que anda siempre cabizbajo y triste, para evitar las malas obras. Se dice también que cierra los ojos, para no caer en la tentación. Por eso cuando pasa cerca de una mujer hermosa no la mira… no mira nada, de manera que cae en el hoyo o se da contra la pared. Éste es el fariseo que no disfruta, ni deja disfrutar a los demás, que convierte la religión es un pesar constante, en una represión y ceguera. Dios nos ha dado los ojos para cerrarlos cuando algo bueno pasa ante nosotros.
4. El fariseo campanilla, que obra por ostentación religiosa y social. Se viste con vestiduras de religión (filacterias, mantos, capas….) para que le vean… Reza en las plazas en los momentos de más aglomeración, se pone siempre en el centro de las calles, en el centro del templo…. Tiene necesidad de decir a los demás que es religioso y que ellos deben serlo. Van dando siempre buen ejemplo, como si fuera responsable de que los demás vean a través de él la necesidad de la religión. Va tocando siempre a “misa” o a oración.
5. El fariseo contador, el especialista en renta per cápita de tipo religiosa. Va preguntando siempre las obras que le quedan por hacer para llegar a ser muy bueno. Calcula sin cesar el haber y el debe de su cuenta religiosa. Lleva un cuaderno de contabilidad, es un capitalista religioso y puede saber los méritos que tiene, el capital espiritual del que dispone.
6. El fariseo temeroso. Se le suele comparar a veces con Job, aunque esta comparación no es del todo buena, pues Job no es hombre de temor sino de protesta ante la injusticia del mundo. Sea como fuere, este tipo de fariseo se deja llevar por el temor de Dios. No es malo, es mejor que los anteriores, pero todavía no ama a Dios por sí mismo, sino que le obedece porque tiene miedo al castigo. Es un fariseo pequeño, pues cree que Dios es pequeño y que nos quiere tener sometidos. Así se somete por miedo al castigo
7. El fariseo amador, que suele compararse con Abrahán. Es el que ama a Dios por el gozo de amarle, es el cumple los mandamientos por el gozo de cumplirlos, es el que puede amar a todos los hombres. Éste es el único fariseo bueno, según el Talmud (Sota). Los cristianos pensamos que Jesús fue un “fariseo” de este tipo.
3. Nuevos tipos de fariseos
Los tipos anteriores de fariseos (criticados por el Talmud) son significativamente los mismos que el Nuevo Testamento ha criticado. Bastará ojear el Nuevo Testamento para ver que tanto Jesús como la tradición de los evangelios han criticado un tipo de fariseísmo ostentoso, ciego, hipócrita… Pero hoy no quiero insistir en ese tema, sino sólo recordar tres nuevos tipos de fariseos… que están en el fondo de algunas cosas que se han venido diciendo en este blog:
1. ¿Fariseo Gordo? En mi imaginación infantil presenté al fariseo como “gordo con puro”. M. Enrique me ha criticado con toda razón. Yo soy gordo" (creo que hago dieta inútilmente desde que tengo uso de razón y por eso me pregunto ¿cuál puede ser la causa por la qué siempre, cuando se quiere mostrar a alguien desagradable y malo" (mirando las películas norteamericanas es evidente) en muchísimas oportunidades (casi diría mejor, ineludiblemente) aparece un gordo. Y sin embargo, creo que todos sabemos que la gordura es una enfermedad, o si se lo prefiere, una discapacidad. Estoy plenamente convencido de que Xabier no recurrió a esa "figura" en forma consciente… Gracias, Enrique, pensando las cosas desde la historia del Talmud y del Evangelio, pienso que los fariseos eran más bien tipos de ayuno ascético… Veré mañana lo que implica ayudar dos veces a la semana. Quizá podemos borrar lo del fariseo gordo.
2. Fariseos “invertido. J Manuel hace un juego hermoso…de inversión de Roles:(1) Lo peor sería comportarnos como el publicano en la vida y como el fariseo en el templo: Los publicanos eran hombres sin escrúpulos que ponían el negocio por encima de todo; los fariseos, al contrario, eran, en la vida práctica, muy austeros y observantes de la Ley. Lo peor sería parecernos, al publicano en la vida y al fariseo en el templo si, como el publicano, somos pecadores y, como el fariseo, nos creemos justos. (2) Invertimos roles, al revés: ¡fariseos en la vida y publicanos en el templo! Como el fariseo, intentemos no ser en la vida ladrones e injustos, procuremos observar los mandamientos y pagar las tasas; como el publicano, reconozcamos, cuando estamos en presencia de Dios, que lo poco que hemos hecho es todo don suyo, e imploremos, para nosotros y para todos, su misericordia. (¡Es sólo un juego, pero un juego hermenéuticamente peligroso!)
3. Fariseo ubicado Luis. R. dice: “2L texto plantea tantas cosas...muchas me gustan. Otras menos: Supongo que simplifico, pero el texto parece confirmar que la ubicación determina una forma de ser, un apriori de limpieza de corazón automático: si estás socialmente ubicado en la posición X ya eres una persona tipo A y si estás ubicado en Z eres tipo B”. En esta línea, a unos les habría tocado ser fariseos, a otros publicanos… De todas formas, pienso que Luis intenta superar este automatismo.
Conclusiòn
Seguiré mañana con el tema... destacando el ayuno y los diezmos del fariseo del evangelio