El amor y el sentido (y Claves de la vida 84)
El amor es el sentido
existencial (AOO)
Aparece el excelente libro de la profesora Blanca Solares “Gilbert Durand, escritos musicales: las estructuras musicales de lo imaginario”, publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México en la editorial Anthropos de Barcelona. En la primera parte presenta los estudios del antropólogo Gilbert Durand sobre el simbolismo de la música, en la segunda parte contextualiza su aportación en el conjunto de la antropología simbólica del gran pensador francés. El hilo conductor de este texto es el hilo musical de la obra durandiana, según la cual solo la música puede expresar propiamente el amor, que es el sentido existencial del hombre en el mundo.
1.- Música y sentido
Ha sido Mozart quien, en “La flauta mágica”, habría logrado la expresión más relevante del amor por mediación de las figuras de Tamino y Pamina. Ambos amantes proyectan más allá de ellos mismos una mirada de hermandad y amistad hacia una misma meta (trascendental), sin renunciar empero a su inmanencia erótica. Aquí el amor, como dice nuestro autor, se consolida al través paradójico de la fugacidad y las confusiones del eros pasional, reflotando de un modo sublimatorio o sublimado. Diríamos que la desmesura dionisiana queda exorcizada por la mesura de Apolo.
Esta mediación simbólica de los contrarios es típica de la música mozartiana, pero atípica en la música wagneriana. Wagner fluctúa entre el romanticismo positivo o vital y el decadentismo negativo o antivital. Sucumbe así, según Durand, a una confusión entre el amor a la vida con sus motivos heroicos o prometeicos y la renuncia al amor con su pulsión de muerte, entre la biofilia y la necrofilia, eros y thánatos. La influencia pesimista de Schopenhauer hace de Wagner un romántico decadente.
En la segunda parte, Blanca Solares contextualiza bien los textos de G.Durand sobre la música y el amor en el conjunto de la obra durandiana, la cual concibe la experiencia radical del hombre en el mundo como un intento de articular dialógicamente los contrarios y las contradicciones. El hombre está escindido entre los opuestos y trata de mediarlos y remediarlos de un modo complementario y compensatorio. Los contrarios que nos contrarían son lo diurno y lo nocturno, la luz y la oscuridad, lo ascensional y lo descensional, la vertical y la horizontal, el arriba y el abajo, las estructuras heroicas y las estructuras antiheroicas, lo dionisiano y lo apolíneo, lo matriarcal y lo patriarcal.
2.- Eros re-mediador
A partir de semejante dualidad G. Durand propone una dialogía o dualéctica de los contrarios, diferenciando entre el régimen diurno (ascensional y extrovertido) y el régimen nocturno (descensional e introvertido). Ahora bien, en este esquematismo trascendental yo echo de menos un tercer régimen presidido por Eros y por la erótica, auténtica mediación del régimen diurno progresivo y del régimen nocturno regresivo, en cuanto remediados por un Eros medial caracterizado por la retroprogresión y la progreregresión. En el “Simposio” de Sócrates y Platón, Eros es el gran mediador radical entre la trascendencia y la inmanencia, la Idea y lo sensible, encarnando la cópula del ser y el ser de la cópula, la coimplicación de los opuestos así compuestos cuasi musicalmente.
Pero Gilbert Durand no ofrece un régimen autónomo para el Eros, sino que, influido por Freud, lo adscribe estructuralmente al régimen nocturno, acercando así lo erótico a lo alimenticio o digestivo. Sin embargo, pienso que Eros debe obtener una autonomía arquetípica, por cuanto es la mediación del logos racional y del mito preracional, de Apolo y Dioniso, de lo patriarcal y lo matriarcal. Eros realiza esta mediación en el médium de lo fratriarcal presidido por Hermes, el cual es a la vez la vida fálica y la muerte onfálica, el alma mediadora del espíritu inmortal y del cuerpo mortal.
