Liturgia del 22º DOMINGO ORDINARIO 2025 (C)

Los últimos serán los primeros
Los últimos serán los primeros

22º DOMINGO ORDINARIO 2025 (C)

Reflexión Inicial:


La síntesis del evangelio de este domingo es fácil: HUMILDAD y GRATUIDAD, valores esenciales del Cristianismo.


El problema es la "esquizofrenia de los guías evangelizadores" que escandalizan y someten a los fieles. Por desgracia, una mayoría se conforman con las "rutinas", el "cumplo y miento" y el "sí, bwana", que son las bases de la relación de la mayoría con la Iglesia. Para más inri, a esa mentira la llaman "fe católica".


HUMILDAD: Además de los "fraudes de humildad", que se citan en la homilía, hay que ver las "contradicciones a la humildad".


¿Quiénes ocupan permanentemente los primeros puestos? ¿Quiénes se llaman no ilustres, sino ilustrísimas? ¿Quiénes se presentan al Pueblo con corona, cetro, trono, anillo cortesano y escudo nobiliario? ¿Pueden evangelizar quienes contradicen el Evangelio?


Seguro que los hay muy humildes en su fuero interno, pero su apariencia oficial y su prepotencia institucional contradice cualquier buena intención. ¿Qué pasará cuando venga el Anfitrión?


"Muchos son los altivos e ilustres, pero él revela sus secretos a los mansos".

"Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba"


De los que hablo, ya no pueden subir más arriba. Ellos se han instalado en lo más alto.

GRATUIDAD: Nadie negará que Jesús la recomienda en las "relaciones con los otros".


Muchos nos relacionamos pensando en la "utilidad de esa relación": En qué nos podrá ayudar, recomendar, suministrar, defender, invitar, comprar, etc. Confieso que así pensé en mi interior durante mucho tiempo.


Con todo, eso no es lo más grave. Puro egoísmo humano, nada más.


Lo inaudito, escandaloso y aberrante es que nuestra "relación oficial con Dios" es justamente interesada y utilitarista. Puro egoísmo, inconsciencia e ignorancia, inducidas y obligadas por formadores y guías.


Nos relacionamos con un "dios de la manga" (un ídolo inexistente) al que insistimos en tirar de la manga para que nos conceda, sane, redima, perdone y nos lleve al cielo.


Toda la liturgia oficial y la piedad popular están basadas en esas súplicas, peticiones, sacrificios e insistencias en que Dios se mueva y nos asista. Nos arrodillamos, no para acercarnos a Dios, sino para conseguir algo. Tratamos al Padre como a un "dios vaca lechera" al que hay que ordeñar.


¿Si Jesús predicó la "gratuidad entre los hombres", será que el Abba que Él nos reveló es contrario a esa gratuidad?


Nuestro Catolicismo es al tronco del Cristianismo, ahí hemos hecho nuestro nido para ser evangelizados y apoyados. Pero la verdad es que la "doctrina oficial actual", herida por su historia, ha apostatado de Cristo.


"Dios lo tiene TODO concedido y perdonado desde la eternidad". ¿A cuántos Curas, Obispos o Papas has oído afirmarlo rotundamente?


No necesitas pedir nada, solo adherirte al Abba de Jesús y ser fiel a la "imagen y semejanza" con que viniste al mundo. NADA conseguirás con tus súplicas y peticiones, salvo el básico y bien intencionado acercarte a un dios. 


El mundo se rige por la AUTONOMÍA y LIBERTAD del ser creado, a quién el Creador delegó la administración de este Planeta.


Pierdes el tiempo con jornadas de ayuno y oración, con rogativas para conseguir lluvia, buena cosecha o cualquiera otra necesidad humana. El "reza por mí" es absurdo, el Padre te cuida sin pedírselo. El "ayúdame, quiéreme, apóyame" son sabiduría divina y realismo humano.


¿Cuánto tardaremos en que esta mole de piedras, monumentos y arte de nuestra Iglesia se convierta a Jesús?


Lo diré gritando: "Dios, el Abba de Jesús, es pura Gratuidad". Te toca a ti agradecer y discernir el Camino, la Verdad y la Vida reales, con la inmensa LUZ que nos dejó Jesús.

Y empezamos:


El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.

