Liturgia del 21º DOMINGO ORDINARIO 2025 (C)

Puerta estrecha
Puerta estrecha

21º DOMINGO ORDINARIO 2025 (C)

El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.

Y con tu Espíritu

MONICIÓN DE ENTRADA


En las antiguas ciudades amuralladas, había grandes puertas que estaban abiertas durante el día y por ellas entraban los camellos cargados de toda clase de mercancías. Y estas puertas se cerraban por la noche. Pero había una escondida muy pequeña por donde sólo podían entrar las personas. Esta es la puerta estrecha. No se puede atravesar cargado de dinero o de mercancías materiales.  Hay que ir ligeros de equipaje, como decía el Señor: “No llevéis nada por el camino: ni alforja ni bolsa”.   Entonces, ¿qué debemos llevar?


El evangelio hecho vida. Esa es la “puerta estrecha” que ha abierto tantas puertas a tantas personas. A los que viven el evangelio, al pasar por la “estrecha puerta de la muerte”, se les concede abrir otra puerta que ya nadie puede cerrar (Apo. 3,7).  Es la puerta grande y universal que nos lleva a la Resurrección. Una puerta a la esperanza, al amor, a la ilusión, al gozo eterno y verdadero, y que ya comenzamos a disfrutar aquí si lo vamos viviendo en el día a día

ACTO DE RECONOCIMIENTO


La puerta estrecha es aquella en la que los dones y cualidades que Dios Padre nos ha dado brillan con intensidad. Por eso comenzamos la celebración reconociéndolos, dando gracias por ellos y comprometiéndonos a ponerlos a producir para nuestro crecimiento personal y para el bien común de la humanidad


Gracias por el don de la PAZ, la interior que nos da tu presencia y la exterior que tenemos que construir todos juntos. Nos comprometemos a vivirla cada día diciendo:

Nos comprometemos Señor


Gracias por el don del AMOR, el que tú nos manifiestas en nuestro interior y en todo lo que nos das, y el que nosotros queremos vivir y dejar rebosar hacia los OTROS.

Nos comprometemos Señor


Gracias por los dones de la BONDAD y la AYUDA que nos has dado para nuestro desarrollo personal y para ayudar a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos:

Nos comprometemos Señor


Dios Padre amoroso TIENE siempre MISERICORDIA de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.

GLORIA


Gloria a Dios en el cielo….

Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ tienes piedad de nosotros...

Tú que quitas el pecado del mundo,  TÚ atiendes nuestras súplicas

Tú que estás sentado a la derecha del Padre,  TÚ tienes piedad de nosotros

ORACIÓN COLECTA


El Mensaje de Jesús

es una preciosa oferta,

que promete «salvación»

al que acoge su propuesta.


El Mensaje es un «Banquete»

alrededor de una mesa,

con Dios y con los hermanos,

en sano ambiente de fiesta.


Jesús, a los invitados,

marca algunas exigencias.

A la «Sala del Banquete»

conduce una «puerta estrecha».


Los mendigos del placer,

los hinchados de soberbia,

los injustos, los violentos,

«no caben por esa puerta».


No vale decir: «Señor,

somos hijos de tu Iglesia».

Aquel que no se convierte,

llorando, se queda fuera.


Sólo pasan los humildes

que caminan por tus sendas,

los que te cantan con gozo:

«Eres, Señor, mi riqueza».


Gracias, Señor, por hablarnos

claramente, con franqueza.

Toma nuestro corazón

y nuestra vida en respuesta.

Lectura del libro de Isaías (66,18-21):


Esto dice el Señor: «Yo, conociendo sus obras y sus pensamientos, vendré para reunir las naciones de toda lengua; vendrán para ver mi gloria.


Les daré una señal, y de entre ellos enviaré supervivientes a las naciones: a Tarsis, Libia y Lidia, Tubal y Grecia, a las costas lejanas que nunca oyeron mi fama ni vieron mi gloria.


Ellos anunciarán mi gloria a las naciones. Y de todas las naciones, como ofrenda al Señor, traerán a todos vuestros hermanos, a caballo y en carros y en literas, en mulos y dromedarios, hasta mi santa montaña de Jerusalén —dice el Señor—, así como los hijos de Israel traen ofrendas, en vasos purificados, al templo del Señor. También de entre ellos escogeré sacerdotes y levitas —dice el Señor—».

Palabra de Dios

Salmo 116


R/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio


V/. Alabad al Señor todas las naciones,

aclamadlo todos los pueblos. R/.


V/. Firme es su misericordia con nosotros,

su fidelidad dura por siempre. R/.


