Mi idea y los libros

Todo autor tiene una idea, mientras que los demás la obtienen de aquí y de allá, por ahí. Pero incluso el creador es un recreador, como lo muestra el propio Dios creador del universo que imita o secunda la pro-creación del mundo por la vieja Diosa madre, sustituyendo su Logos femenino (Logía o Logia) por un Logos masculino de tipo imperativo o patriarcal (he tratado sistemáticamente esta temática en la que considero mi mejor obra, “Metafísica del sentido”, así como en “Visiones del mundo”.

Yo también, como pequeño (pro)creador de sentido, he tenido solamente una idea central: la idea confusa de la coimplicidad difusa de todas las cosas en su relacionalidad, la idea de la contigüidad enigmática entre el arriba y el abajo, la derecha y la izquierda, lo masculino y lo femenino, Dios y el diablo, el bien y el mal, lo uno y lo otro en su coligación (he tratado el tema en “Amor y sentido”, así como en “Cuestiones fronterizas”).

Se trata de la coimplicidad natural de todas las cosas en una implicitud que el hombre tiene/debe explicitar críticamente, pasando así de la implicación natural a su coimplicación cultural, de la mezcla bruta o brutal a su diferenciación diacrítica y su articulación humana, de su inmediatez dada a su mediación simbólica y a su remediación humana. La cultura y su médium el lenguaje son el ámbito de una tal interpretación del mundo, filtrando así la naturaleza naturante en naturaleza naturada o cultura. Nos las habemos con un proceso de hominización del hombre y de humanización del mundo, pero es un proceso de ida y vuelta de la naturaleza a la cultura y de la cultura a la naturaleza, asumida y trasfigurada por el hombre que introduce un sentido interior en la exterioridad prehumana o parahumana (he tratado esta cuestión en mis libros “La nueva filosofía hermenéutica” y “La Diosa Madre).

En este esquema cultural la naturaleza representa el cuerpo material o apariencial, la exterioridad, mientras que la cultura humana representa el alma transapariencial por la interiorización o introyección del sentido existencial en un mundo sin sentido aparente. En esta cosmovisión o concepción del mundo, el espíritu significa la trasparencia final de un mundo trasfigurado o espiritualizado, aunque los naturalistas o materialistas piensan que no hay tal trasfiguración o espiritualización final, sino una recaída final en la naturaleza y sus mezclas meramente materiales (he tratado esta cuestión en mi obra “La razón afectiva”).

Mi filosofía doméstica deja una apertura trascendental al espíritu trasfigurado y trasfigurador, la cual da cuenta tanto de la evolución humana y transhumana de un mundo abierto y no cerrado o clausurado, como de la visión religiosa de la creación abierta a la trascendencia. Esta apertura del sentido en medio del sinsentido mundano se inscribe en mi propia experiencia temprana de orfandad real, que ha buscado cobijo simbólico en el simbolismo como ámbito de significación más allá del mero significado óntico. Pues el mundo no sólo significa a través de sus objetos, cosas y cacharrerías, sino que también simboliza a través del hombre (he descrito esta búsqueda personal en mis obras “Mitología cultural” y “Las claves simbólicas”, así como colectivamente en nuestro internacional "Diccionario de hermenéutica", encabezado por H.G.Gadamer, y el posterior "Diccionario de la existencia".

Sobre mis maestros he escrito algunas monografías, así sobre C.G. Jung y Bachofen, Heidegger y Nietzsche, Eranos y Amor Ruibal. También he investigado las mitologías de mi tierra materna en “Los mitos vascos” y de mi tierra paterna en “La identidad cultural aragonesa”. Reservo para este colofón la cita de los dos libritos que considero más sintéticos y legibles para el lector, por una parte “La herida romántica” (Anthropos), por otra el “Libro de símbolos” (Deusto).Junto a ellos habría que mencionar un libro intrigante “Masonería y hermenéutica”, así como mis exóticos libros de Aforismos: “Amor y humor”, “Sabiduría de la vida”, “Tragicomedia de la vida”, "Co-razón”. Finalmente concitar solamente mis blogs y twitter en Deusto.
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