Tres eran tres los hijos de Gasco...

Quien sabe me asegura que el martes pasado se rebelaron contra su cardenal y como un sólo hombre, o mejor hombrecito pues ni juntando a los tres dan una mínima talla, votaron a Blázquez for president. Y a punto estuvieron de conseguirlo.
Pues estaba yo preocupado por quedarme sin obispos para estas crónicas. Porque los que me repatean están practicamente todos a punto de caer del árbol, no ya maduros sino ultrapasados.
Pues tomo nota, y para ello tengo que levantarme para acudir a la ficha pues ni me acuerdo de sus nombres, de Esteban Escudero Torres, Salvador Giménez Valls y Enrique Benavent Vidal. Tan fieles ellos a su cardenal arzobispo.
Es curioso lo que ocurre con los auxiliares. Hace tres años al cardenal Rouco le costó la presidencia el voto de Borobia. Y esta semana estuvo a punto de ocurrir lo mismo con el de los tres auxiliares de Valencia.
Pues lo llevan claro. Porque el cardenal Re ya me ha llamado esta mañana para decirme que había resuelto lo de Valencia. En pocos meses, no creo que más de medio año, nuevo arzobispo. Que sobre todo se caracteriza por complicarle la vida a su obispo auxiliar. Y se va a encontrar nada menos que con tres.
Con esto sería de desear que ninguno de los tres fuera solución para Lérida o Gerona. Porque llegarían ya con los calzoncillos malolientes. Por mí ni Ibiza. Que puede ser la salida para uno.
Me atreví a decirle: ¿E Málaga, Eminenza? Me respondió: ¿Málaga, Málaga...? Un altro giorno... Con lo que no me atreví a insistir.
Luego me preguntó si eran cugini Monteiro, Quinteiro y Zapateiro. Con mi nulo italiano intenté explicarle que no y creo que con escaso éxito. Porque aunque me dijo Ah bene l'ordinario militare luego me añadió: Cugini Monteiro e Zapateiro.
Como puede haber lector que todavía sea más ignorante que yo en lo del italiano aclararles que cugini no es cochino sino primo.