Lectura de la carta a los Hebreos (12,5-7.11-13):


Hermanos: Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron: «Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, ni te desanimes por su reprensión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos».


Soportáis la prueba para vuestra corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues ¿qué padre no corrige a sus hijos?


Ninguna corrección resulta agradable, en el momento, sino que duele; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella.


Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así el pie cojo, no se retuerce, sino que se cura.

Palabra de Dios


Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,22-30):

R/Gloria a ti, Señor.


Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén.

Uno le preguntó:

«Señor, ¿son pocos los que se salvan?».


Él les dijo:

«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo:

Señor, ábrenos; pero él os dirá: “No sé quiénes sois”.


Entonces comenzaréis a decir:

“Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”.

Pero él os dirá:

“No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”.


Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.


Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».

Palabra del Señor

R/Gloria a tí Señor Jesús

HOMILÍA

“¿Son pocos los que se salvan?”.  Ante esta pregunta podríamos esperar que Jesús respondiera que sí, que eran pocos porque era muy difícil cumplir la lista interminable de mandamientos. Quienes la procuraban cumplir a rajatabla podían caer en la falta de misericordia, el desprecio a los demás, las comparaciones, etc. El evangelio nos ofrece abundantes ejemplos de esta actitud farisaica.

También podíamos esperar que Jesús dijera algo así: Quedaos tranquilos, vosotros estáis salvados porque sois de los míos, hemos comido juntos y me habéis escuchado.

Pero Jesús sorprendió entonces y nos sorprende hoy: “esforzaos por entrar por la puerta estrecha”.

¡Qué daño nos ha hecho en la Iglesia concebir la puerta estrecha como un camino que conduce al sacrificio, a menudo sin sentido!

¡Que pocas veces ponemos el acento en buscar con creatividad y sentido crítico el camino que lleva a la Vida! ¿Nos arriesgamos a buscar y buscar cada día, personalmente y en comunidad, esa “puerta estrecha”, que es como una perla escondida, como un tesoro?

¿O caminamos por caminos ajenos, normativas impuestas desde fuera, como borregos?

El esfuerzo por entrar por esa puerta no consiste en el rigorismo estrecho, estéril, agobiante y superficial, propio de los fariseos, que Jesús condena tantas veces. Ese rigorismo que tantas veces nos han exigido nuestros guías.

Jesús llama a la radicalidad –a ir a la raíz-, a la conversión.

Nos invita a esforzarnos por vivir una vida nueva, un nuevo modo de relacionarnos con las cosas, con las personas y con Dios.

Esforzarse es poner en práctica el mensaje liberador de Jesús.  Acoger su Palabra. Vivir según su Evangelio. Jesús es la única Puerta, siempre abierta. No hay otra.

Y esto exige atención y disciplina: Para eso nos han dotado de INTELIGENCIA y VOLUNTAD.

No podemos entender la “puerta estrecha” como una manera tonta de hacerse daño a sí mismo, privándonos de la dimensión placentera que entraña vivir saludablemente. 

Pensad en los sacrificios físicos que se hacen en torno a los santuarios: caminar de rodillas, rezar con los brazos en cruz, ayunar de lo necesario, etc… O en las promesas absurdas que se hacen para conseguir una gracia o un milagro, que no son más que sobornos a Dios o la Virgen, ignorando que ya tenemos TODO concedido y sólo falta nuestra buena administración autónoma y libre.

La “puerta estrecha” es una imagen con la que se trata de decirnos que tenemos que vivir como humanos, no como animales, y asumir las renuncias necesarias para vivir de manera digna y positiva, con consciencia y no instintivamente.

La verdadera vida humana es la armónica combinación de INTELIGENCIA, VOLUNTAD Y LIBERTAD, nuestros dones espirituales, que coronan y dirigen nuestro CUERPO, con sus necesidades e instintos ciegos.

Por tanto, necesitamos una COHERENCIA entre lo que soy (humano) y lo que me atrae instintivamente (animal).

Por ejemplo: El HAMBRE, es un instinto. Pero si no lo uso con mesura y cabeza, caeré enfermo antes o después. ¡Cuántas enfermedades nacen de la GULA en el comer o beber! 

No siempre es fácil esta armonía personal. Vivir de manera coherente con uno mismo exige renunciar o controlar inteligentemente mis instintos animales, que son necesarios, pero si cedo a su dominio total, soy un ANIMAL, no un SER HUMANO. Y Jesús vino a enseñarnos a ser humanos. 

Por otro lado, en el plano espiritual necesitamos vivir a la luz de la VERDAD. Pero esto exige estar atentos e  identificar tantas mentiras y engaños como inundan nuestro mundo. Una llamada más a la utilización de nuestra INTELIGENCIA. 

