La visita a Barcelona costará 2,5 millones de euros Un grupo de elegidos recibirá al Papa en Lavacolla
Después de que las autoridades pasaran las tijeras al aforo de la Praza do Obradoiro y limitaran a 6.000 la cifra de fieles que podrán asistir a la eucaristía que el Santo Padre presidirá allí el 6 de noviembre, las esperanzas de los feligreses tuvieron que reconducirse al recorrido de 11 km que Benedicto XVI realizará en papamóvil desde el aeropuerto hasta la catedral y en el que invertirá casi una hora. Lo cuentan I. B. / C. V. en La Opinión de Coruña.
Tanto Arzobispado como Xunta hicieron mucho hincapié en que el trayecto dará oportunidad a todos para ver al Sumo Pontífice en persona. No obstante, las dos instituciones han llegado a un acuerdo para que otro medio millar de fieles pueda acudir a recibirlo a la nueva terminal que se está construyendo en Lavacolla.
Víctor Cortizo, coordinador de la Oficina para la Visita de Benedicto XVI, que depende del Gobierno gallego, admitió ayer que tanto Iglesia como Xunta, ante el elevado número de personas que "llamaron" para demandarlo, han dispuesto que en Lavacolla, y al margen de la recepción institucional -en la que le darán la bienvenida al Santo Padre los príncipes de Asturias y autoridades civiles y eclesiásticas- puedan entrar en la terminal para saludar al Santo Padre 500 personas. No obstante, ese medio millar de afortunados -a los que el Papa podrá acercarse si así lo desea- ya ha sido elegido, e incluye un "grupo muy importante" de colegios de Santiago, "familias con hasta 10 niños" y "gente que colabora en la organización de la visita". Todos pidieron estar presentes.
La Xunta ya había intentado que Benedicto XVI -que llegará acompañado por un séquito de 30 miembros, incluido su médico y 70 periodistas- realizase una parada en el Monte do Gozo para facilitar un baño de multitudes, pero el Vaticano se mantuvo firme con el plan inicial: llegada a Lavacolla a las 11.30 y traslado en papamóvil a la catedral, donde ofrecerá unas palabras a 700 invitados del Arzobispado, para, después de un almuerzo y un descanso, presidir una eucaristía en O Obradoiro, el acto más masivo de todos los previstos.
Uno de los agujeros negros de la visita papal, las plazas hoteleras, perseguidas por su escasez, dejará de ser un problema. Desde la Oficina para la visita de Benedicto XVI explicaron que ya se han habilitado pabellones deportivos en la capital para "acoger" a la gente que "no quepa en los hoteles" e incluso para "grupos organizados" de parroquias. El propio Concello de Santiago ha dispuesto ya de 2.300 aparcamientos para los autobuses que, como mínimo, se darán cita ese día en la ciudad del Apóstol.
Ante la previsión del elevado número de visitantes que llegará a la ciudad esos días, la Xunta situará un hospital de campaña en la Avenida Xoán XXIII, muy cerca de la catedral, que atenderá incidencias en la zona cero: Obradoiro y A Quintana. Además habrá ambulancias repartidas por las zonas más congestionadas y en las plazas que acogerán las pantallas gigantes para la retransmisión del evento se situarán equipos de Protección Civil para garantizar la seguridad.
Con esa misma finalidad visitó ayer Santiago el jefe de seguridad del Vaticano, que acompañado por dos gendarmes recorrió también el Complexo Hospitalario Universitario para comprobar su capacidad operativa en caso de emergencia.
Además, siguen lloviendo críticas a los costes de la visita. Ayer trascendió que en Barcelona el erario público asumirá 1,8 millones de los 2,5 que se estima que costará en total el evento, una cifra, en todo caso, por debajo de los tres millones que invertirá Galicia.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, respondió ayer ante las críticas que "si pudiese, traería a Benedicto XVI más veces durante la legislatura".