“Basta de cinismo, de armar palabras y argumentos", escribe el dominico en Ecclesia El obispo Gómez, sobre Torre Pacheco: "Preguntémonos, ¿a quién está beneficiando políticamente el pim pam pum al migrante?"

“Como obispo y como ciudadano no puedo sino alzar la voz desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia ante lo que no ha de pasar desapercibido: la creciente instrumentalización del dolor y el miedo para alimentar discursos que siembran división, odio y sospecha hacia personas migradas"
"¿A quién está beneficiando políticamente el pim pam pum al migrante? Pues esos son parte de un grave problema social y democrático que responde a una estrategia de diseño de un modelo totalitario y de «limpieza social» favorecido por una masa de población, sobre todo la más joven, que consume acríticamente algoritmos y datos envenenados, pero no busca verdades"
“Como Iglesia, como creyentes, no podemos contribuir al discurso del odio, ni con nuestras palabras ni con nuestros silencios, ni con nuestros móviles o redes sociales. Lo ha dicho el papa León XIV: «Jesús no es un muro que separa, sino una puerta que nos une… las ideas pueden enloquecer y las palabras matar»”
“Como Iglesia, como creyentes, no podemos contribuir al discurso del odio, ni con nuestras palabras ni con nuestros silencios, ni con nuestros móviles o redes sociales. Lo ha dicho el papa León XIV: «Jesús no es un muro que separa, sino una puerta que nos une… las ideas pueden enloquecer y las palabras matar»”
“Como obispo y como ciudadano no puedo sino alzar la voz desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia ante lo que no ha de pasar desapercibido: la creciente instrumentalización del dolor y el miedo para alimentar discursos que siembran división, odio y sospecha hacia personas migradas, muchas de las cuales han llegado a nuestras tierras buscando lo que todo ser humano anhela: dignidad, paz y oportunidades”.
Así comienza el obispo dominico Xabier Gómez su contundente artículo en la revista Ecclesia sobre los acontecimientos racistas vividos durante la última semana en Torre Pacheco, donde se desató, convocada a través de las redes sociales, una “cacería de migrantes” tras la brutal paliza sufrida por un jubilado de esa localidad murciana a mano de tres jóvenes magrebíes.
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“Vivimos un tiempo preocupante, pero algunos quisieran que la percepción de peligro fuese aún mayor. Como en los años 20 del siglo pasado, se extiende una orquestada y globalizada manipulación político-social que convierte al extranjero pobre en chivo expiatorio, útil para cosechar votos al precio de romper la convivencia. Se miente o se exagera. Pero si todo ese colectivo de personas migradas trabajadoras, la mayoría ya bien integrada, pero sobre todo los que se ven obligados a trabajar desde la irregularidad para sobrevivir, pudieran permitirse hacer una huelga general, el país entero se paralizaría”, escribe el también responsable de Migraciones e Interculturalidad de la Conferencia Episcopal Tarraconense.
“Preguntémonos: ¿quién gana cuando se envenena la percepción colectiva y se alimenta el miedo? ¿A quién está beneficiando políticamente el pim pam pum al migrante? Pues esos son parte de un grave problema social y democrático que responde a una estrategia de diseño de un modelo totalitario y de «limpieza social» favorecido por una masa de población, sobre todo la más joven, que consume acríticamente algoritmos y datos envenenados, pero no busca verdades. Y tienen derecho a la verdad”, señala el obispo de San Feliu de Llobregat.

“Basta de cinismo, de armar palabras y argumentos, de una cultura del enemigo entre adversarios políticos, entre vecinos o entre población precarizada. Basta de desconexión de muchos dirigentes respecto al fondo de los problemas reales, sean vinculados a algunos aspectos de la migración, como sobre el mucho más urgente problema del acceso a la vivienda y al trabajo digno para todos, todos”, subraya el dominico.
“Al paso que vamos -prosigue su artículo en la revista de la Conferencia Episcopal Española-, quizás algunos propongan solucionarlo deportando a quienes tienen más de una propiedad o a quien alquila el piso a extranjeros —la mayoría, turistas—, ah, que estos dejan dinero. Entonces, ¿cuál es el problema?, ¿extranjeros sí, pobres no? Pues vayamos a atajar lo que cronifica la pobreza y la desigualdad en nuestros barrios o territorios, pero rechacemos todo tipo de violencias o linchamientos”.
“Lo dice alguien que sufrió bullying"
“Lo dice alguien que sufrió bullying muchos años y, por eso, no está dispuesto a ceder a esa cultura de matonismo verbal o físico en ningún ámbito”, subraya rotundo Xabier Gómez, quien apostilla en su texto que “los datos sobre los beneficios económicos y sociales de la migración en España son incuestionables, y debido a nuestro lamentable invierno demográfico sabemos que necesitaremos más. Quien lo oculte o lo niegue, sencillamente miente”.

En todo caso, reconoce el obispo que “detrás de lo que provoca estas tensiones hay un sistema de acogida que, en muchísimos casos, está fallando en su dimensión más humana e integral. En especial, la situación de los menores migrados no acompañados es una herida abierta en nuestra sociedad”.
Pero también recuerda que “como Iglesia, como creyentes, no podemos contribuir al discurso del odio, ni con nuestras palabras ni con nuestros silencios, ni con nuestros móviles o redes sociales. Lo ha dicho el papa León XIV: «Jesús no es un muro que separa, sino una puerta que nos une… las ideas pueden enloquecer y las palabras matar»”.