Lo mismo ocurre con otro valor humano esencial: el AMOR. Quien vive encerrado en sus propios intereses, esclavo de sus ambiciones, podrá lograr muchas cosas, pero su vida será un fracaso. El amor exige estar atentos a egoísmos, envidias y resentimientos. Sin esta renuncia no hay AMOR, y sin amor no hay un ser humano, sino un animal herido e instintivo. 

La vida es regalo, pero también es tarea. Ser humano es una dignidad, pero es también un trabajo. No hay grandeza sin desprendimiento; no hay libertad sin esfuerzo, es decir, sin VOLUNTAD.

La “puerta estrecha” es la entrada en tu verdadera HUMANIDAD, superando los instintos ciegos del animal, que también somos. Y eso significa LUZ (inteligencia para distinguir una cosa de la otra) y ESFUERZO (voluntad para dirigir nuestros pasos).

Y a eso vino Jesús a mostrarnos el Camino, Verdad y Vida reales del ser humano. Es decir, a enseñarnos a ser HUMANOS. En ese se resume todo el Evangelio que tanto hemos complicado y tergiversado con tantos mitos e invenciones judías.

Y una advertencia final: Ese camino de HUMANIDAD, esa “puerta estrecha”, solo para seres humanos, (los animales y las mercancías tenían la puerta ancha) no es fácil encontrarla individualmente.

Necesitamos el apoyo de la Comunidad (por eso estamos aquí), de la Familia, de los Amigos, de todos aquellos que nos ayudan a vivir con constancia esos dones con los que nos hemos comprometido al empezar esta Eucaristía: Paz, Amor, Bondad y Ayuda, verdaderos goznes del Evangelio y su camino de HUMANIZACIÓN.

CREDO


Sacerdote.- ¿Creéis en Dios , que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?.

Todos.- Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios?.

Todos.- Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia para hacer un mundo mejor?.

Todos. Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en la resurrección y la vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí, y que disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por la vida?

Todos. Sí, Creemos.

ORACIÓN UNIVERSAL

La invitación de Jesús es a una vida nueva, donde siempre lo importante es la persona, la justicia, la corresponsabilidad, la fraternidad universal. Oremos.

Jesús, es nuestro maestro y hermano

• Soñamos con una  Iglesia que sea testimonio coherente y Buena Noticia de Jesús de Nazaret, que proclame el discipulado más allá de un mero cumplimiento.

Jesús, es nuestro maestro y hermano

• Soñamos con comunidades parroquiales y religiosas, que anuncien el gozo de una vida en clave de servicio, favoreciendo el bienestar de los más desfavorecidos.

Jesús, es nuestro maestro y hermano

• Todos nosotros seremos conscientes de que seguir a Jesús implica una opción por los más olvidados, por un mundo más justo, por la igualdad entre hombres y mujeres, por denunciar cualquier tipo de violencia…

Jesús, es nuestro maestro y hermano

• Deseamos que nuestros mayores no sufran  la mala soledad, que se sientan importantes en nuestras familias y en nuestras comunidades, que se sientan palabra de vida para todos nosotros.

Jesús, es nuestro maestro y hermano

Padre Madre buena, queremos vivir en clave de fiesta, ser invitación al banquete del Reino, ser  proclamación de un mundo más humano y justo para todos. Gracias por el ejemplo de Jesús que vive  por los siglos de los siglos. Amén.


En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso


El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…

ORACIÓN OFRENDAS


Presentamos, Señor, el pan y el vino. Son frutos de la tierra que Tú nos diste y del trabajo de los hombres y mujeres que la cultivaron con esfuerzo y sudor. Unidos a ellos queremos presentar nuestras vidas y todos nuestros trabajos y alegrías. Recíbelo como nuestra mejor ofrenda para convertirlo en Pan de Vida y Bebida de Salvación, por Jesucristo Nuestro Señor.

PREFACIO


El Señor está con vosotros  

Y con tu Espíritu

Levantemos el corazón

Lo tenemos levantado hacia el Señor

Damos gracias al Señor nuestro Dios

Es justo y necesario


Te damos gracias, Padre, por la fe 

que tenemos en Ti.

Confesamos que Tú eres nuestro Dios, 

el Dios de todos.


Aunque creemos en Ti,

no acertamos a amarte con todas nuestras fuerzas,

con todo nuestro corazón y toda nuestra mente.


Nos acordamos de Ti y te buscamos torpemente

en nuestras necesidades o en los huecos

que nos dejan las preocupaciones de nuestra vida diaria.