Y con tu Espíritu

MONICIÓN DE ENTRADA


Reflexionamos hoy sobre nuestras ambiciones personales a raíz del evangelio de los invitados a la boda que eligen los primeros puestos. Cuando viene el anfitrión les pide que se sienten detrás porque hay otros invitados de mayor honor.


Está claro que el consejo de Jesús no pretende evitar el bochorno de un cambio de asiento. Para entender de qué se trata, el contrapunto lo pone el consejo posterior: invitar a pobres y lisiados que no tienen cómo devolverte la invitación. Lo que se nos propone es actuar con rectitud de conciencia. Ser hacedores del Reino, sin buscar la vanagloria del ego o el premio a nuestras acciones.

ACTO DE RECONOCIMIENTO


Dios se manifiesta en nuestros dones y cualidades, en este primer momento de la celebración le damos gracias por ellos y nos comprometemos a ponerlos a producir en nuestra maduración personal y en el servicio al bien común


Queremos vivir el don de la PAZ, la interior que nos da tu presencia y la exterior que tenemos que construir todos juntos. Nos comprometemos a vivirla cada día diciendo:

Nos comprometemos Señor


Queremos vivir el don del AMOR, el que tú nos manifiestas en nuestro interior y en todo lo que nos das, y el que nosotros queremos vivir y dejar rebosar hacia los OTROS.

Nos comprometemos Señor


Queremos vivir los dones de la BONDAD y la AYUDA preocupándonos de nuestro desarrollo personal y de ayudar a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos:

Nos comprometemos Señor


Dios Padre amoroso TIENE siempre MISERICORDIA de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.

GLORIA


Gloria a Dios en el cielo….

Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ tienes piedad de nosotros...

Tú que quitas el pecado del mundo,  TÚ atiendes nuestras súplicas

Tú que estás sentado a la derecha del Padre,  TÚ tienes piedad de nosotros

ORACIÓN COLECTA


Dios Padre quiso que fueran

«iguales» todos sus hijos,

mas nosotros preferimos

ser diferentes, «distintos».


En el «banquete» del mundo

buscamos» protagonismo»:

brindar con copas de honores,

de poder y de prestigio…


Jesús pide a los creyentes

proceder con otro» estilo»,

pues «Dios humilla al soberbio

y enaltece al que es sencillo».


Sólo seremos humildes,

si somos como los «niños»:

Si esperamos del Dios Padre

su protección, su cariño.


Los humildes se comportan

como hermanos, como amigos:

Regalan «gratis» a todo,

flores de amor y servicio.


Los cristianos no queremos

un «mundo competitivo».

Somos «granos», todos juntos,

en «espigas» o en «racimos».


Señor, que, en la Eucaristía,

te escondes en pan y en vino,

queremos ser humildes,

serviciales, comprensivos.

Lectura del libro del Eclesiástico (3,17-18.20.28-29):


Hijo, actúa con humildad en tus quehaceres, y te querrán más que al hombre generoso.

Cuanto más grande seas, más debes humillarte, y así alcanzarás el favor del Señor.


«Muchos son los altivos e ilustres, pero él revela sus secretos a los mansos».

Porque grande es el poder del Señor y es glorificado por los humildes.

La desgracia del orgulloso no tiene remedio, pues la planta del mal ha echado en él sus raíces.

Un corazón prudente medita los proverbios, un oído atento es el deseo del sabio.

Palabra de Dios

Salmo 67


R/. Tu bondad, oh, Dios, preparó una casa para los pobres.


V/. Los justos se alegran,

gozan en la presencia de Dios,

rebosando de alegría.

Cantad a Dios, tocad a su nombre;

su nombre es el Señor. R/.


V/. Padre de huérfanos, protector de viudas,

Dios vive en su santa morada.

Dios prepara casa a los desvalidos,

libera a los cautivos y los enriquece. R/.


V/. Derramaste en tu heredad,

oh, Dios, una lluvia copiosa,

aliviaste la tierra extenuada;

y tu rebaño habitó en la tierra

que tu bondad, oh, Dios,

preparó para los pobres. R/.

Lectura de la carta a los Hebreos (12,18-19.22-24a):


Hermanos: No os habéis acercado a un fuego tangible y encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni al estruendo de las palabras, oído el cual, ellos rogaron que no continuase hablando.


