El Pilar simbólico (y Vivencias y convivencias 21)
La importancia religiosa y social de la Virgen del Pilar se muestra en su convivencia cotidiana y en su patronazgo de la Hispanidad respectivamente. Pero la importancia antropológica y cultural se muestra en su simbolismo mariano o mariológico profundo. Según la tradición, la Madre de Jesús transporta en nombre de este un pilar o columna que sirva de fundamento, físico y espiritual, para la construcción de la Iglesia a orillas del río Ebro por parte de Santiago en Césaraugusta. La Virgen María comparece aquí como la Virgen del poyo o apoyo, que funda y fundamenta la religión cristiana. Esta es una visión correcta, aunque ha tenido el peligro de acabar en una versión fundamentalista, al resaltar el carácter del Pilar como fundamento inmutable, inmóvil o inmovilista, con un sesgo más patriarcal que matriarcal.
Esta visión más fundamentalista del Pilar lo presenta como la piedra y lo pétreo que desplaza en su estética estática al dinamismo de la tierra y las aguas madres. Representa así el ser triunfante sobre el devenir, el espíritu celeste superando al tiempo terrestre, lo sobrenatural por encima de lo natural. Sin embargo, lo sobrenatural no debe destruir lo natural sino elevarlo, que es el significado primario del Pilar vertical sobre la horizontal de la vida. Pero la vertical no puede suprimir la horizontal, el cielo no puede prescindir de la tierra, porque además la Virgen María es la carne de la encarnación de lo divino, cuyo simbolismo se refuerza con su venida “en carne mortal”. Por eso hay otra versión no tan rígida u ortodoxa, abierta, según la cual el Pilar no es el puro símbolo de la superación de lo inferior por lo superior, sino el símbolo de una supuración, catarsis o purificación, de una asunción católica de lo natural bautizado o cristianizado por la Iglesia.
Digamos pues que el Pilar representa una elevación de la materia pétrea en símbolo de ascensión, de modo que la Virgen purifica la mera materia prima en materia espiritual. Se da pues una sublimación y trasfiguración de la tierra y el agua en piedra, del elemento natural o pagano en el sobrenatural o cristiano, de lo terráceo o telúrico en lo celeste. Pero no se trata de una pura superación, sino de una asunción y transformación de la mera materia en materia de encarnación por el espíritu. La Virgen del Pilar trae la columna en nombre de Cristo, que es la gran mediación entre los cielos y la tierra. De ahí que la columna simbolice el encuentro entre el cielo y la tierra, la columna de fuego que guía a los israelitas en el desierto, la escala de Jacob que comunica ambos ámbitos reconvertida aquí en la escala de Jacobo o Santiago.
Pero profundicemos en la cuestión simbólica del Pilar, el cual remite en la tradición mediterránea a un basamento de tipo matriarcal sobre el que se yergue la vieja diosa madre de la fecundidad y la fertilidad, como ha mostrado la arqueóloga Marija Gimbutas. En Creta el Pilar de la diosa es un árbol mineralizado o petrificado, y significa la encarnación de la propia naturaleza. La diferencia estriba en que nuestro Pilar sería la naturaleza sublimada, la reunión de lo natural con lo sobrenatural, la asunción transformadora de la mater-materia o madre-materia. Teilhard de Chardin nos habla de la materia natural como la matriz del mundo, en la que encarna el espíritu. Por ello en el viejo simbolismo de la alquimia, la física y la química de la piedra se hace de tipo metafísico o simbólico, místico, ya que la materia del Pilar es energía telúrica condensada en la piedra de jaspe, con sus viejas virtualidades mágicas. Resulta significativo al respecto que la Madona del Pilar en su santa capilla reproduzca una cueva o caverna, a modo de ombligo del mundo o placenta cósmica de piedra.
