Liturgia del 29º DOMINGO ORDINARIO 2025 (C)- DOMUND

29º DOMINGO ORDINARIO 2025 (C)- DOMUND
El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.
Y con tu Espíritu
MONICIÓN DE ENTRADA
Este domingo celebramos la Jornada del Domund, en la que vamos a redescubrir la importancia y urgencia de la misión, en primer lugar allá donde los misioneros trabajan, pero también aquí en nuestro mundo occidental, para volver a las fuentes del Evangelio.
El lema de este año, “Misioneros de esperanza entre los pueblos”, nos recuerda a cada cristiano y a la Iglesia comunidad de bautizados nuestra vocación fundamental de ser mensajeros y constructores de la esperanza, siguiendo las huellas de Jesús.

ACTO DE RECONOCIMIENTO
Para ser misioneros de esperanza Dios Padre nos ha dotado de las herramientas necesarias, son nuestros dones y cualidades, que ahora en este primer momento reconocemos y nos comprometemos a ponerlas en acción, para nuestra maduración personal y para ser sembradores de esperanza.
Queremos vivir el don de la PAZ, la interior que nos da tu presencia y la exterior que tenemos que construir todos juntos. Nos comprometemos a vivirla cada día diciendo:
Nos comprometemos Señor
Queremos vivir el don del AMOR, el que tú nos manifiestas en nuestro interior y en todo lo que nos das, y el que nosotros queremos vivir y dejar rebosar hacia los OTROS.
Nos comprometemos Señor
Queremos vivir los dones de la BONDAD y la AYUDA preocupándonos de nuestro desarrollo personal y de ayudar a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos:
Nos comprometemos Señor
Dios Padre amoroso TIENE siempre MISERICORDIA de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo….
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ tienes piedad de nosotros...
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ atiendes nuestras súplicas…
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, TÚ tienes piedad de nosotros…
ORACIÓN COLECTA
Padre bueno, quieres que seamos "gente de primavera", con una mirada siempre llena de esperanza para compartir con todos.
Sabemos que nos impulsas a mantener encendida la llama de esa esperanza, para que se convierta en una gran hoguera que ilumine y dé calor a un mundo abrumado por densas sombras.
Te damos gracias por los misioneros y misioneras que, siguiendo tu llamada, han ido a otras naciones para dar a conocer el amor que nos has tenido en Cristo.
Junto con ellos deseamos ser misioneros de esperanza entre los pueblos, impulsados a acoger, como Él y con Él, el clamor de la humanidad. Amén
Lectura de la Segunda Carta de San Pablo a Timoteo. 2Tim.3,14-4,2.
Querido hermano: Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado; sabiendo de quién lo aprendiste, y que, de niño conoces la Sagrada Escritura.
Ella puede darte la sabiduría, que por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.
Toda Escritura inspirada por Dios es, también, útil para enseñar, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena.
Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta con toda comprensión y pedagogía.
Palabra de Dios
Salmo 120,
R/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
V/. Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R/.
V/. No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel. R/.
V/. El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche. R/.
V/. El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas. Lc. 18,1-8
R/Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:
- Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: - Hazme justicia frente a mi adversario.
Por algún tiempo se negó; pero después se dijo:
Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esa viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara.
Y el Señor respondió:
Fijaos en lo que dice el juez injusto. Pues Dios ¿No hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?, ¿O les dará largas?
Os digo que les hará justicia sin tardar.
Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?
Palabra del Señor
R/Gloria a tí Señor Jesús
HOMILÍA
Dos ranas cayeron en un cubo lleno de leche. Una se puso pesimista y le dio un triste ‘adiós’ a su amiga, se quedó quieta y se ahogó. Pero la otra rana comenzó a nadar hasta que no pudo más.
A la mañana siguiente apareció la rana nadadora dormida sobre una gran bola de requesón. Se había salvado al no darse por vencida y batir con sus patitas la leche. Estaba salvada.
Había triunfado el optimismo y la constancia en el esfuerzo.
Hoy de nuevo el evangelio nos plantea el tema de la ORACIÓN, un tema que, como dije en otras ocasiones no podemos acotar en el espacio de una breve homilía. Pero trataré de dar unas pinceladas que nos ayuden a encontrar el verdadero sentido de la oración y de cómo orar.
Lucas nos muestra a Jesús orando en todos los momentos de su vida y enseñando a orar. La oración es el clima normal en la vida de Jesús. Tiene siempre levantado el corazón y la mirada hacia el Padre, le habla, le escucha, le ve en todas las cosas,
vive en continua acción de gracias.
Con ello Jesús nos está mostrando que Dios está a nuestro lado y de nuestro lado.
Jesús insiste en la oración vital y en el esfuerzo humano. En la confianza y en la esperanza activa y decidida.