Vosotros, os habéis acercado al monte Sion, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a las miríadas de ángeles, a la asamblea festiva de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos; a las almas de los justos que han llegado a la perfección, y al Mediador de la nueva alianza, Jesús.

Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,1.7-14):

R/Gloria a ti, Señor.


Un sábado, Jesús entró en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo estaban espiando.


Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola:

«Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al otro, y te diga:

“Cédele el puesto a éste”.

Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.


Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga:

“Amigo, sube más arriba”.

Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales.


Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido».


Y dijo al que lo había invitado:

«Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos».

Palabra del Señor

R/Gloria a tí Señor Jesús

HOMILÍA


Hoy podemos titular el evangelio: normas básicas de comportamiento social para invitados y anfitriones.

Jesús es invitado por un fariseo, una persona principal. Es una invitación interesada, porque quieren ver si pueden cogerle en un renuncio. Jesús lo sabe, pero acepta no obstante y les da al anfitrión, a los invitados y a todos nosotros una lección de cómo debemos comportarnos.

Nos invita a practicar la humildad, a no buscar destacar o que se nos reconozcan nuestros méritos. Algo que es muy común en el mundo y por desgracia en la Iglesia. Es algo contra lo que muchas veces nos advirtió Francisco y el Papa León también. 

Y, si bien es cierto que es un defecto muy visible en los pastores -léase obispos, cardenales, incluso clérigos- también afecta a los cristianos de a pie (seglares). ¿Cuántos no buscan estar al lado del cura para destacar? ¿Cuántos no vienen poniendo méritos por delante: “yo hice… yo doné… yo construí”

Sta Teresa decía que: "humildad es andar en verdad". Es decir, conocer la verdad de lo que uno es, y además, vivir (andar en) ese conocimiento de sí. No somos menos, pero tampoco más que los demás. Estamos todos en el mismo barco y debemos navegar juntos en fraternidad.

 Y desechar de nuestras actitudes la soberbia, la vanidad, el orgullo, la arrogancia, el hedonismo generalizado en nuestra sociedad, en los líderes de palabras huecas o en las instituciones y tradiciones obsoletas.

También en la Iglesia se ha apelado a la humildad para someter a los demás a la propia voluntad. La humildad que me lleva a la obediencia servil, no es cristiana. Ni tampoco la humildad tiene que ver con la timidez, la debilidad, la cobardía o la mediocridad.

Eso no nos impide reconocer que somos criaturas, con limitaciones pero también con inmensas posibilidades, con talentos que Dios nos ha otorgado con el fin de que nos realicemos plenamente como seres humanos y cumplir nuestra vocación-misión. Ninguno de los valores  verdaderamente humanos debe ser reprimido en nombre de una falsa humildad.

Tampoco la humildad nos debe impedir reconocer y agradecer la labor de tantas personas anónimas que con una entrega silenciosa están construyendo una sociedad más humana y una Iglesia más auténtica fraterna y sinodal.

Un ejemplo público: Pensad en los programas de televisión, en los presentadores famosos, su labor no podría salir adelante sin la contribución de muchas personas que están detrás: cámaras, redactores, peluqueros, maquilladores, incluso el personal de la limpieza. Es de agradecer que muchos presentadores los hagan visibles en ocasiones.

En las iglesias pasa lo mismo: Sacristanes, catequistas, personas que se ocupan de que los edificios no se deterioren, la mayoría  mujeres, también hay que decirlo. Lo hacen de manera sencilla sin buscar reconocimiento ni siquiera compensación, a veces ridiculizados. A esos se refiere Jesús.

Y con respecto a los anfitriones, que podemos ser todos. El amor que nos pide Jesús tiene que ir más allá del interés personal. Si tú invitas para que te inviten, o porque te interesa quedar bien con ese o aquel, o buscas el reconocimiento entre los tuyos, “¿qué mérito tienes?”. Entrar en la dinámica de Jesús significa buscar el bien de los demás sin esperar nada a cambio. Eso se llama GRATUIDAD.

Ayudar significa fijarse en quienes tienes más cerca, en tus prójimos, porque a todos no podemos llegar. Tu ayuda no tiene que reducirse a dar unos céntimos al pobre, sino estar a disposición de quien pueda necesitar algo insignificante, como una sonrisa, un abrazo, una conversación, un buen consejo, etc.

