Europa sufrió, en décadas pasadas, un sarampión de orientalismo, a la vista de que la espiritualidad y el credo patrio sólo condujeron a los campos de exterminio. Europa, después de rebuscar en la basura de las religiones orientales, al fin parece que lo único que ha salvado de ellas es el yoga y el taichí. Lo mismo que del catolicismo hispano se salvan las procesiones "turísticas" de Semana Santa.

Hay religiones de una bondad “natural” en los efectos pero de una malignidad en su “esencia”, fundadas en las diferencias sociales y que tratan de justificar las estructuras sociales injustas. Tal es el hinduismo.

Presuponiendo crédulamente que la existencia de cualquier mortal responde a existencias anteriores, nadie puede ni quejarse ni tratar de cambiar lo que es. Unos nacen mendigos y otros hijos de reyes. No hay nada que hacer.

Lógicamente la injusticia social está justificada y, sobre todo, aceptada. ¿Para qué tratar de cambiar lo que es?


Eso sí, si eres pobre, sé pobre en toda su esencia y únete a Visnú por ese medio; si eres rico, sé buena persona pero sigue ejerciendo de rico. Son afirmaciones muy descarnadas, pero de hecho la sociedad crédula hindú sigue anclada en este pasado.

¿Qué tipo de liberación es la moksa de que hablan si el karma, el destino, y la samsara, el discurrir humano, no dan opción alguna al cambio social? ¡Practiquen el yoga para vivir la liberación!, pero el verdadero yoga sólo pasa por llevar a los juzgados y a la cárcel a quien impida el ascenso social de cualquier persona con inteligencia.

Brahmanes [sacerdotes, filósofos, eruditos, jefes religiosos] ksatriya [guerreros y jefes políticos], vaisya [comerciantes, campesinos], sudra [obreros, servidores] subdivididos en múltiples jati... y fuera de todos ellos los parias o dalits, los hombres quebrados...

El que unos sean boca de Brahma, otros sus brazos, otros sus muslos... es la solemne estupidez de quien pretende extraer de vulgares comparaciones enseñanzas y reglas de vida y de organización social.

El “factum” se convierte en categoría; lo coyuntural en estructural por principio existencial... Y, como sucede siempre con todas las religiones, lo que importa al pueblo, lo que oprime a las masas, lo que está objetivamente mal lo eluden; quitan valor teórico a tales divisiones mientras las mantienen de hecho; quitan importancia “salvadora” a tal fraccionamiento social, pero la situación se mantiene “de facto” y los pobres siguen siendo pobres y unas castas mantienen oprimidas a otras.

¿Y dicen que el hinduismo salva? A otro perro con esa longaniza.