Se nos ha educado, y por desgracia se nos sigue educando, y yo mismo durante un tiempo también lo hice, en la práctica de la “oración de petición”, con ritos y rutinas fríos y poco espirituales. No por mala intención, sino por seguir una tradición equivocada de una religión mítica que hemos heredado, basada en la religión judía y dejando de lado el evangelio.
En nuestro subconsciente y en nuestra imaginería late la idea de que Dios está en las alturas y hay que alcanzarle con esforzadas oraciones para que nos haga llegar su favor desde allá arriba.
Hace tiempo que estoy convencido de todo lo contrario: Dios es la cercana luz que quiere traspasar nuestras oscuras barreras y atraernos a sus brazos.
Un cristiano comprometido decía en una ocasión: De niño aprendí que "orar es levantar el corazón a Dios para pedirle mercedes". De mayor he comprendido que "orar es fabricar `mercedes´ para avanzar en la vida ofreciéndoselos a Dios".
San Agustín es todavía más rotundo: "La oración no es para mover a Dios, sino para movernos a nosotros" O aquello otro: "Dios pone el viento, pero nosotros debemos desplegar la velas".
Nuestro Dios no nos da peces cuando los pedimos en la iglesia, sino que nos proporciona la mejor caña: nuestros dones personales. Por eso comenzamos la Eucaristía reconociéndolos y comprometiéndonos a ejercitarlos y acrecentarlos a lo largo de la vida, además de dar GRACIAS por ellos.
Jesús habló en parábolas, de acuerdo a la mentalidad de aquellas gentes. No lo hubieran entendido en los términos en que hoy podemos entenderlo. Por eso no conviene leer los textos literalmente, sino interpretar su sentido de acuerdo con la mentalidad de hoy. De sobra sabía Jesús que no se trata de ver al Padre como un “dios de la manga” al que hay que estar siempre tirándole para conseguir favores.
La enseñanza de esta parábola de hoy lo importante no es PEDIR. De sobra sabe el Padre lo que necesitamos. Lo importante es la CONSTANCIA en la oración, es decir, en vivir pegaditos al Abba y apoyarnos en Él para ir tomando nuestras decisiones autónomas y libres a la LUZ de Jesús. Esa es nuestra caña para pescar, sin mendigar peces.
Decía Martin Luther King: "Dios, que nos ha dado la inteligencia para pensar y el cuerpo para trabajar, traicionaría su propio propósito si nos permitiese obtener por la plegaria, lo que podemos ganar con el trabajo y la inteligencia".
Alguno dirá: ¿Entonces para qué orar? Pues para lo mismo que lo hacía Jesús: Para inundarnos de la presencia del Padre, que habita en nuestro interior, que nos da su amor y nos impulsa a comunicarlo poniendo en acción los dones que nos ha dado.
Esa es la oración que llamamos de "impregnación": Nos reconocemos impregnados y sumergidos en Dios y en su LUZ y FUERZA, para permanecer en su proyecto de una humanidad fraterna.
Eso es lo que hacen los misioneros a quienes hoy tenemos presentes y apoyamos. Fijémonos en el cartel y el eslogan de este año:
En el centro, una llama en la que se reflejan tres misioneros, ellos son auténticos “artesanos de esperanza” en medio de las sombras. La vela encendida simboliza la esperanza que nace de Jesús resucitado, y la mano que la sostiene es la de cada cristiano (cada uno de nosotros) llamados a ser discípulos misioneros y ofrecer la luz del Evangelio.
Como fondo un mapa sembrado de luces porque la misión de la Iglesia alcanza a todos los rincones del planeta. Cada foco representa a un misionero, una comunidad, un cristiano. Es la red de esperanza que se extiende entre todos los pueblos, unida por la misma fe, y por la misma pertenencia a la gran familia del Padre Dios que a todos nos ha creado.
La vela también representa la oración, con esos matices que hemos dicho, y que es la que mantiene encendida la llama de la esperanza, incluso en tiempos difíciles.
Por eso hoy al tener presentes a los misioneros, demos gracias por su entrega y servicio, colaboremos económicamente con ellos, y sobre todo sintámonos también misioneros aquí y ahora para llevar la llama del amor y de la esperanza del Padre allá donde vayamos.
CREDO
Sacerdote.- ¿Creéis en Dios , que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?.
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios?.
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia para hacer un mundo mejor?.
Todos. Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en la resurrección y la vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí, y que disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por la vida?
Todos. Sí, Creemos.
ORACIÓN UNIVERSAL
La palabra de hoy es una llamada a unir fe y justicia. El seguimiento de Jesús está vinculado a la opción por la justicia, a la defensa de los más desfavorecidos de este mundo. Oremos.
Queremos ser misioneros de esperanza
Necesitamos que la iglesia supere el binomio fe y sacramentos, y nos recuerde permanentemente que la fe sin implicación a favor de los más frágiles está muerta.
