Miguel Rosendo sufre diabetes, con calambres y pérdida de visión El líder de los miguelianos escribe al Papa desde la cárcel: "Santidad, soy inocente y aunque miserable ruego su bendición"

(José Manuel Vidal).-"Santidad, soy inocente, y aunque miserable ruego su bendición de Padre". Es el ruego angustiado que Miguel Rosendo, el fundador de Orden y Mandato, envió en una carta al Papa, desde la cárcel de Teixeiro (La Coruña) a finales de 2015. Francisco no le ha contestado, al menos por ahora, pero el líder de los miguelianos sigue confiando que el Papa responda a su llamada de auxilio.

La carta de Miguel Rosendo, a la que ha tenido acceso RD, está redactada a mano en un par de folios sin membrete, con letra redonda y clara, con algunas faltas de ortografía y, sobre todo, de puntuación. Una carta sencilla, de un hombre humilde, que se dirige al Papa como su último auxilio, una vez que el obispo de Vigo, Luis Quinteiro, le dejó en la estacada a él y a la asociación que el propio prelado había aprobado.

La misiva comienza con la cita del salmo 85 ("Inclina tu oído, Señor, que soy un pobre desamparado"), al tiempo que pide al Papa que disculpe "su atrevimiento, sabiendo los 'grandes problemas' que a Su Santidad Dios confía".

Miguel Rosendo se presenta simplemente como "un hijo de la Iglesia, nacido en 1959 en la diócesis de Tuy-Vigo (España)...que busca el consuelo en su padre". Y pasa a explicar, en pocas palabras, su recorrido vital y el nacimiento y crecimiento, en un primer momento feliz, de su obra, Orden y Mandato.

"Toda mi vida la dediqué a ayudar a aquellas personas que el Señor me ponía en mi camino...presentándoselo a mi obispo. Y, después de diversos pasos, nació la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel. Muchos seguían este camino y, sobre todo, familias y muchos jóvenes. Todo era felicidad, caridad el seguir a nuestra amada Iglesia".

Cuenta Rosendo al Papa que se pasaba la vida ayudando "al necesitado" y "buscando sacerdotes para guiar a este pequeño rebaño. Sin más". Y sigue relatando que, de pronto, toda su obra se vino abajo. "Le escribo esta carta desde la cárcel de Teixeiro (Coruña). Una serie de calumnias me llevaron a estar preso (...), alejado de mi familia y de aquellos que amo".

Cuando el fundador de los miguelianos escribió la carta (finales del 2015), llevaba 9 meses encarcelado. Hoy, su estancia en prisión preventiva es de más de dos años. Y, como ya entonces le contaba al Papa, "aquí sigo aconsejando, orando, pero preso".

Dolido por la injusticia, Miguel Rosendo pregunta retóricamente a Francisco: "Santidad, ¿qué mal he hecho? ¿Amar es malo? ¿Entregarse por ayudar no es amor?". Y, tras asegurar que no le importan "las calumnias", continúa preguntando al Papa: "¿Porqué persiguen a inocentes, cuando por Amor de Dios aman?".

Unas calumnias que le duelen especialmente a Miguel Rosendo, cuando "son de sacerdotes, que con falsas acusaciones, salen en medios de comunicación dañando la 'dignidad' de unas familias que quieren, más que nada, seguir a Nuestra Madre la Iglesia". Y concluye esta parte con nuevos interrogantes: "¿Porqué Santo Padre? ¿Porqué?".

Para terminar, Miguel Rosendo, proclama su inocencia, pide al Papa "su bendición de Padre", le pide disculpas, de nuevo, por su "atrevimiento" y le suplica: "Le ruego por estas criaturas...y por mí, sabiendo que no soy nada y que Usted es quien Dios a nombrado para guiarnos. Ayúdenos, por favor...San Miguel Arcángel protege al Papa para que podamos pronto ver el Triunfo del Inmaculado Corazón de María. Gracias su Santidad...Gracias...Gracias". Y Firma R. Da Silva.

La carta forma parte de un informe más amplio, al que también ha tenido acceso RD, que fue entregado en Roma, el 3 de diciembre de 2015, por parte de tres sacerdotes españoles, Juan Luis Castón, Eduardo Lostao y José Ignacio Martín. Tres curas que, como ellos mismos confiesan, se están "jugando el tipo literalmente, por defender la inocencia de este hombre que ama a la Iglesia y por deshacer la madeja en la que se ha convertido el sumario, a pesar de lo sencillo que es su hilo conductor".