La vida de Jesús fue GRATUIDAD en estado puro. Entregó todo lo que tenía: su palabra,  su misión y su vida. Vida regalada y compartida, por todos y para todos. Vivir como vivió Él es garantía de vida plena, dichosa y  feliz.  Todos sabemos que los momentos más intensos e  importantes de nuestra vida  son los que sabemos vivir en gratuidad. Es lo que resume el dicho: “Es más feliz el que da que el que recibe”.


CREDO


Sacerdote.- ¿Creéis en Dios , que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?.

Todos.- Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios?.

Todos.- Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia para hacer un mundo mejor?.

Todos. Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en la resurrección y la vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí, y que disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por la vida?

Todos. Sí, Creemos.

ORACIÓN UNIVERSAL


Hermanos, hemos de reconocer que la gratuidad nos cuesta mucho, la invitación de hoy es a vivir desinteresadamente, a dar gratis, es decir, a no esperar la contraprestación que creemos que nos merecemos. Oremos.


Queremos dar y recibir gratis


• Queremos que la Iglesia sea comunión con el necesitado, que sea testimonio de austeridad, que comparta sus bienes con quienes los necesitan.

Queremos dar y recibir gratis


• Deseamos que los gobiernos de los pueblos e instituciones creen dinámicas nacionales e internacionales para el reparto de las riquezas de tal manera que cada día se reduzca más la distancia entre ricos y pobres.

Queremos dar y recibir gratis


• Todos nosotros queremos acoger la invitación a compartir nuestros bienes, nuestro tiempo, nuestro ser y hacerlo con los que nos rodean y más lo necesitan.

Queremos dar y recibir gratis


• Queremos acertar a mantener unas relaciones basadas en la libertad, la gratuidad y el amor, unas relaciones propias de la comunidad de los seguidores de Jesús de Nazaret.

Queremos dar y recibir gratis


• Queremos que en nuestras casas siempre haya un plato vacío en la mesa para quien necesite comer y sentirse invitado.

Queremos dar y recibir gratis


Padre y Madre buena, nos dejaremos interpelar por la llamada de Jesús a vivir a contracorriente, siendo signos del Reino, apostando por el servicio gratuito y las relaciones fraternas. Gracias por el ejemplo y la entrega de Jesús que vive por los siglos de los siglos. Amén


En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso


El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…

ORACIÓN OFRENDAS


Junto con el pan y el vino, te ofrecemos, Señor, nuestras vidas. Queremos saber estar allí donde nos necesitan, y, si tenemos un cargo en la sociedad, saber ser responsables y estar al servicio de los demás, sin caer en competencia por figurar, ni en injusticias por acaparar. Es nuestro deseo de hoy que te presentamos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén


PREFACIO


El Señor está con vosotros  

Y con tu Espíritu

Levantemos el corazón

Lo tenemos levantado hacia el Señor

Damos gracias al Señor nuestro Dios

Es justo y necesario


Te damos gracias en especial, Padre Dios,

por tu hijo Jesús, que es  nuestro hermano mayor,

nos ha descubierto tu rostro verdadero

y nos ha enseñado a quererte como Padre.

Nos ha insistido en que somos todos hermanos,

que debemos cuidar unos de otros

y llevar una sola bandera, el bien de la humanidad.


Jesús cuidó a los marginados,

para que dejaran de serlo y se integraran en la familia.

Y cuidó a los olvidados y oprimidos, porque 

no es de justicia

que tantos hermanos se sientan desamparados.


Nos hizo ver que somos TODOS caminantes

y que hemos de marchar de la mano 

hacia tu encuentro.

Él ha ido por delante en el camino.

Por eso te damos gracias y

proclamamos este himno en tu honor.

SANTO, SANTO, SANTO…

CONSAGRACIÓN y PLEGARIA


SANTO eres en verdad, Padre,

y con razón te alaban todas tus criaturas,

ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,

con la fuerza del Espíritu Santo,

nos das Vida y santificas todo.

Congregas a tu Pueblo sin cesar,

para que ofrezca en tu honor esta OFRENDA

desde donde sale el sol hasta el ocaso.

Recibimos tu Espíritu con alegría

para que santifique este pan y este vino

y se conviertan para nosotros

en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús,

en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.