Así que hay dos visiones o versiones de la Virgen del Pilar, la visión superadora del trasfondo natural o pagano, y la versión asuntora o implicadora de dicho fondo telúrico. Pero como dice el amigo José Bada siguiendo a Mircea Eliade, el Pilar representa el “eje del mundo (axis mundi)”, que conecta lo bajo con lo alto y viceversa, la horizontal y la vertical, lo superior y lo inferior, lo material y lo espiritual. Por eso la piedra sagrada o consagrada no reprime ni suprime lo material sino que lo formaliza o sutiliza. La Virgen del Pilar asume pues el ámbito acuático y lunar, el devenir en su ser, ya que la propia Madona refleja o refracta lunarmente la luz procedente de la divinidad como sol espiritual, proyectándose como puerta o umbral entre ambos ámbitos. El “eje del mundo” significa así un símbolo axial de paso o pasaje, lo que posibilita un rito de tránsito liminar de carácter místico.
El Pilar simboliza finalmente el ser profundo de lo real como materia espiritual, frente a la separación entre el materialismo pagano y el espiritualismo cristiano. Se trataría entonces de una revisión ecuménica del Pilar, en cuanto lugar de encuentro de la religión natural y sobrenatural. El propio Teilhard habla de la doble energía material y espiritual, mediadas por el “alma” cual foco trascendente. El Pilar es el cruce de una encrucijada presidida por la cruz cristiana, la cual simboliza la mediación de la inmanencia y la trascendencia a través de su encarnación. Por todo ello, el Pilar no es piedra meramente dura o patriarcal, sino blanda o matriarcal, ablandada femeninamente por el tacto y contacto amoroso de sus fieles. En este contexto resulta significativo cómo el Pilar masculino se trasforma en la Columna femenina, dando paso a su feminización como mujer: la Pilarica, la Pilar o la Pilara.
Podríamos entonces concebir el Pilar como la hermandad de la vieja religión natural o naturalista y la nueva religión cristiana, a modo de ecumenismo que trasforma el antiguo elemento matriarcal y el sobrevenido elemento patriarcal en la gran mediación fratriarca
VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS 21
---No necesito creer en Dios para amar a Dios: el cual no sería el pensamiento que se piensa, sino el amor que nos piensa.
---En mi filosofía el ser como estructura patriarcal es revisado como urdimbre matriarcal: para finalmente interpretar el ser como sentido fratriarcal.
---Como dice María Zambrano, el amor es amor herido: herido siempre.
---Más que herido el amor es una herida: que supura en el costado abierto.
---Divide y vencerás: suma y convencerás.
---Aprender es relacionar: hacer conexiones entre las neuronas de nuestro cerebro.
---La materia es el alimento del cuerpo: el amor es el alimento del alma.
---Hay vocablos comestibles: nísperos y níscaros, arándanos y helechos, yedra.
---Encantado: buscabas un amigo y hallaste un alma.
---Tengo un amigo gatuno: si le acaricio suave se deja, si le acaricio fuerte me repele con sus uñas y mordisquea mi mano.
---Eros, no eres hombre ni mujer: eres la fuerza agazapada en el templo (Edith Södergran).
---El amor sueña la eternidad: de la mano del amor al abismo se desliza el anillo de la eternidad (E.Södergran).
---Dis-frutar del fruto/fruta de la vida: la manzana de la discordia.
---La tierra quieta: menos el río que la mueve y agrieta.
---Concédeme Señor una buena digestión, y algo que digerir (Tomás Moro).
---La teoría marxista de la cosificación deja en mal lugar a las cosas: las cuales tienen su propio hálito.
---Tratar de captar la esencia de las cosas: su fragancia y su fulgor -a veces desvencijado.
---La enfermedad, la oscuridad, el dolor como compañía añadida: asilvestrada.
---Buda sobrepasa la compasión en el vacío o nirvana: pero el Buda encarnado o Bodisatva sufre la compasión humana divinamente (nirvánicamente).
---Todo es contingente y relativo: menos la muerte que es contingencia absoluta.
---No podemos poseer la perla del amor, pero podemos entrever su relumbre simbólico: el cual señala el sentido existencial.
---El amor reflota el ente en el ser: y lo expande.
---El ser filosófico como fantasmático o fantasma metafísico: el Dios teológico como fantasmagórico o abstracto.
