Carta desde África a una mamá primeriza de 67 años
(AE)
Muy Señora Mía:
Hasta este rincón de África nos ha llegado la noticia del feliz alumbramiento de sus gemelos, de lo cual nos alegramos mucho porque, como dice la gente por aquí, un niño es siempre una bendición… No me cabe la menor duda que Ud. ha deseado tener esos bebés y también los acogerá como una bendición… lo que yo me pregunto desde mi ignorancia y mi distancia es si Ud. como madre de tan avanzada edad es una bendición para ellos o no. Permítame que, desde el cariño pero también desde la sinceridad, lo dude.
Ya sé que Ud. me podrá decir que me meta en mis asuntos y que escriba de la metamorfosis del gusano de seda o de los ritos zulúes precoloniales en vez de hacerle esta perorata… pero es que da la casualidad que vivimos en el mismo mundo… y desde la perspectiva de “este mundo” al que llaman el Tercero quisiera decirle que los montones de dineros y esfuerzos que Ud. ha empleado en fertilizaciones in-vitro y otros tratamientos hubieran sido mejor empleados si se hubieran dirigido a causas más “nobles” que la de ser madre a los 67 años. Ud. condena a sus gemelos a una infancia y adolescencia conviviendo con una abuela más que con una madre. ¿No le parece un gesto egoísta, el forzar la naturaleza con tal de salirse con la suya? A lo mejor se inventa el elixir de la juventud y Ud. puede volver a la frescura de los 20 años, pero mucho me temo que se va a llevar Ud. los niños al asilo de ancianos cuando por debilidad de la naturaleza humana Ud. no pueda valerse por sí misma.
Le explico porqué le digo esto y me muestro tan duro con su actitud: le escribo desde el Sudán donde hay estadísticas que hablan por sí mismas: en esta región del Sur de Sudán (estadísticamente hablando, repito) la posibilidad de que una niña muera durante el parto es mucho mayor que la posibilidad de que esa misma niña termine su educación primaria. La mortandad tanto maternal como infantil son altísimas y el porcentaje del número de niños que no llega a los 5 años iguala a este país con una de las peores situaciones de sanidad del mundo. Me hubiera hecho ilusión que, en vez de intentar el “más difícil todavía” e hiciera su triple salto mortal de la producción demográfica en la Tercera Edad… Ud. hubiera contribuido a que en estos países los niños puedan crecer más sanos y las niñas no se desangren bajo un árbol intentando ir al dispensario más cercano que sin duda estará todavía a muchos kilómetros de distancia. ¿Porqué no se le ocurrió fundar una maternidad? Generaciones de personas se lo hubieran agradecido.
Desde la perspectiva de este país africano y esta situación tan crucial donde la salud (primaria) es un bien tan escaso, me parece que acciones como la suya nos hablan de un mundo que no acepta los límites naturales y que no para de rizar el rizo en sus ambiciones de “grandeza científica”… haciendo posible que alguien dé a luz con casi 70 años, cambiando códigos genéticos o clonando todo lo clonable… Perdone que le diga, situaciones como la suya, me parecen una sinvergonzería, como dicen en mi tierra, porque condena Ud. a sus dos churumbeles a una situación de orfandad casi anunciada… y desde esta perspectiva desde donde le escribo, con tanta pobreza y miseria humana, su acción me parece aún más abominable. Siento ser así de sincero. Por favor, no se tome a mal estas consideraciones, están hechas con mucho cariño y mucha sinceridad.
Que Ud. disfrute a sus hijos… y, sobre todo, que sus hijos la disfruten a Ud.
Muy Señora Mía:
Hasta este rincón de África nos ha llegado la noticia del feliz alumbramiento de sus gemelos, de lo cual nos alegramos mucho porque, como dice la gente por aquí, un niño es siempre una bendición… No me cabe la menor duda que Ud. ha deseado tener esos bebés y también los acogerá como una bendición… lo que yo me pregunto desde mi ignorancia y mi distancia es si Ud. como madre de tan avanzada edad es una bendición para ellos o no. Permítame que, desde el cariño pero también desde la sinceridad, lo dude.
Ya sé que Ud. me podrá decir que me meta en mis asuntos y que escriba de la metamorfosis del gusano de seda o de los ritos zulúes precoloniales en vez de hacerle esta perorata… pero es que da la casualidad que vivimos en el mismo mundo… y desde la perspectiva de “este mundo” al que llaman el Tercero quisiera decirle que los montones de dineros y esfuerzos que Ud. ha empleado en fertilizaciones in-vitro y otros tratamientos hubieran sido mejor empleados si se hubieran dirigido a causas más “nobles” que la de ser madre a los 67 años. Ud. condena a sus gemelos a una infancia y adolescencia conviviendo con una abuela más que con una madre. ¿No le parece un gesto egoísta, el forzar la naturaleza con tal de salirse con la suya? A lo mejor se inventa el elixir de la juventud y Ud. puede volver a la frescura de los 20 años, pero mucho me temo que se va a llevar Ud. los niños al asilo de ancianos cuando por debilidad de la naturaleza humana Ud. no pueda valerse por sí misma.
Le explico porqué le digo esto y me muestro tan duro con su actitud: le escribo desde el Sudán donde hay estadísticas que hablan por sí mismas: en esta región del Sur de Sudán (estadísticamente hablando, repito) la posibilidad de que una niña muera durante el parto es mucho mayor que la posibilidad de que esa misma niña termine su educación primaria. La mortandad tanto maternal como infantil son altísimas y el porcentaje del número de niños que no llega a los 5 años iguala a este país con una de las peores situaciones de sanidad del mundo. Me hubiera hecho ilusión que, en vez de intentar el “más difícil todavía” e hiciera su triple salto mortal de la producción demográfica en la Tercera Edad… Ud. hubiera contribuido a que en estos países los niños puedan crecer más sanos y las niñas no se desangren bajo un árbol intentando ir al dispensario más cercano que sin duda estará todavía a muchos kilómetros de distancia. ¿Porqué no se le ocurrió fundar una maternidad? Generaciones de personas se lo hubieran agradecido.
Desde la perspectiva de este país africano y esta situación tan crucial donde la salud (primaria) es un bien tan escaso, me parece que acciones como la suya nos hablan de un mundo que no acepta los límites naturales y que no para de rizar el rizo en sus ambiciones de “grandeza científica”… haciendo posible que alguien dé a luz con casi 70 años, cambiando códigos genéticos o clonando todo lo clonable… Perdone que le diga, situaciones como la suya, me parecen una sinvergonzería, como dicen en mi tierra, porque condena Ud. a sus dos churumbeles a una situación de orfandad casi anunciada… y desde esta perspectiva desde donde le escribo, con tanta pobreza y miseria humana, su acción me parece aún más abominable. Siento ser así de sincero. Por favor, no se tome a mal estas consideraciones, están hechas con mucho cariño y mucha sinceridad.
Que Ud. disfrute a sus hijos… y, sobre todo, que sus hijos la disfruten a Ud.