Errando el objetivo te queremos encontrar

cumpliendo normas y leyes, pretendiendo quizás

una santidad formal que nada te interesa.


Tu Reino se cimenta sobre un amor real y efectivo

de todos con todos,

que no es segundo mandamiento 

sino el mismo y único,

porque la única forma que tenemos de amarte

es queriendo a todos nuestros prójimos,

con el corazón, de verdad,

tanto como nos queremos a nosotros mismos.


Queremos manifestar tu gloria con nuestros hechos,

pero también con nuestras palabras,

y aunque sabemos que no 

te contentas con alabanzas,

qué esperas mucho más de los creyentes en Ti,

nos sentimos dichosos dirigiéndote esta plegaria

y bendiciendo tu nombre.


SANTO, SANTO, SANTO…


CONSAGRACIÓN Y PLEGARIA


Bendito sea Jesús, tu enviado

el amigo de los niños y de los sencillos.

Él vino para enseñarnos

cómo debemos amarte a Ti

y amarnos los unos a los otros.

Él vino para arrancar de nuestros corazones

el mal que nos impide ser amigos

y el odio que no nos deja  ser felices.

Él ha prometido que su Espíritu Santo

estará siempre con nosotros

para que vivamos

como verdaderos hijos tuyos.


Recibimos tu Espíritu con alegría

para que santifique este pan y este vino y

se conviertan para nosotros

en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.

El mismo Jesús,

poco antes de morir,

nos dio la prueba de tu Amor.

Cuando estaba sentado a la mesa con sus discípulos, tomó el pan,

dijo una oración para bendecirte y darte gracias,

lo partió y lo dio a sus discípulos, diciéndoles:


Tomad y comed todos de él,

porque esto es mi Cuerpo,

que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, tomó el cáliz lleno de vino,

te dio gracias con la plegaria de bendición

y lo pasó a sus amigos, diciendo:

Tomad y bebed todos de él,

porque éste es el cáliz de mi Sangre,

Sangre de la alianza nueva y eterna,

que será derramada por vosotros

y por todos los hombres

para iluminar vuestras vidas.

Haced esto en conmemoración mía.

Éste es el Sacramento de nuestra fe.

Anunciamos y proclamamos tu resurrección. Ven Señor Jesús.


Por eso, Padre bueno, recordamos ahora

la resurrección de Jesús, el Salvador del

mundo, y renovamos nuestra fraternidad

Él se ha puesto en nuestras manos

para que te lo ofrezcamos como ofrenda nuestra

y junto con él nos ofrezcamos a ti.


Tú nos escuchas, Señor Dios nuestro;

y nos das tu Espíritu de amor

a los que participamos en esta comida,

para que vivamos cada día

más unidos en la Iglesia,

con el santo Padre, el Papa León,

con nuestro Obispo N...,

los demás obispos,

y todos los que trabajan por tu pueblo.

No nos olvidamos de las personas que amamos

ni de aquellas a las que debiéramos querer más.

Te damos gracias porque nuestros

hermanos difuntos… familiares

amigos y miembros de nuestra Comunidad

están ya contigo en Tu casa del Cielo.


Y un día, nos  reuniremos contigo

con María, la Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, su esposo San José, los santos

y todas las personas de bien

para celebrar la gran fiesta del cielo.


Entonces, todos los amigos de Jesús, nuestro Señor, podremos cantarte sin fin. 


Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén

PADRENUESTRO


PADRE Y MADRE NUESTRA

EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.

Santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo.


TÚ NOS DAS HOY 

NUESTRO PAN DE CADA DÍA.

TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS

Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR

A LOS QUE NOS OFENDEN.

No nos dejes caer en la tentación.

Y líbranos del mal. Amen


CORDERO DE DIOS


Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ NOS DAS la paz


Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.

ORACIÓN FINAL


Feliz la persona que escucha la llamada de Jesús, y lo sigue aunque la puerta sea estrecha. No encontrará el vacío en su vida y siempre estará rodeado de amigos.


En los días difíciles encontrará la fuerza del Señor, y no temblará ante las amenazas del mundo. Jesús nos dice que Él es la Puerta y todo el que le sigue tendrá la vida eterna. Seguir a Jesús no se puede hacer solos, sino en grupo, acompañados de familiares y amigos. Así cabemos todos por la Puerta, que sólo es estrecha para el que quiera pasar cargado solo de materialidad o animalidad.

BENDICIÓN

El Señor os bendice, os guarda

y en sus palmas os lleva tatuados.

Os acompaña en todos los caminos.

Y hace prósperas las obras de vuestras manos.

Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,

Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.

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