"La obra de Dios en nosotros solo se mantiene en el amor" 5º domingo de pascua: Permanecer unidos en el amor

Amaos
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"Seguir adelante en el amor es la fuerza que nos debe hacer vencer toda dificultad, toda adversidad"

"La obra de Dios no deja de cumplirse en medio de esas dificultades e incomprensiones humanas: Dios va escribiendo la historia"

Jesús ha hecho su obra y los discípulos son continuadores de ella. Aunque Judas Iscariote ha dejado su lugar, ha traicionado y entregado al Maestro, el resto de los discípulos deberá continuar la obra de evangelización.

Deberán sortear las diferentes tribulaciones, como nos recuerda Pablo en la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles.

Seguir adelante en el amor es la fuerza que nos debe hacer vencer toda dificultad, toda adversidad, a pesar de que muchas veces no entendamos todo lo que vivimos en el presente, pero el amor nos impulsa a avanzar con fe y con esperanza.

Dios siempre se hace presente de una manera que nos sorprende, de una forma nueva que ilumina nuestra esperanza. Esto nos exige una confianza en Él, que hace siempre nuevas las cosas, como nos recuerda la segunda lectura del libro del Apocalipsis.

Especial Papa León XIV

Judas Iscariote

Creer en el amor de Jesús, significa seguir adelante, que nada nos detenga.

Los discípulos tendrán que superar el momento de prueba vivido con quien ha sido su compañero en el discipulado, Judas Iscariote. Fue un momento en el que no dejó de haber inquietudes y muchas preguntas en los discípulos. También generó confusión y quebranto, pero la obra de Dios pasa por estos procesos, y hay que seguir adelante.

Perseverar en ese amor que Jesús les pidió, de mantenerse unidos y juntos, les permitió verlo resucitado con los agujeros de los clavos en sus manos y el costado traspasado, con la inmensa paz que le comunicó y, así juntos, lo vieron elevarse a los cielos en Galilea; sólo reunidos en oración con María recibirían la manifestación del Espíritu Santo en Pentecostés.

La obra de Dios no deja de cumplirse en medio de esas dificultades e incomprensiones humanas: Dios va escribiendo la historia.

Jesús les dirá a sus discípulos: ustedes son los que han perseverado conmigo en mis pruebas. Por eso, el enfoque y la centralidad de ellos debe ser: ámense los unos a los otros como yo los he amado.

Así en el evangelio de Juan de este quinto domingo de pascua, se nos invita a considerar que Dios es glorificado haciéndolo todo en el amor y a permanecer en ese amor.

Podemos afirmar, así, que lo único seguro es el amor, el cual va revelando la verdad de la vida con una sabiduría tal que nos permite caminar para ir madurando, fortaleciendo y dando una vida que permanece.

Los discípulos siguieron el camino indicado por Jesús, de amarse unos a otros  y, en esa experiencia de comunión, fueron experimentando la presencia de Jesús en sus predicaciones, mostrándose las maravillas de Dios en los milagros que realizaban, comunicando así la misma vida de Dios, con trascendencia, y haciendo que la fe se siga extendiendo hasta los confines del mundo.

En cambio, Judas Iscariote con su traición, abandono y muerte, dejó truncado su camino de discípulo, sin recibir en pentecostés el Espíritu Santo para seguir siendo testigo de Jesús. Él decidió un camino que lo llevo a perderse, en un vacío que no le encontró sentido a su vida, acabando con su vida y donde las treinta monedas por las que se avarició acabaron tiradas.

Permanecer en el amor es caminar con cada uno de los hermanos, en esa medida donde el amor es el centro que nos mueve para ver y comprender toda la historia de cada persona, que nos haga capaces de comprender, de compartir, de ayudarnos mutuamente, de perdonarnos y siempre impulsarnos unos y otros.

La obra de Dios en nosotros solo se mantiene en el amor y, el amor siempre nos unirá para poder maravillarnos de la vida que nos revela, porque somos capaces de compartir. 

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