Queremos ser misioneros de esperanza
• Los seguidores de Jesús deseamos formar la comunidad de hombres y mujeres que apuestan por una sociedad más igualitaria, más justa, más fraterna, más humana…
Queremos ser misioneros de esperanza
Queremos hoy y siempre sentirnos unidos a los misioneros, aportando nuestra ayuda para sus obras de evangelización y promoción humana, y sintiéndonos movidos por su ejemplo para mostrar aquí el rostro del amor de Dios
Padre Madre buena, queremos ser personas orantes, conscientes que todo es don y gracia; y que se nos invita a ser huella de la bondad y de la vida de Jesús de Nazaret, que vive por los siglos de los siglos. Amén
En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso
El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…
ORACIÓN OFRENDAS
Junto con el pan y el vino, frutos de la tierra que Tú nos diste, y del trabajo de los hombres y mujeres que los cuidan y cosechan con esfuerzo, ofrecemos, también, nuestra oración y nuestra vida. Te los ofrecemos unidos, porque creemos que son una misma cosa. Una oración que nos ayuda a ser responsables en la vida, Y una vida que debe ser una respuesta a nuestra oración. Te lo ofrecemos todo por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
PREFACIO
El Señor está con vosotros
Y con tu Espíritu
Levantemos el corazón
Lo tenemos levantado hacia el Señor
Damos gracias al Señor nuestro Dios
Es justo y necesario
Acepta, Padre Dios de bondad infinita,
esta oración eucarística
en la que queremos expresarte
nuestra más sincera acción de gracias.
No es bueno que pases desapercibido
para la inmensa mayoría de los seres humanos.
Ni es posible que quienes mejor creemos conocerte
apenas nos acordemos de Ti y vivamos a tu espalda,
deslumbrados por cosas sin importancia.
Tú eres nuestro centro y esencia, el motor de nuestro ser.
Tú tienes que ser continuo referente en nuestras acciones.
Queremos descubrirte en nuestro interior,
ser conscientes de tu presencia en nuestra vida.
Juntos todos, en un clamor que quisiéramos gritar a toda la humanidad.
Elevamos a Ti esta oración de fe con
este sencillo canto de alabanza.
SANTO, SANTO, SANTO…
CONSAGRACIÓN Y PLEGARIA
Te glorificamos, Padre Santo,
porque estás siempre con nosotros
en el camino de la vida,
sobre todo, cuando Cristo, tu Hijo, nos congrega
para el banquete pascual de su amor.
Como hizo en otro tiempo
con los discípulos de Emaús,
él nos explica las Escrituras
y parte para nosotros el pan.
Recibimos tu Espíritu con alegría
para que santifique este pan y este vino y
se conviertan para nosotros
en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.
Jesús en su última comida con sus amigos
tomó un trozo de pan, lo partió y se lo paso
diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Después de cenar, hizo igual con la copa, diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para iluminar vuestras vidas.
Haced esto en conmemoración mía.
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Anunciamos y proclamamos tu resurrección ven Señor Jesús
Por eso, Padre de bondad,
celebramos ahora
el memorial que Jesús nos encargó,
y proclamamos la obra de tu amor:
Cristo, tu Hijo, a través del servicio
y la entrega de su vida
ha resucitado a la vida nueva y ha sido glorificado a tu derecha.
Señor, Padre de misericordia, Tú derramas sobre nosotros el Espíritu del Amor, el Espíritu de tu Hijo.
Fortaleces a tu pueblo con el signo del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y nos renuevas a todos a su imagen.
Derramas tu bendición abundante sobre el Papa León, sobre nuestro Obispo N… y sobre todos tus hijos.
Para que todos los miembros de la Iglesia sepamos discernir los signos de los tiempos y crezcamos en la fidelidad al Evangelio; preocupándonos de compartir en la caridad las angustias y las tristezas, las alegrías y las esperanzas de los hombres, y mostrándoles así el camino de la salvación.
Gracias una vez más porque
has acogido en tu casa del Cielo
a nuestros hermanos difuntos ...
todos nuestros familiares, amigos
y fieles difuntos de esta Comunidad
Y ahora, Padre santo, nos unimos a toda tu creación para brindar por tu mayor gloria y por la germinación de tu Bondad en nuestro mundo,
en la feliz compañía de tu hijo Jesús,
unidos a nuestra Madre María, a su esposo San José a los apóstoles, a los santos y a todas las personas de buena voluntad diciendo
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén
PADRENUESTRO
PADRE Y MADRE NUESTRA
EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
TÚ NOS DAS HOY
NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS
Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR
A LOS QUE NOS OFENDEN.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal. Amen
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ NOS DAS la paz
Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.
ORACIÓN FINAL
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .
Donde haya odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.
Porque es:
Dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.
BENDICIÓN
El Señor os bendice, os guarda
y en sus palmas os lleva tatuados.
Os acompaña en todos los caminos.
Y hace prósperas las obras de vuestras manos.
Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.