"No pises la hierba, ¡fúmatela!"

Por Emérito a gusto.

No, no arremeto en plan reivindicativo. Ni contra la ley antitabaco, ni contra la ley del alcohol, ni a favor de la legalización de la marihuana, que se ha descubierto que es buena para la salud (no sé si mental), incluso se muestra anticancerosa. Hoy voy de metáforas.

La metáfora se utiliza cuando queremos comunicar un concepto abstracto de una manera familiar y accesible. Constituye una parte integrante de nuestro lenguaje y de nuestro pensamiento y aparece en nuestras conversaciones cotidianas, aunque muchas veces no nos demos cuenta.

Todo el lenguaje, sobre todo el lenguaje bíblico, está plagado de metáforas y alegorías. Pero estamos ya tan familiarizados con ellas que las hemos asimilado sin tener conciencia de que lo sean y actúan en nuestro subconsciente de forma solapada. Por ejemplo, la que hoy absorbe mi atención y dilapida mi comentario:

“El Señor es mi pastor... En verdes praderas me hace recostar...”


Hay que destacar la metamorfosis que ha experimentado esta metáfora; más bien resulta una especie de metempsícosis: de Dios se transfiere a Jesús (“Buen Pastor”) y de él, a los discípulos: “Apacienta mis ovejas...”. De modo que actualmente los pastores de la Iglesia son el Papa, los obispos y los sacerdotes. Son ellos quienes conducen a sus ovejas a los verdes prados y allí los hacen recostar.

Así leído o escuchado una y otra vez, se asume fácilmente. Pero si preguntamos a muchos “creyentes” qué significa esta metáfora, su explicación es tautológica: “Pues que ellos son como los pastores, los que nos dirigen y nosotros como el rebaño, que seguimos sus instrucciones”. Y yo interpreto que este lenguaje figurado necesita una clarificación de términos:

Pastor: La imagen del pastor forma parte de la experiencia humana. A lo largo de su historia, los hombres han domesticado a algunos animales, en nuestro caso las ovejas, con las que han estrechado, si se puede hablar así también en metáfora, lazos de familiaridad.

En el plano real, es un hombre que cuida, protege y guía al ganado.

En el plano simbólico, el término pastor implica conducción, protección, guía. Y por analogía, gobierno, administración, tutela, dirección... Las ovejas no saben a dónde van, pero instintivamente intuyen que el pastor las guía por senderos adecuados hacia exuberantes pastos.

Ovejas: El paisaje de un rebaño paciendo o sesteando tranquilamente en una verde pradera produce sensación de bienestar hasta en el corazón más azaroso. Tal vez sea por el simbolismo que tiene la imagen: criaturas indefensas que se deleitan con pastar y recostar bajo la mirada vigilante de aquel en quien han aprendido a confiar. La oveja es animal fiel, obediente y gregario.


En nuestros días, ha desaparecido la idílica figura del pastor que, provisto de zurrón y acompañado de su apacible burro, recorría trochas y cañadas en perpetua trashumancia en busca de generosos pastos. Actualmente, las granjas han sustituido a los bucólicos rediles y majadas. Los pastores se han trocado en cuidadores, asalariados, jornaleros. La fresca hierba verde, en pienso, forraje o heno.

Y así, la metáfora sufre una metamorfosis integral: Los pastores ya no apacientan el rebaño; se apacientan a sí mismos. Ya no van tras la oveja perdida; esperan que vuelva al redil. Y a la “oveja negra” la maltratan con violencia y dureza.

Y entre las ovejas, unas engordan y otras pasan hambre. Porque los asalariados, que no son pastores, no distribuyen equitativamente el alimento. Ceban a unas y luego pisotean el pasto correspondiente a las demás...

Y es así como, en pura metonimia, los asalariados, que se apropian el título de pastores y maestros, proporcionan el pasto doctrinal a su pequeño rebaño. Y las ovejas, fervientes ovejas clonadas, asimilan la hierba sin criterios, en cantidades masivas, inhalan su esencia y se identifican con el pastor. Y así se produce una “fusión recíproca y solidaria”, es decir, una “con-fusión”...

(Para comprender bien estas últimas interpretaciones léase Ezequiel, cap. 34)


¿A que ahora ya se capta mejor el titular?... No obstante, hay doctrinas que son “infumables”...
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