"Un baño de alegría desbordante" Mi primer día de la JMJ

(José Carlos Rodríguez).- Recién llegado de una semana de vacaciones con mi familia y con el recuerdo del mes y medio pasado en el Congo aún muy fresco, termino el día después de haber acompañado a un grupo de 98 peregrinos de Uganda a los que, por razones que me resultan incomprensibles, los responsables de organización de la JMJ han alojado en un colegio de Villar del Olmo, un remotísimo pueblo de la provincia de Madrid desde donde hoy han tenido que desplazarse a una parroquia de Leganés.

Entre las muchas preguntas a las que he tenido que responder hoy, sin duda la que me ha resultado más incómoda es la que se refería a la manifestación contra la visita del Papa. Querían saber por qué la organizaban y qué tenían en contra de Benedicto XVI. El problema es que quienes han organizado este evento que ha terminado como el rosario de la aurora no parecen haberse dado cuenta de un detalle fundamental: que la cuestión no es que venga el Papa a Madrid, sino que han venido ya alrededor de medio millón de personas de fuera de España, más los muchísimos más venidos del resto del país.

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