"Tomar consciencia nos hace aceptar con humildad lo que hemos perdido" Convertirnos desde una toma de consciencia de lo que sí nos da vida verdadera

Ecce Homo
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"Hay cuatro elementos muy importantes: 1. escuchar o encontramos con la palabra que nos da vida; 2. Nuestra Libertad; 3. Tomar Consciencia; 4. Enderezar el Camino o volver a casa donde se ha gestado la vida"

"La verdad es la verdad. San Pablo toma consciencia de esa verdad que es Jesús, quien lo perdona con gran generosidad, le da la fe y el amor que le hacía falta"

"Que alegría poder enderezar el camino porque cuando estamos perdidos o nos hemos equivocado solo sentimos que nos asfixiamos, que por más que buscamos solo vamos viniendo a menos de muchas maneras"

En este domingo 24 del tiempo ordinario la liturgia de la palabra nos invita a valorar la importancia de la conversión.

Hay cuatro elementos muy importantes: 1. escuchar o encontramos con la palabra que nos da vida; 2. Nuestra Libertad; 3. Tomar Consciencia; 4. Enderezar el Camino o volver a casa donde se ha gestado la vida.

Los tres textos de la escritura: Éxodo, carta a Timoteo y Lucas, nos hablan de la importancia de la conversión.

Escuchar y encontrarnos con la palabra que nos da vida

Tanto en el evangelio de Lucas, como en la carta a Timoteo y el libro del Éxodo, se hace referencia a la escucha de la manifestación de Dios.

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Ecce homo

Los publicanos y pecadores se acercan a Jesús para escucharlo y entendemos que esta palabra toca nuestros corazones y nuestras vidas, comunicándonos un espíritu de vida en la verdad.

San Pablo ha escuchado esa voz de Jesús en su camino a Damasco. Los Israelitas no deben olvidar que lo primero es escuchar a Dios y, quien les comunica esa palabra que deben escuchar es Moisés, quien precisamente ha subido al monte para recibir el mensaje de la voluntad de Dios, quien los guía.

Cuando nos adelantamos a la escucha de esta palabra, erramos o nos equivocamos.

Nuestra Libertad 

Dios nos ha hecho libres, pero que importante es para disfrutar de esa libertad, conducirnos en la verdad.

El hijo Pródigo en el evangelio de Lucas, actúa con toda libertad pero se da cuenta de que la mala administración de esa libertad, de sus bienes y de su vida lo ha llevado a una situación extrema de estar a punto de perder la vida, su propia dignidad y todos sus bienes, porque la casa del padre aún la tiene aunque la haya abandonado.

Los israelitas se han hecho un becerro de oro en el que no está Dios, ellos lo han elaborado, intentando hacerse un Dios a su medida con la intención de seguir abusando, de quererlo hacer como ellos quieren y es un camino que los lleva a perderse o extraviarse.

Lo perdido y extraviado se manifiesta también en san Pablo que por la incredulidad obra por ignorancia, yendo contra Jesús mismo, con una soberbia sobrada manifiesta en la violencia con que persigue a cristianos.

Dios va en busca de lo perdido y extraviado sea con los Israelitas, con san Pablo, la moneda y oveja perdida, así como con el hijo pródigo.

Tomar Consciencia

Tomar consciencia nos hace aceptar con humildad lo que hemos perdido. El no estar donde compartimos la vida, sea el hogar donde lo tenemos todo, donde estamos seguros porque ahí está el verdadero amor, las verdaderas relaciones. Ahí es donde tenemos lo necesario para crecer y dar fruto.

La verdad es la verdad. San Pablo toma consciencia de esa verdad que es Jesús, quien lo perdona con gran generosidad, le da la fe y el amor que le hacía falta.

El pueblo de Israel en su fe incipiente va aprendiendo en la toma de conciencia de lo fuerte de sus debilidades, que debe dejarse conducir por Moisés, quien actúa con ellos como un verdadero hermano y Padre.

El Padre siempre en su amor es paciente, comprensivo, magnánimo, abierto. Por eso el hijo pródigo se siente con la confianza de volver a la casa de su padre, una vez que ha tomado consciencia, con la esperanza de que ahí hay bondad y generosidad, aceptando que ha pecado y que quiere cambiar, y con humildad ser tratado como un trabajador.

Enderezar el camino

Que alegría poder enderezar el camino porque cuando estamos perdidos o nos hemos equivocado solo sentimos que nos asfixiamos, que por más que buscamos solo vamos viniendo a menos de muchas maneras. Perdemos fuerzas, ánimos, sin sentido de vida, sin disfrutar. Al asfixiamos perdemos lo que nos da vida y nos exponemos a morir.

El hijo pródigo ya no come como antes al estar ante lo cerdos, su calidad de vida que tenía antes la ha perdido; san Pablo al perseguir con violencia a los cristianos estaba actuando contra el amor, la vida y la gracia y su vacío era tremendo.

Los israelitas pretendían hacerse un Dios a su manera con el becerro de oro, se iban a privar sea de la tierra prometida como del maná que les estaba esperando.

La alegría de enderezar el camino, es poder vislumbrar el horizonte de la vida, donde vamos seguros, llenos de luz en esa verdad que nos da certezas en el camino de la fe y donde la vida se manifiesta con todas sus bendiciones.

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