He visto la misa de televisión de hoy. En la parroquia de San José Obrero de Coslada que llevan los Misioneros de la Sagrada Familia. Fundados por el francés Berthier. No los confundáis con los del P. Mañanet.
Es una congregación envejecida que en España sólo tiene tres casas: parroquias en Coslada y Torrejón de Ardoz y la curia en Madrid. Me parece recordar que dijeron que en nuestra patria eran catorce religiosos.
Los que aparecieron en el reportaje previo iban naturalmente todos de paisano. El que parecía superior luce una barbita a lo P. Kolvenbach. No tengo nada que objetar a la barba en sí ni al modelo de la misma.
No presté atención a la homilía por lo que no puedo decir nada sobre ella. El coro, nada juvenil, absolutamente charanguero. Pero eso es ya tan común que tampoco voy a insistir. Las imágenes, modernas y dignas. Un Cristo resucitado, que tenía fueza. Una Virgen y una Sagrada Familia blanditas pero aceptables. Y un San José Carpintero que era en mi opinión la que menos valía.
Sólo quiero referirme a que en el momento de la consagración allí no se arrodilló nadie. Y como no me creo que las humedades del Jarama hayan causado artrosis a toda la comunidad parroquial pues me malicio la acción decidida de los religiosos para lograr esa unanimidad.
Pues como yo me creo aquello de que ante el nombre de Jesús se doblará toda rodilla en el cielo y en la tierra y me parece recordar que hasta en el abismo, que les den morcilla a estos misioneros de la Sagrada Familia.