Los pecados del cardenal Rouco.

Tras todo ello el cardenal tiene que dimitir. Y antes pedir perdón a los feligreses y al conjunto de la ciudadadanía.
Por los consabidos y repetidos hasta la saciedad hechos de siempre: oposición a Educación para la ciudadanía, por publicar Alfa y Omega, desde donde, además de apoyar al PP se hace algo mucho peor, y eso sí que es maldad: "no sólo se ataca sin piedad alguna al presidente legítimo del Gobierno de España, sino que se le insulta. O se le denigra o se le calumnia". Además, es el "gran valedor", junto a otros obispos, de la COPE, que según este señor no se parece nada a los Evangelios. Cuestión sobre la que el señor Sopena debe ser un especialista. Y su "lugarteniente", Martínez Camino. osó criticar a Bernat Soria, "cualificado investigador a escala mundial".
Pero todo eso, aunque coadyuva, no es lo fundamental, lo verdaderamente repugnante en el arzobispo de Madrid, que si tuviera dignidad estaría obligado a la dimisión es por su tolerancia con los curas pederastas.
"¿A qué espera, monseñor Rouco Varela, para dimitir de su alto cargo eclesiástico? ¿A qué espera usted, monseñor, tras amparar directa o indirectamente los abusos sexuales a un menor por parte de un capellán bajo su jurisdicción?"
Pues todo es un invento de este señor. El arzobispado de Madrid ha sido condenado como responsable civil subsidiario a pagar la indemnización a ese joven. Cinco millones de pesetas en el caso de que el cura pederasta no pueda pagar esa cantidad.
Y eso es todo. Pura falacia. Mañana un profesor de Instituto viola a un joven en un aula. El juez le condena a la prisión que corresponda y fija una indemnización de cinco millones de pesetas. Y declara al Estado, como es normal, responsable civil subsidiario para el caso en que el profesor no pueda responder de esa cantidad. Y yo escribo un artículo pidiendo la dimisión de Zapatero por amparar directa o indirectamente a los pederastas.
A mí no me gusta Rodríguez Zapatero pero por propia dignidad no se me ocurre hacerle responsable de delitos que ni cometió ni tuvo la menor idea de ellos. Ni a un alcalde porque un policía municipal de servicio, de uniforme y con su pistola, asesine a su mujer. Aunque al Ayuntamiento le declaren responsable civil subsidiario de la indemnización a los hijos de la víctima.
Ese señor puede tenerle al cardenal Rouco la manía que quiera. Y defender a los curas de Entrevías frente al cardenal. Pero recurrir a lo que recurre me parece impresentable.
Pero el cardenal tiene algún pecado verdadero y en él lleva la penitencia. La prolongación tiempo y tiempo del asunto Entrevías lleva a cosas como éstas. El malvado cardenal Rouco amparando a los pederastas, que evidentemente son malísimos para todos, y "fustigando" a esos santos sacerdotes de San Carlos Borromeo, "aquellos que acogían a los drogadictos, a los enfermos de sida, a los miserables, a los parias, a los familiares de estos y de aquellos".
Cierre de una vez ese asunto y verá que poco tarda en morirse definitivamente. Mientras no lo haga se lo estarán pasando por las narices un día sí y otro también.
No me preocuparía demasiado si fuera sólo un sufrimiento personal. Dicen que sarna con gusto no pica. Pero hay más. Hay pecado. Y ese sí que es verdadero. También lo era ciertamente el del cura pederasta pero de ese se enteró usted cuando salió en la prensa. Del de Entrevías tiene conocimiento cierto. Comulga Zerolo, comulgan los musulmanes... Y eso es sacrilegio. Consentido, tolerado por el arzobispo de Madrid.
Tiene usted, señor cardenal, fama de excelente canonista. Puede ser que esté convencido de que esos tres sacerdotes no consagran válidamente por lo que no se produciría sacrilegio material. Un trozo de pan lo puede comer cualquiera. Lo que ya no sé es si los musulmanes beben también un vaso de vino.
Pero si ha llegado a ese convencimiento tiene obligación de decírnoslo. Porque sus fieles están horrorizados de tanta profanación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Y del silencio de su arzobispo.