Los obispos achacan a la ideología de género la crisis y vivir "en una sociedad adormecida" "Asistimos a la destrucción del matrimonio por vía legal"

(Jesús Bastante).- La mejor respuesta a la "ideología de género" y a la actual crisis matrimonial es la "nueva evangelización". Así resumen los obispos españoles la situación actual en su documento "La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar", que este mediodía se presenta en la Casa de la Iglesia. En el mismo, los prelados achacan a esta ideología haber convertido a España en una "sociedad adormecida" y llaman a los católicos a oponerse a las legislaciones sobre el matrimonio, el aborto, la igualdad de sexos, la fecundación in vitro o Educación para la Ciudadanía.

En 27 densas páginas, la Conferencia Episcopal explica que "las prácticas abortivas, las rupturas matrimoniales, la explotación de los débiles y de los empobrecidos -especialmente niños y mujeres-, la anticoncepción y las esterilizaciones, las relaciones sexuales prematrimoniales, la degradación de las relaciones interpersonales, la prostitución, la violencia en el ámbito de la convivencia doméstica, las adicciones a la pornografía, a las drogas, al alcohol, al juego y a internet, etc., han aumentado de tal manera que no parece exagerado afirmar que la nuestra es una sociedad enferma".

A su vez, insisten en que con "las teorías de "género" el cuerpo queda reducido a materia manipulable para obtener cualquier forma de placer". Unas ideologías que persiguen "enmascarar algunas de las verdades básicas de las relaciones humanas". El documento habla de "deformación lingüística" al emplear el término "pareja" "cuando se habla de matrimonio", "la inclusión en el concepto de "familia" de distintos "modos de convivencia" más o menos estables, como si existiese una especie de "familia a la carta"; el uso del vocablo "progenitores" en lugar de los de "padre" y "madre"; la utilización de la expresión "violencia de género" y no la de "violencia doméstica" o "violencia en el entorno familiar", expresiones más exactas, ya que de esa violencia también son víctimas los hijos".

"Como pastores, hemos denunciado el modo de presentar la asignatura de "Educación para la ciudadanía". También hemos querido hacer oír nuestra voz ante las exigencias que se imponen, en materia de educación sexual, en la "Ley de salud reproductiva e interrupción voluntaria del embarazo". Vemos con dolor, sin embargo, que las propuestas de la "ideología de género", llevadas a la práctica en programas de supuesta educación sexual, se han agudizado y extendido recientemente; no pocas veces facilitadas, cuando no promovidas, por la autoridad competente a la que ha sido confiada la custodia y promoción del bien común. Son medidas que, además de no respetar el derecho que corresponde a los padres como primeros y principales educadores de sus hijos, contradicen los principios irrenunciables del Estado de derecho", añade el texto, que insiste en que "si nos atenemos al caso de la legislación actual en España sobre el matrimonio, es un derecho y un deber de los ciudadanos mostrar su desacuerdo e intentar la modificación de la ley que redefine el matrimonio eliminando su contenido específico".

"No hay, en las políticas que se hacen en nuestro país, un reconocimiento suficiente del valor social del matrimonio y la familia", añaden los obispos, que apuntan que "los procedimientos democráticos, tan importantes y necesarios en la construcción y desarrollo de la convivencia social, no determinan, por sí mismos, la verdad y la bondad del matrimonio y de la familia", puesto que "el matrimonio y la familia son instituciones fundamentales en la promoción del bien común, el legislador ha de dictar leyes que favorezcan su existencia y desarrollo. Y eso exige, en primer lugar, que las disposiciones que se adopten no contribuyan a diluir la realidad. El lenguaje y la terminología no son inocentes (...). Realidades diferentes no pueden ser tratadas como si fueran iguales. Reconocer la diferencia no es discriminación, sino justicia"

"Las leyes vigentes en España no reconocen ni protegen al matrimonio en su especificidad. Asistimos a la destrucción del matrimonio por vía legal", continúa el texto, que añade que "nadie puede refrendar con su voto leyes como las vigentes, que dañan tan gravemente las estructuras básicas de la sociedad. Los católicos, en particular, deben tener presente que, como servidores del bien común, han de ser también coherentes con su fe".

El texto íntegro se puede leer aquí:

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