"El discípulo de Jesús debe tener muy claro que Dios siempre estará a su lado" ¿Piensan acaso que he venido a traer la paz a la tierra?

Fuego
Fuego

"El fuego del espíritu que Jesús viene a comunicar y que se manifestará en pentecostés, hay que considerarlo en el caminar en la verdad"

"El fuego que Jesús trae sobre la tierra, que es la fuerza de vida y de gracia del Espíritu Santo; este fuego deberá purificar de lo engañoso"

"¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Sino aquellos que cumplen la voluntad de Dios"

En este domingo 20 del tiempo ordinario la liturgia de la palabra nos invita a meditar y considerar la vida del espíritu que Jesús viene a encender como fuego en la tierra.

El fuego del espíritu que Jesús viene a comunicar y que se manifestará en pentecostés, hay que considerarlo en el caminar en la verdad.

Lo engañoso hará siempre guerra a la verdad. Jesús sufre la guerra de sus adversarios que no viven en la verdad.

Así el profeta Jeremías en la primera lectura vive el sufrimiento de sus adversarios que lo han metido en un pozo lleno de lodo sin tener alimento ni bebida y poder morir; recordándonos lo que vive  Jesús en la cruz, cuando dice: tengo sed.

Fuego
Fuego

El amor, lo verdadero y lo bueno suscitarán en el engañoso y manipulador el celo, la envidia y el odio.

El discípulo de Jesús debe tener muy claro esto. Al decir Jesús que de ahora en delante de cinco que haya en familia, estarán divididos dos contra tres; esto lo podemos entender mejor considerando en otro pasaje de Lucas 21, 16-18 donde Jesús dice a sus discípulos: sus padres, hermanos, amigos y familiares los entregarán a las autoridades. A algunos de ustedes los matarán. Todo el mundo los odiará por ser mis discípulos.

El fuego que Jesús trae sobre la tierra, que es la fuerza de vida y de gracia del Espíritu Santo; este fuego deberá purificar de lo engañoso, de lo que no es bueno ni verdadero y que lleva por caminos equivocados. Un fuego que conducirá en el camino recto, en la misericordia, en la compasión. Porque esto último, da la posibilidad de transformarnos para tener vida.

El profeta Jeremías sufre la guerra que le hacen sus adversarios y sus propios conocidos, sólo porque al ser fiel al mensaje de Dios que debe comunicar, se hace muy incómodo.

Ser fiel a Dios en el mensaje que hay que transmitir de parte de Él, nos puede hacer incómodos ante los demás, sean padres, hermanos, amigos, familiares y conocidos.

Dios es lo primero, siempre lo aprendemos así, desde la experiencia de Abraham, Moisés, José el soñador, David, María (quien está por sufrir el rechazo de José). Poner a Dios como lo primero en nuestra vida, nos debe disponer a tener estas experiencias de fuerte prueba, donde estamos llamados a poner la confianza en Él.

En el mensaje que tenemos que transmitir o misión que debemos realizar o servir, ¿qué es lo que Dios nos pide como Su Voluntad?

Por eso Jesús revela: ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Sino aquellos que cumplen la voluntad de Dios.

La voluntad de Dios nos pondrá muchas veces en situaciones incomodas hasta con las personas mas cercanas, sean padres, hermanos, amigos, familiares y conocidos.

La firmeza que hay que tener ante esta experiencia de incomodidad para perseverar y superar la prueba, debe ser una firmeza apoyada en la luz de sabiduría y gracia del Espíritu Santo que es fuego que ilumina, da consuelo y paz interior para no quedar confundido.

Por eso en la segunda lectura de la carta a los Hebreos se nos invita: liberémonos del pecado que nos ata para correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante, fija la mirada en Jesús…Él en vista del gozo que se le proponía, aceptó la cruz, sin temer su ignominia, y por eso está sentado a la derecha del trono de Dios.

Siempre hay que correr con libertad en este fuego del Espíritu Santo, a la manera y ejemplo de Jesús, quien aún por sus familiares fue considerado como fuera de sí, como loco. Fue abandonado, traicionado, negado… así como en palabras del profeta Isaías se expresa: por eso endurecí mi rostro como roca porque sé que no quedaré confundido porque Dios está a mi lado.

El discípulo de Jesús debe tener muy claro que Dios siempre estará a su lado al ser fiel a la voluntad de quien lo llamó, lo eligió y lo envió a realizar la misión que debe cumplir. 

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