Pienso que G.Durand ha potenciado en su antropología el régimen nocturno a expensas del régimen diurno, exhibiendo así una imagen anti-ilustrada que no le corresponde. Pero sí le corresponde el peligro de cierta regresión mítica y mística, al relegar el eros al ámbito nocturno, olvidando su sublimación en el amor, de acuerdo a su propia exégesis de La flauta mágica más arriba transcrita. La cual es una obra de iniciación masónica y, por lo tanto, ilustrada, en la que se afirma la fraternidad de inspiración cristiana como mediación de la libertad o apertura trascendental y de la igualdad o asunción inmanente. Por ello propondría un cuadro hermenéutico presidido por Eros como vivencia originaria del hombre a modo de aspiración o erótica natural-cultural, ya que el Eros humaniza al hombre al mediar la naturaleza animal y la cultural espiritual.
3.- Mito-logía
Eros vivencia la realidad como reunión primigenia, expresando esta impresión de la realidad en una mito-logía primordial, reuniendo el mito y el logos, lo preracional y lo racional, la naturaleza y la cultura. Esta mitología primordial se dualiza posteriormente en mito literario y logos racional (ciencia), cuya mediación filosófica es el sentido existencial simbolizado por el amor como sublimación de eros. Podríamos decir que el Eros descarga su pulsión unitiva o unificadora en el mito como intuición imaginal del mundo, y en el logos como denominación racional. Precisamente la mito-logía reúne la subjetividad del mito y la objetividad del logos, en una síntesis que se articula en una filosofía del sentido a la vez objetiva y subjetiva, es decir, intersubjetiva.
En realidad, y dada el desgarro dual del hombre entre los contrarios simbolizados eróticamente por lo masculino y lo femenino, todo el quehacer simbólico-real de la humanidad se centra en la remediación de los opuestos para su mutua composición. El eros es la reunión masculino-femenina o andrógina, el mito es la intuición del mundo, el logos es su articulación, la música aporta consonancia o acorde y la política debería aportar consenso o acuerdo, el arte es la plasmación imaginal de lo real, la filosofía expone el sentido experiencial, la ciencia la razón experimental, y finalmente Dios la coincidencia de los opuestos. Si la naturaleza es el encaje de las cosas, la cultura es el encaje de sus símbolos.
En la estupenda obra que comentamos desde nuestra propia perspectiva hermenéutica, se ofrece una especie de gigantomaquia entre lo racional y lo irracional, tal y como comparece en la gran cultura filosófica o literaria, mítica o musical, política o científica. Pero también a nivel de cultura popular se nos muestra esta dicotomía simbólica y dialéctica entre los contrarios, el amor y el desamor, la vida y la muerte. Entre mil y una canciones populares podemos traer a colación el bello y escueto bolero “Historia de un amor”, compuesto en 1955 por el panameño C.E.Almazón con motivo de la muerte de la mujer de su hermano, y que fue la banda sonora del film mexicano del mismo nombre. Ha sido interpretado por Los Panchos, P.Infante, El Cigala, J.Iglesias, Il Divo o A.Arteta, así como en su versión de tango por R.Lesica y otros, habiendo sido ampliamente traducido. El tema central y único es el tema del amor y la muerte, narrando melancólicamente el gozo de la compañía amorosa y el sufrimiento de la soledad morosa. El amor comparece como la razón o sentido existencial de nuestra vida, atravesado por un destino trascendental de raíz cuasi religiosa, y que sintetiza dramáticamente “todo el bien, todo el mal” de nuestra coexistencia: la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, eros y thanatos.
Conclusión
Podríamos concluir sucintamente nuestro breve recorrido destacando que la cultura humana se caracteriza por la racionalización de lo irracional, así como por la síntesis simbólica del análisis invertido en la realidad. Puede consultarse al respecto mi librejo “Amor y sentido”, Anthropos, Barcelona, 2003.
Claves de la vida 84
---La razón del amor es que no tiene razón (W.Shakespeare).
---Melancolía: tiempo envarado en un espacio embalsado o empantanado (húmedo).
---Aburrimiento: la vida embalsamada o apergaminada (seca).
---Depresión: existencia encallada en un mundo encanallado (negro).