Porque Él mismo,

la noche en que iba a ser entregado,

habiendo amado a los suyos,

que estaban en el mundo, hasta el extremo,

mientras cenaba con sus discípulos,

tomó un pan, y dando gracias te bendijo,

lo partió y lo repartió a sus discípulos, diciendo:

Tomad y comed todos de él,

porque esto es mi cuerpo,

que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la cena,

tomó el cáliz,

y, dándote gracias de nuevo,

lo pasó a sus discípulos, diciendo:

Tomad y bebed todos de él,

porque éste es el cáliz de mi sangre,

sangre de la alianza nueva y eterna,

que será derramada por vosotros

y por todos los hombres

para iluminar vuestras vidas.

haced esto en conmemoración mía.

Este es el sacramento de nuestra fe.

Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial

de la ENTREGA de Jesús,

de su admirable resurrección y ascensión al cielo,

mientras esperamos su venida gloriosa,

te ofrecemos, en esta acción de gracias,

TODO lo que somos y tenemos.

Tú diriges tu mirada sobre esta OFRENDA de tu Iglesia

y reconoces en ella nuestra adhesión a Jesús,

que vino a revelarnos tu rostro

de verdadero Padre, que nos ama sin límite.

Nos unimos en este sacramento al Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,

que se entregó por nosotros para dejarnos su ejemplo de Vida.

Y nos abrimos de todo corazón a tu Espíritu Santo

para ser iluminados y fortalecidos en el seguimiento de Jesús, tanto individual como colectivamente.

Y así, unidos como hermanos,

formemos con Cristo un solo cuerpo

y un solo espíritu.

Él nos transforma en verdaderamente humanos

en nuestro diario caminar hacia tu Heredad,

donde seguiremos alabándote 

junto con tus elegidos,

con María, la Virgen Madre de Dios y madre nuestra, su esposo san José,

los apóstoles y los mártires,

y todos los Santos,

que nos precedieron en el camino hacia Ti.

Te ofrecemos, Padre, nuestro compromiso de adhesión a Jesús,

que ratificamos en esta celebración,

para que contribuya a la Paz y

la Humanización del mundo entero.

Confirmamos nuestra lealtad con esta tu Iglesia,

que peregrina en la Tierra,

fortalecida por nuestra fe y caridad.

Nos unimos a TODOS tus hijos de este Pueblo,

iluminado y fortalecido por Jesús,

junto con sus servidores: el Papa León,

nuestro Obispo N…,

el orden episcopal, los presbíteros y diáconos.

Tú atiendes los deseos y compromisos

de esta Familia,

que has congregado en tu presencia

en este domingo, día en que Cristo

venció a la muerte.

Él nos ha hecho partícipes de su Sabiduría y Fortaleza

para que imitemos su ejemplo

en el camino hacia tu Heredad eterna.

Te damos GRACIAS porque nuestros

hermanos difuntos…, familiares,

amigos y miembros de nuestra Comunidad,

tras su maduración en este mundo,

ya disfrutan contigo en tu casa del Cielo.

Queremos ser parte del Reino interior,

que tu Hijo nos reveló,

y extenderlo a nuestro mundo

para que podamos gozar TODOS de tu felicidad eterna,

junto con Cristo, Señor nuestro,

por quien concedes al mundo todos los bienes.


Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén

PADRENUESTRO


PADRE Y MADRE NUESTRA

EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.

Santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo.


TÚ NOS DAS HOY 

NUESTRO PAN DE CADA DÍA.

TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS

Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR

A LOS QUE NOS OFENDEN.

No nos dejes caer en la tentación.

Y líbranos del mal. Amen.

CORDERO DE DIOS


Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ NOS DAS la paz


Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.

ORACIÓN FINAL


Animados, Señor, por tus palabras y alimentados con tu vino y pan, queremos trabajar para que tu Evangelio no se quede en buenas palabras, sino en algo real.

Queremos hacer un mundo nuevo, sin hambre, sin violencia, sin odios y guerras. Queremos trabajar por un mundo donde todos puedan vivir en paz. Queremos, Señor,  realizar, con tu ayuda y tu bendición, lo que parece un sueño. Amén

BENDICIÓN

El Señor os bendice, os guarda

y en sus palmas os lleva tatuados.

Os acompaña en todos los caminos.

Y hace prósperas las obras de vuestras manos.

Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,

Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.

Volver arriba