---La teología como teopoética sobre Dios: y la filosofía como ontopoiética sobre el ser.
---Mientras vives vas saliendo a flote: y si mueres reflotas.
---La belleza es placentera: y lo placentero remite a la placenta.
---El odio como inversión del Dios y su creación: descreencia y descreación.
---La gran implicación: todo está implicado con todo.
---Mi aforística como analítica existencial.
---El aforismo como lenguaje sutil e inconsútil.
Esta visión más fundamentalista del Pilar lo presenta como la piedra y lo pétreo que desplaza en su estética estática al dinamismo de la tierra y las aguas madres. Representa así el ser triunfante sobre el devenir, el espíritu celeste superando al tiempo terrestre, lo sobrenatural por encima de lo natural. Sin embargo, lo sobrenatural no debe destruir lo natural sino elevarlo, que es el significado primario del Pilar vertical sobre la horizontal de la vida. Pero la vertical no puede suprimir la horizontal, el cielo no puede prescindir de la tierra, porque además la Virgen María es la carne de la encarnación de lo divino, cuyo simbolismo se refuerza con su venida “en carne mortal”. Por eso hay otra versión no tan rígida u ortodoxa, abierta, según la cual el Pilar no es el puro símbolo de la superación de lo inferior por lo superior, sino el símbolo de una supuración, catarsis o purificación, de una asunción católica de lo natural bautizado o cristianizado por la Iglesia.
Digamos pues que el Pilar representa una elevación de la materia pétrea en símbolo de ascensión, de modo que la Virgen purifica la mera materia prima en materia espiritual. Se da pues una sublimación y trasfiguración de la tierra y el agua en piedra, del elemento natural o pagano en el sobrenatural o cristiano, de lo terráceo o telúrico en lo celeste. Pero no se trata de una pura superación, sino de una asunción y transformación de la mera materia en materia de encarnación por el espíritu. La Virgen del Pilar trae la columna en nombre de Cristo, que es la gran mediación entre los cielos y la tierra. De ahí que la columna simbolice el encuentro entre el cielo y la tierra, la columna de fuego que guía a los israelitas en el desierto, la escala de Jacob que comunica ambos ámbitos reconvertida aquí en la escala de Jacobo o Santiago.
Pero profundicemos en la cuestión simbólica del Pilar, el cual remite en la tradición mediterránea a un basamento de tipo matriarcal sobre el que se yergue la vieja diosa madre de la fecundidad y la fertilidad, como ha mostrado la arqueóloga Marija Gimbutas. En Creta el Pilar de la diosa es un árbol mineralizado o petrificado, y significa la encarnación de la propia naturaleza. La diferencia estriba en que nuestro Pilar sería la naturaleza sublimada, la reunión de lo natural con lo sobrenatural, la asunción transformadora de la mater-materia o madre-materia. Teilhard de Chardin nos habla de la materia natural como la matriz del mundo, en la que encarna el espíritu. Por ello en el viejo simbolismo de la alquimia, la física y la química de la piedra se hace de tipo metafísico o simbólico, místico, ya que la materia del Pilar es energía telúrica condensada en la piedra de jaspe, con sus viejas virtualidades mágicas. Resulta significativo al respecto que la Madona del Pilar en su santa capilla reproduzca una cueva o caverna, a modo de ombligo del mundo o placenta cósmica de piedra.
Así que hay dos visiones o versiones de la Virgen del Pilar, la visión superadora del trasfondo natural o pagano, y la versión asuntora o implicadora de dicho fondo telúrico. Pero como dice el amigo José Bada siguiendo a Mircea Eliade, el Pilar representa el “eje del mundo (axis mundi)”, que conecta lo bajo con lo alto y viceversa, la horizontal y la vertical, lo superior y lo inferior, lo material y lo espiritual. Por eso la piedra sagrada o consagrada no reprime ni suprime lo material sino que lo formaliza o sutiliza. La Virgen del Pilar asume pues el ámbito acuático y lunar, el devenir en su ser, ya que la propia Madona refleja o refracta lunarmente la luz procedente de la divinidad como sol espiritual, proyectándose como puerta o umbral entre ambos ámbitos. El “eje del mundo” significa así un símbolo axial de paso o pasaje, lo que posibilita un rito de tránsito liminar de carácter místico.
