A propósito de Einstein. ¿La Naturaleza acerca a Dios? ¿O la Naturaleza es el primer Dios?


La contemplación de los fenómenos naturales es fuente inagotable para un complejo de sensaciones que van desde lo más sensiblero a lo más espiritual. Muchos de los que admiran la naturaleza podrían ser considerados “religiosos naturalistas” por la sugestión que ésta provoca.

Ahora bien, el término naturalista es excesivamente ambiguo. Como expresión con sentido definido, en los siglos XVII y XVIII naturalistas eran aquellos que se dedicaban a estudio de la naturaleza desligando dicho estudio de cualquier consideración espiritual. Muchos de ellos, paradójicamente, era clérigos, labor facilitada primero por la "asepsia" que ello implicaba --como no era el caso de los alquimistas-- y, sobre todo, por tener las necesidades vitales resueltas.

Entre los filósofos sin embargo se entiende naturalista como el opuesto a sobrenaturalista: la mayoría de estos naturalistas afirma que,
aunque existe sólo un tipo de materia en el universo y ésta es física, a partir de esta materia surgen las mentes, la belleza, las emociones, los valores morales, en pocas palabras, la totalidad de los fenómenos que enriquecen la vida humana (J. Baggini).


Así un naturalista dice que los pensamientos emergen de complejas interacciones entre entidades físicas cerebrales; que no existe nada, más allá del mundo natural físico; que no hay ninguna inteligencia creativa sobrenatural agazapada detrás del universo; que ningún alma dura más que el cuerpo; y, por supuesto, no son admisibles milagros más allá de lo que puede ser un fenómeno natural del que todavía no tenemos explicación.

En otras palabras: por el hecho de no entender una cosa, no por eso se ha de deducir que sea sobrenatural. Ya llegará la explicación.

Hay casos curiosos de esos que llaman “ateos” que, por lealtad hacia la tribu asisten a actos sociales que, casualmente, son religiosos. Otros que admiran el naturalismo poético que impregna el pensamiento de otros creyentes, incluso científicos.

Hay quienes en público se intitulan convencidos creyentes, no así en privado y entre sus íntimos (el caso del astrónomo Martin Rees, p.ejm. o el médico judío R. Winston).

Algunos se califican como religiosos por una cierta confusión mental impregnada de panteísmo. De ahí la frase atribuida a Einstein que contrasta con lo que explícitamente afirma en muchísimas ocasiones:
“La ciencia sin religión es minusválida, la religión sin ciencia es ciega”.


¡Tanto se han aprovechado de esta expresión que olvidan cientos de citas del mismo personaje!

Fue por supuesto una mentira que Ud leyó sobre mis convicciones religiosas, una mentira que está siendo sistemáticamente repetida. Yo no creo en un Dios personal y nunca lo he negado, sino que lo he expresado claramente. Si algo está en mí que pueda ser llamado religioso entonces es la ilimitada admiración por la estructura del mundo hasta donde nuestra ciencia puede revelarla”.

Más claro agua. Pero por lo mismo podríamos titular como "religioso" cualquier sentimiento de condolencia o solidaridad.


Yo soy un no-creyente profundamente religioso. Esto es de alguna manera un nuevo tipo de religión. Nunca le he imputado a la naturaleza un propósito o un objetivo o cualquier cosa que pudiese ser entendida como antropomórfica. Lo que veo en la naturaleza es una magnífica estructura que nosotros podemos comprender sólo muy imperfectamente y eso debe llenar a una persona pensante con sentimientos de humildad. Este es un genuino sentimiento religioso que no tiene nada que ver con el misticismo. La idea de un Dios personal es completamente extraña para mí y me parece hasta ingenua.

En el libro Einstein y la Religión (M. Jammer) aparecen textualmente citadas muchas expresiones que sí dijo. Y también la “desilusión” de aquellos que qusieran haberlo tenido entre los suyos:

Es triste ver a un hombre que proviene de la raza del A.T. y a sus enseñanzas, negar la gran tradición de esa raza” (Obispo católico de Kansas)


No existe ningún otro Dios sino un Dios personal... Einstein no sabe de lo que está hablando. Él está totalmente equivocado. Algunos hombres piensan que, porque han logrado un alto grado de aprendizaje en algún campo, están cualificados para expresar opiniones en todo” (Opiniones de clérigos católicos)
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