---Exaltación: exultación o expansión flotante en el cielo (azul).
---Angustia: angostura o impansión represora de la energía vital (laberinto).
---Nostalgia: desdoblamiento del yo en un tiempo enroscado sobre sí mismo (retracción).
---Amor: redoblamiento del yo en el espacio del otro saturado de uno mismo (proyección).
---Dios como potencia positiva (para el creyente) y como depotencia negativa (para el increyente): ambivalencia del Dios.
---La muerte no tiene remedio: porque es el remedio.
---Para el ateo Dios es la cerrazón: para el creyente la apertura.
---En la vida quieren salvarnos a menudo gente perdida: de la cabeza.
---Los progres que se declaran ateos militantes: oh, qué machotes, y cuánta inteligencia por su parte frente a nuestra ignominia crédula.
---Que Cataluña se independice de Cataluña.
---El que se sienta capaz de hacer algo que lo haga: y el que no se sienta que se siente.
---La poesía de Pablo Neruda y su animalidad cósmica y humana.
---La gente que come poco engorda más: porque no tiene fuerzas para pasear.
---Ahora que no hay curas los laicos predican políticamente: en su propio desierto.
---La Iglesia lo condenó todo: quizás para luego poder salvarlo.
---Alabamos a Dios por su inmensa gloria: extrañamente.
---Bibliotecas: cementerios de libros amortajados.
---El día de la ira es el western de la amistad y contramistad: rodado en Almería con Lee van Cleef y una música lacerante.
---Interpretar es sonsacar el jugo de un texto: su sabia o sabiduría.
---Las religiones imponen en nombre del Dios preceptos inhumanos: para luego castigar a los humanos que los incumplen.
---El hombre es simiesco o monoide: y el que lo niega aún más.
---No me corrompí políticamente: porque no me casé con nadie.
---La medicina solo retrasa la muerte: no la cura.
---El western como purificación o catarsis: La muerte tenía un precio (con Leone, Morricone e Eastwood).
---Mirando al mar significa: escuchando música.
---Mis pensamientos no son estáticos: están bien paseados.
existencial (AOO)
Aparece el excelente libro de la profesora Blanca Solares “Gilbert Durand, escritos musicales: las estructuras musicales de lo imaginario”, publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México en la editorial Anthropos de Barcelona. En la primera parte presenta los estudios del antropólogo Gilbert Durand sobre el simbolismo de la música, en la segunda parte contextualiza su aportación en el conjunto de la antropología simbólica del gran pensador francés. El hilo conductor de este texto es el hilo musical de la obra durandiana, según la cual solo la música puede expresar propiamente el amor, que es el sentido existencial del hombre en el mundo.
1.- Música y sentido
Ha sido Mozart quien, en “La flauta mágica”, habría logrado la expresión más relevante del amor por mediación de las figuras de Tamino y Pamina. Ambos amantes proyectan más allá de ellos mismos una mirada de hermandad y amistad hacia una misma meta (trascendental), sin renunciar empero a su inmanencia erótica. Aquí el amor, como dice nuestro autor, se consolida al través paradójico de la fugacidad y las confusiones del eros pasional, reflotando de un modo sublimatorio o sublimado. Diríamos que la desmesura dionisiana queda exorcizada por la mesura de Apolo.
Esta mediación simbólica de los contrarios es típica de la música mozartiana, pero atípica en la música wagneriana. Wagner fluctúa entre el romanticismo positivo o vital y el decadentismo negativo o antivital. Sucumbe así, según Durand, a una confusión entre el amor a la vida con sus motivos heroicos o prometeicos y la renuncia al amor con su pulsión de muerte, entre la biofilia y la necrofilia, eros y thánatos. La influencia pesimista de Schopenhauer hace de Wagner un romántico decadente.