El Pilar simboliza finalmente el ser profundo de lo real como materia espiritual, frente a la separación entre el materialismo pagano y el espiritualismo cristiano. Se trataría entonces de una revisión ecuménica del Pilar, en cuanto lugar de encuentro de la religión natural y sobrenatural. El propio Teilhard habla de la doble energía material y espiritual, mediadas por el “alma” cual foco trascendente. El Pilar es el cruce de una encrucijada presidida por la cruz cristiana, la cual simboliza la mediación de la inmanencia y la trascendencia a través de su encarnación. Por todo ello, el Pilar no es piedra meramente dura o patriarcal, sino blanda o matriarcal, ablandada femeninamente por el tacto y contacto amoroso de sus fieles. En este contexto resulta significativo cómo el Pilar masculino se trasforma en la Columna femenina, dando paso a su feminización como mujer: la Pilarica, la Pilar o la Pilara.
Podríamos entonces concebir el Pilar como la hermandad de la vieja religión natural o naturalista y la nueva religión cristiana, a modo de ecumenismo que trasforma el antiguo elemento matriarcal y el sobrevenido elemento patriarcal en la gran mediación fratriarca
VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS 21
---No necesito creer en Dios para amar a Dios: el cual no sería el pensamiento que se piensa, sino el amor que nos piensa.
---En mi filosofía el ser como estructura patriarcal es revisado como urdimbre matriarcal: para finalmente interpretar el ser como sentido fratriarcal.
---Como dice María Zambrano, el amor es amor herido: herido siempre.
---Más que herido el amor es una herida: que supura en el costado abierto.
---Divide y vencerás: suma y convencerás.
---Aprender es relacionar: hacer conexiones entre las neuronas de nuestro cerebro.
---La materia es el alimento del cuerpo: el amor es el alimento del alma.
---Hay vocablos comestibles: nísperos y níscaros, arándanos y helechos, yedra.
---Encantado: buscabas un amigo y hallaste un alma.
---Tengo un amigo gatuno: si le acaricio suave se deja, si le acaricio fuerte me repele con sus uñas y mordisquea mi mano.
---Eros, no eres hombre ni mujer: eres la fuerza agazapada en el templo (Edith Södergran).
---El amor sueña la eternidad: de la mano del amor al abismo se desliza el anillo de la eternidad (E.Södergran).
---Dis-frutar del fruto/fruta de la vida: la manzana de la discordia.
---La tierra quieta: menos el río que la mueve y agrieta.
---Concédeme Señor una buena digestión, y algo que digerir (Tomás Moro).
---La teoría marxista de la cosificación deja en mal lugar a las cosas: las cuales tienen su propio hálito.
---Tratar de captar la esencia de las cosas: su fragancia y su fulgor -a veces desvencijado.
---La enfermedad, la oscuridad, el dolor como compañía añadida: asilvestrada.
---Buda sobrepasa la compasión en el vacío o nirvana: pero el Buda encarnado o Bodisatva sufre la compasión humana divinamente (nirvánicamente).
---Todo es contingente y relativo: menos la muerte que es contingencia absoluta.
---No podemos poseer la perla del amor, pero podemos entrever su relumbre simbólico: el cual señala el sentido existencial.
---El amor reflota el ente en el ser: y lo expande.
---El ser filosófico como fantasmático o fantasma metafísico: el Dios teológico como fantasmagórico o abstracto.
---La teología como teopoética sobre Dios: y la filosofía como ontopoiética sobre el ser.
---Mientras vives vas saliendo a flote: y si mueres reflotas.
---La belleza es placentera: y lo placentero remite a la placenta.
---El odio como inversión del Dios y su creación: descreencia y descreación.
---La gran implicación: todo está implicado con todo.
---Mi aforística como analítica existencial.
---El aforismo como lenguaje sutil e inconsútil.