Los tres curas sostienen en el informe entregado en el Vaticano que "Miguel Rosendo está siendo tratado mediática, social y eclesialmente como un condenado y sin que nadie respete su presunción de inocencia". Además denuncian que "su ingreso en prisión estuvo precedido de un fuerte linchamiento mediático a nivel nacional".

El informe de los tres curas asegura que, en el origen de todo el caso, "se encuentra una supuesta investigación de la diócesis de Tui-Vigo que, con los datos que se conocen, permiten dudar seriamente de la verdadera intención de ese proceso".

A su juicio, en estos momentos, "el bumerang ha dado la vuelta y el obispado de Tui-Vigo aparece ya como responsable civil subsidiario de los supuestos delitos". Porque, como dicen los presbíteros, "Miguel y los miembros de la asociación realizaron su camino bajo las directrices de los sacerdotes que el obispo puso para tal fin".

Los tres curas que defienden la inocencia de Miguel Rosendo no saben "si le llegó la carta al Papa", aunque todavía confían en una respuesta de Francisco. Mientras tanto, reconocen que el líder de los miguelianos sigue en la cárcel "débil de salud, con una diabetes que marca su metabolismo con calambres y pérdida de visión".

Más aún, Miguel Rosendo vive en Teixeiro "una desgarradora soledad, fruto de la injusticia y el desprecio de todos, pero se sabe muy amado por su familia, de la que nos sentimos parte, y fuerte en su espíritu que ama y confía en Dios", concluyen los tres curas.

Transcripción de la carta

Amadísimo Santo Padre

Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy un pobre desamparado..."
Su Santidad, con este salmo, que oro a cada instante, le ruego disculpe mi atrevimiento. Sabiendo los "grandes problemas" que a su Santidad Dios confía.
Soy Feliciano Miguel Rosendo Da Silva, un hijo de la Iglesia, nacido en 1959 en la Diócesis de Tuy-Vigo (ESPAÑA). No deseo que esta carta sea mi pobre biografía, simplemente un hijo suyo que busca el consuelo en su padre.

Toda mi vida, la dediqué a ayudar aquellas personas que el Señor me ponía en mi camino, y su Plan iba cogiendo camino... Presentándoselo a mi Obispo, y después de diversos pasos, nació la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel. Muchos seguían este camino y sobre todo familias y muchos jóvenes. Todo era felicidad, caridad el seguir nuestra amada Iglesia.

Su Santidad, le escribo esta carta desde la cárcel... Teixeiro (Coruña).
Todo mi tiempo era dedicarme al necesitado, que conocieran el Amor de Dios en Jesucristo...

Siempre buscando Sacerdotes para guiar este pequeño rebaño. Sin más.
Esta asociación, en su primer deber, era apoyar a los sacerdotes... en quien creo firmemente. Una serie de calumnias me llevaron a estar preso (llevo 9 meses)... Alejado de mi familia, de aquellos que amo.

Aquí sigo aconsejando... orando... Pero preso.
Pero su Santidad ¿Qué mal he hecho? ¿Amar es malo? ¿Entregarse por ayudar no es amor?

Su Santidad, no me importan las calumnias, pero ¿Porqué persiguen a inocentes, cuando por Amor de Dios aman? y cuando son "sacerdotes" que con falsas acusaciones, salen en medios de comunicación dañando la "dignidad" de unas familias que quieren, más que nada, seguir a Nuestra Madre la Iglesia.
¿Porqué Santo Padre? ¿Porqué?

Estas criaturas se resiste a caer...guardan en sus corazones todo ese Amor de debe servir.

Santidad, soy inocente, y aunque miserable ruego su bendición de Padre.

Disculpe de nuevo mi atrevimiento, simplemente le ruego por estas criaturas... y por mí, sabiendo que no soy nada y que Usted es quien Dios a Nombrado para guiarnos.
Ayúdenos, por favor...
........ San Miguel Arcángel protege al Papa
para que podamos pronto ver el
Triunfo del Inmaculado Corazón de María.

Gracias su Santidad... Gracias...Gracias

R.Da Silva


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