En la segunda parte, Blanca Solares contextualiza bien los textos de G.Durand sobre la música y el amor en el conjunto de la obra durandiana, la cual concibe la experiencia radical del hombre en el mundo como un intento de articular dialógicamente los contrarios y las contradicciones. El hombre está escindido entre los opuestos y trata de mediarlos y remediarlos de un modo complementario y compensatorio. Los contrarios que nos contrarían son lo diurno y lo nocturno, la luz y la oscuridad, lo ascensional y lo descensional, la vertical y la horizontal, el arriba y el abajo, las estructuras heroicas y las estructuras antiheroicas, lo dionisiano y lo apolíneo, lo matriarcal y lo patriarcal.
2.- Eros re-mediador
A partir de semejante dualidad G. Durand propone una dialogía o dualéctica de los contrarios, diferenciando entre el régimen diurno (ascensional y extrovertido) y el régimen nocturno (descensional e introvertido). Ahora bien, en este esquematismo trascendental yo echo de menos un tercer régimen presidido por Eros y por la erótica, auténtica mediación del régimen diurno progresivo y del régimen nocturno regresivo, en cuanto remediados por un Eros medial caracterizado por la retroprogresión y la progreregresión. En el “Simposio” de Sócrates y Platón, Eros es el gran mediador radical entre la trascendencia y la inmanencia, la Idea y lo sensible, encarnando la cópula del ser y el ser de la cópula, la coimplicación de los opuestos así compuestos cuasi musicalmente.
Pero Gilbert Durand no ofrece un régimen autónomo para el Eros, sino que, influido por Freud, lo adscribe estructuralmente al régimen nocturno, acercando así lo erótico a lo alimenticio o digestivo. Sin embargo, pienso que Eros debe obtener una autonomía arquetípica, por cuanto es la mediación del logos racional y del mito preracional, de Apolo y Dioniso, de lo patriarcal y lo matriarcal. Eros realiza esta mediación en el médium de lo fratriarcal presidido por Hermes, el cual es a la vez la vida fálica y la muerte onfálica, el alma mediadora del espíritu inmortal y del cuerpo mortal.
Pienso que G.Durand ha potenciado en su antropología el régimen nocturno a expensas del régimen diurno, exhibiendo así una imagen anti-ilustrada que no le corresponde. Pero sí le corresponde el peligro de cierta regresión mítica y mística, al relegar el eros al ámbito nocturno, olvidando su sublimación en el amor, de acuerdo a su propia exégesis de La flauta mágica más arriba transcrita. La cual es una obra de iniciación masónica y, por lo tanto, ilustrada, en la que se afirma la fraternidad de inspiración cristiana como mediación de la libertad o apertura trascendental y de la igualdad o asunción inmanente. Por ello propondría un cuadro hermenéutico presidido por Eros como vivencia originaria del hombre a modo de aspiración o erótica natural-cultural, ya que el Eros humaniza al hombre al mediar la naturaleza animal y la cultural espiritual.
3.- Mito-logía
Eros vivencia la realidad como reunión primigenia, expresando esta impresión de la realidad en una mito-logía primordial, reuniendo el mito y el logos, lo preracional y lo racional, la naturaleza y la cultura. Esta mitología primordial se dualiza posteriormente en mito literario y logos racional (ciencia), cuya mediación filosófica es el sentido existencial simbolizado por el amor como sublimación de eros. Podríamos decir que el Eros descarga su pulsión unitiva o unificadora en el mito como intuición imaginal del mundo, y en el logos como denominación racional. Precisamente la mito-logía reúne la subjetividad del mito y la objetividad del logos, en una síntesis que se articula en una filosofía del sentido a la vez objetiva y subjetiva, es decir, intersubjetiva.
En realidad, y dada el desgarro dual del hombre entre los contrarios simbolizados eróticamente por lo masculino y lo femenino, todo el quehacer simbólico-real de la humanidad se centra en la remediación de los opuestos para su mutua composición. El eros es la reunión masculino-femenina o andrógina, el mito es la intuición del mundo, el logos es su articulación, la música aporta consonancia o acorde y la política debería aportar consenso o acuerdo, el arte es la plasmación imaginal de lo real, la filosofía expone el sentido experiencial, la ciencia la razón experimental, y finalmente Dios la coincidencia de los opuestos. Si la naturaleza es el encaje de las cosas, la cultura es el encaje de sus símbolos.
