DIOS SALE AL ENCUENTRO DEL PECADOR
DIOS SALE AL ENCUENTRO DEL PECADOR
En el dinamismo de la fe hay un convencimiento fundamental: Dios sale al encuentro del hombre en su andadura histórica concreta.
Nacemos para el amor y somos un proyecto de amor en las manos de Dios, el Amor con mayúsculas. A decir verdad, jamás el alma humana encontrará su descanso y su estabilidad mientras no se dé a sí misma en beneficio de los demás.
Dios sale al encuentro del pecador y quiere se “convierta y viva”. Él no condena a las personas sino que pone en evidencia todas las acciones, pensamientos y omisiones que están al margen de su proyecto liberador y redentor.
Pide perdón de todas las culpas a Dios y descubre que has pecado de pensamiento, palabras, obras y omisión. Y recuerda que “dónde abundó el pecado, sobreabunda la gracia” (Rom 5,20).
Jesús de Nazaret era un seductor y un profeta que no quería la muerte del pecador sino que se convierta y viva. No dejó a nadie indiferente y sus palabras tenían la fuerza del amor en sus adentros.
En cierta ocasión, un fariseo lo invitó a comer en su casa y una mujer, conocida pecadora, se acercó, derramó perfume en sus pies y llorando se puso a besarlos. El profeta se escandalizaba de aquella reacción de Jesús que, quedándose quieto, dejaba que le tocara una mujer pecadora.
Y Jesús le dijo al fariseo: "Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?" Simón contestó: "Supongo que aquel a quien le perdonó más"... Y Jesús le dijo: "...sus muchos pecados están perdonados porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama" (Lc 7, 36-50).
¡Qué grandeza tenía Jesús en su corazón que sabía mirar al ser humano más allá de sus actos y leía en lo más recóndito de sus sentimientos! ¡Qué liberación sentiría aquella mujer que alguien la miró con dignidad y la acercó a la misericordia de Dios!
¡Si tu vida está llena de pérdidas, y eres consciente de tus pecados, recuerda que "al que poco se le perdona, poco ama"!
www.marinaveracruz.net
En el dinamismo de la fe hay un convencimiento fundamental: Dios sale al encuentro del hombre en su andadura histórica concreta.
Nacemos para el amor y somos un proyecto de amor en las manos de Dios, el Amor con mayúsculas. A decir verdad, jamás el alma humana encontrará su descanso y su estabilidad mientras no se dé a sí misma en beneficio de los demás.
Dios sale al encuentro del pecador y quiere se “convierta y viva”. Él no condena a las personas sino que pone en evidencia todas las acciones, pensamientos y omisiones que están al margen de su proyecto liberador y redentor.
Pide perdón de todas las culpas a Dios y descubre que has pecado de pensamiento, palabras, obras y omisión. Y recuerda que “dónde abundó el pecado, sobreabunda la gracia” (Rom 5,20).
Jesús de Nazaret era un seductor y un profeta que no quería la muerte del pecador sino que se convierta y viva. No dejó a nadie indiferente y sus palabras tenían la fuerza del amor en sus adentros.
En cierta ocasión, un fariseo lo invitó a comer en su casa y una mujer, conocida pecadora, se acercó, derramó perfume en sus pies y llorando se puso a besarlos. El profeta se escandalizaba de aquella reacción de Jesús que, quedándose quieto, dejaba que le tocara una mujer pecadora.
Y Jesús le dijo al fariseo: "Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?" Simón contestó: "Supongo que aquel a quien le perdonó más"... Y Jesús le dijo: "...sus muchos pecados están perdonados porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama" (Lc 7, 36-50).
¡Qué grandeza tenía Jesús en su corazón que sabía mirar al ser humano más allá de sus actos y leía en lo más recóndito de sus sentimientos! ¡Qué liberación sentiría aquella mujer que alguien la miró con dignidad y la acercó a la misericordia de Dios!
¡Si tu vida está llena de pérdidas, y eres consciente de tus pecados, recuerda que "al que poco se le perdona, poco ama"!
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