Para poner en evidencia.

Es argumento repetido que el creyente da asentimiento a unas verdades que conoce perfectamente. Mucho lo dudo: lo hará emocionalmente, que no usando su razón crítica. 

Convencido estoy de lo contrario, de que la inmensa mayoría de los creyentes "rituales" no conocen lo que debieran, lo que recitan ni casi lo que les dicen. Son crédulos de lo que sea.

No incluyo a los que, polemistas de su fe, profundizan en su contenido, incluidos quienes aquí debaten: al menos de esta manera les ayudo a tomar conciencia de sus credos.

No es el caso de la inmensísima mayoría: a la misma le consuelan palabras de fervor y ritos "pregnantes", ritos que hacen presente a Dios, cual zarza ardiente del Sinaí. 

La verdad doctrinal no les importa. Si por relámpago de racionalidad dudan de lo que creen, al punto les viene a la mente aquello de "doctores tiene la Santa Madre Iglesia que te sabrán responder", como decía Astete. O quizá Ripalda, no recuerdo.

Veamos una nueva retahíla de "verdades" que pueden hacer dudar, relacionadas con el Nuevo Testamento. Sugiero la lectura de "Guía para entender el Nuevo Testamento" de A. Piñero.

  1. De entre cincuenta y tantos evangelios, el Concilio de Nicea (325) seleccionó cuatro. Creo sinceramente que se eligieron por criterios de sentido común, racionalidad y tras estudio concienzudo. Pero no es eso lo que dicen sus propias leyendas: cuando alguien quiera pasar un rato divertido o avergonzado, lea cómo volaba el Espíritu Santo y dónde se posaba. Si de creer se trata, habrá que creer que la paloma se posó sólo en los libros revelados. Hay quien también recela de que el emperador Constantino, con sus asesores, se implicó en tal elección. Pero del criterio científico no hay constancia. Por supuesto que algunos pseudo evangelios, apócrifos, escapan como el agua en una cesta.
  2. Jesús, de cuya existencia algunos recelan, aunque los más expertos afirman que sí existió, no pudo ser sino uno de tantos profetas que pulularon por Galilea en una época de gran fervor nacionalista. El Reino pretendido más era "reino" terreno que celestial.
  3. Cristo –-que no Jesús-- es un "invento" de una mente genial pero alucinada, Pablo de Tarso, hombre erudito, culto y lleno de fanatismo, que aglutina en la figura pretendidamente histórica de un Jesús para él desconocido cualidades, personajes y leyendas extraídas de egipcios, indoeuropeos, persas, griegos sobre todo y, en menor medida, judíos. Fue un genial mistificador (y mixtificador).
  4. Todos los relatos, milagros, discursos, correrías, sufrimientos, pasiones y resurrecciones, son entelequias y fábulas de quienes los escribieron, idénticas a las que aparecen en textos coetáneos o anteriores.
  5. Dejan constancia escrita de milagros y maravillasde Jesús no porque sucedieran, sino las más de las veces para "cumplir" profecías anteriores ¡que en modo alguno se referían al Mesías sino a situaciones sincrónicas de exaltación o postración política!
  6. Hay contradicciones tan de bulto en relatos paralelos de los Evangelios, sobre hechos, lugares, tiempos, personas, que lo que resulta difícil de entender no es el contenido del relato, sino, primero, cómo no corrigieron esas contradicciones en su momento y, menos, cómo pueden ser textos como dicen "revelados" por un único Dios, el mismo en todos los relatos. Arguyen que Dios se acomoda al “vehículo humano”... ¿Y por qué obligar al hombre, que aprecia tales contrasentidos, a acomodar sus entendederas a ese “vehículo divino a su vez acomodado al vehículo humano”?
  7. Aún, y sobre todo, en las cosas más nimias, el relato de los Evangelios pone en boca de Jesús hechos y doctrinas en contradicción unas con otras. ¿Cómo puede decir una cosa y en otro sitio o en otro evangelio lo contrario?
  8. Dicen los estudiosos que se han suprimido o añadido textos en las Escrituras según conveniencia "de los tiempos", de la política, del juego de influencias, del poder... Recuérdese el productivo versículo "Tú eres Pedro...".
  9. Es significativo que ningún contemporáneode Jesús ni tampoco discípulo alguno suyo, de los que le seguían, escribiera nada sobre él. Biblistas serios afirman que las cartas de Pedro y Santiago, por ejemplo, son apócrifas y, por supuesto, no escritas por ellos, analfabetos estructurales y funcionales.

No se olvide tampoco que los Hechos de los Apóstoles están escritos por un secuaz de Pablo. Y si al Colegio Apostólico nos referimos, todos imbuidos de Espíritu Santo, ¿no les hace pensar la nula trascendencia doctrinal, vital, fundacional... de los otros Once apóstoles? Se los tragó la sima de la verborrea paulina.

Todo lo que se dice de ellos es fabuloso y claramente legendario. Pero ¿no recibieron el E.S.? ¿No predicaron? ¿No tuvieron discípulos? ¿Qué sucedió con ellos? [La respuesta la dan también los estudiosos: pues que nacieron en el cuento, murieron con el cuento y cuando no cuentan, no se les tiene en cuenta].

Respecto a la cronología del N.N. el primer escrito del es la I Carta a los Tesalonicenses (1), pero donde se escribe por primera vez a fondo sobre Cristo, haciendo cristología, es en la Carta a los Romanos, ¡unos 55/58 años después de su muerte! Y el que escribe, “un tal” Pablo de Tarso, lo hace sin haberlo conocido, sin manejar documento alguno y en términos mistéricos, no históricos.  

Las "historias" empiezan a escribirse mucho después. Marcos, ayudante de Pablo y Bernabé, en torno al 75-80, que sería el primer evangelio escrito, con un capítulo añadido mucho más tarde. Traduce los intereses de Pablo.

Mateo, no judío, alrededor del año 90, en Alejandría. Lucas, compañero de Pablo, a finales del siglo I. Sólo este evangelio ya merecería un análisis histórico riguroso capítulo por capítulo. Juan, que no es "el discípulo amado" sino probablemente un griego cristiano, escribe ya entrado el s. II.

¿Qué se puede decir de documentos que hablan de oídas, de recuerdos, de relatos, de hechos sin documentación fiable alguna, con leyendas transmitidas de boca en boca?

Previendo y en prevención de respuestas me pongo la venda: ya, ya sé que los Evangelios no son documentos históricos sino... ¿qué?

Pues entonces, si no tienen el carácter científico de "historia comprobable" no hablen de realidades y digan sencillamente que lo que sostienen y les sostiene son sino creencias, que para los que han pensado un poco --esto también es HUMANISMO SIN CREDOS-- son mitos, cuentos, fábulas, invenciones, leyendas, apologías a veces, quimeras, sermones morales... _______________________________________

(1) I Tesalonicenses: El contenido esencial versa sobre la proximidad de la parusía. El fin del mundo está próximo. ¿Por qué esa vivencia? La secta cristiano-judía estaba capitidisminuida; el líder, asesinado; eran perseguidos hasta por los suyos; habían sido testigos de la destrucción del Templo; vivían con la sensación de que se habían cumplido ya las promesas bíblicas.

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