En la estupenda obra que comentamos desde nuestra propia perspectiva hermenéutica, se ofrece una especie de gigantomaquia entre lo racional y lo irracional, tal y como comparece en la gran cultura filosófica o literaria, mítica o musical, política o científica. Pero también a nivel de cultura popular se nos muestra esta dicotomía simbólica y dialéctica entre los contrarios, el amor y el desamor, la vida y la muerte. Entre mil y una canciones populares podemos traer a colación el bello y escueto bolero “Historia de un amor”, compuesto en 1955 por el panameño C.E.Almazón con motivo de la muerte de la mujer de su hermano, y que fue la banda sonora del film mexicano del mismo nombre. Ha sido interpretado por Los Panchos, P.Infante, El Cigala, J.Iglesias, Il Divo o A.Arteta, así como en su versión de tango por R.Lesica y otros, habiendo sido ampliamente traducido. El tema central y único es el tema del amor y la muerte, narrando melancólicamente el gozo de la compañía amorosa y el sufrimiento de la soledad morosa. El amor comparece como la razón o sentido existencial de nuestra vida, atravesado por un destino trascendental de raíz cuasi religiosa, y que sintetiza dramáticamente “todo el bien, todo el mal” de nuestra coexistencia: la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, eros y thanatos.
Conclusión
Podríamos concluir sucintamente nuestro breve recorrido destacando que la cultura humana se caracteriza por la racionalización de lo irracional, así como por la síntesis simbólica del análisis invertido en la realidad. Puede consultarse al respecto mi librejo “Amor y sentido”, Anthropos, Barcelona, 2003.
Claves de la vida 84
---La razón del amor es que no tiene razón (W.Shakespeare).
---Melancolía: tiempo envarado en un espacio embalsado o empantanado (húmedo).
---Aburrimiento: la vida embalsamada o apergaminada (seca).
---Depresión: existencia encallada en un mundo encanallado (negro).
---Exaltación: exultación o expansión flotante en el cielo (azul).
---Angustia: angostura o impansión represora de la energía vital (laberinto).
---Nostalgia: desdoblamiento del yo en un tiempo enroscado sobre sí mismo (retracción).
---Amor: redoblamiento del yo en el espacio del otro saturado de uno mismo (proyección).
---Dios como potencia positiva (para el creyente) y como depotencia negativa (para el increyente): ambivalencia del Dios.
---La muerte no tiene remedio: porque es el remedio.
---Para el ateo Dios es la cerrazón: para el creyente la apertura.
---En la vida quieren salvarnos a menudo gente perdida: de la cabeza.
---Los progres que se declaran ateos militantes: oh, qué machotes, y cuánta inteligencia por su parte frente a nuestra ignominia crédula.
---Que Cataluña se independice de Cataluña.
---El que se sienta capaz de hacer algo que lo haga: y el que no se sienta que se siente.
---La poesía de Pablo Neruda y su animalidad cósmica y humana.
---La gente que come poco engorda más: porque no tiene fuerzas para pasear.
---Ahora que no hay curas los laicos predican políticamente: en su propio desierto.
---La Iglesia lo condenó todo: quizás para luego poder salvarlo.
---Alabamos a Dios por su inmensa gloria: extrañamente.
---Bibliotecas: cementerios de libros amortajados.
---El día de la ira es el western de la amistad y contramistad: rodado en Almería con Lee van Cleef y una música lacerante.
---Interpretar es sonsacar el jugo de un texto: su sabia o sabiduría.
---Las religiones imponen en nombre del Dios preceptos inhumanos: para luego castigar a los humanos que los incumplen.
---El hombre es simiesco o monoide: y el que lo niega aún más.
---No me corrompí políticamente: porque no me casé con nadie.
---La medicina solo retrasa la muerte: no la cura.
---El western como purificación o catarsis: La muerte tenía un precio (con Leone, Morricone e Eastwood).
---Mirando al mar significa: escuchando música.
---Mis pensamientos no son estáticos: están bien paseados.