Lo que caracteriza al ser humano es “la política, el sentido del bien común” Ernesto Villanueva: “No hay recetas universales, los problemas ambientales son distintos en cada territorio”

Ernesto Villaueva
Ernesto Villaueva

"La encíclica Laudato si´ ayudo muchísimo, porque es una encíclica que abre una discusión interesantísima para todos los que están en el mundo universitario, porque siendo una encíclica que se refiere básicamente al tema ecológico, en rigor habla de un montón de otros temas y sobre todo los integra"

"Organización, organización y organización. Las periferias estamos separadas entre nosotros, nos ignoramos, conocemos más a los sectores dominantes, quizás hasta de otros países, que las problemáticas de la periferia de ciudades hermanas"

"El horizonte no se alcanza nunca, pero uno tiene que marchar hacia ese horizonte permanentemente. Ese es el sentido de nuestras vidas, sino cuál va a ser de sentido, ¿comprarse un televisor más, unas zapatillas de marca?"

Ernesto Villanueva es uno de los fundadores de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, que realizar su labor de educación superior en el conurbano bonaerense. También es uno de los primeros en sumarse a la Red Universitaria para el cuidado de la Casa Común (RUC), hace casi 10 años.

El sociólogo argentino, con una amplia experiencia de trabajo en las periferias, analiza la cuestión ambiental a partir de los territorios, con sus especificidades, dado que “no hay recetas universales porque nuestros problemas muchas veces son distintos. Los problemas ambientales son distintos en cada territorio”.

Villanueva reconoce la dificultad para trabajar la temática ambiental en los sectores populares, y aboga por la organización, trabajar la conciencia, reflexionar sobre la dignidad humana, del trabajo, de las familias. Para ello, el camino es organizar la esperanza, aún sabiendo que es una utopía, crecer en humanidad, sabiendo que lo que caracteriza al ser humano es “la política, el sentido del bien común”.

RUC Trabajo en grupos

Red de universidades para el cuidado de la casa común. ¿A qué suena eso en el mundo laico de la Universidad pública?

Esta red se creó por iniciativa de Francisco Piñón, que en el pasado ha estado en la Universidad Católica, que es integrante también de universidades públicas, y por nosotros. Ya tiene casi 10 años de existencia esta red. Y en principio fuimos combinando, tratando de incorporar universidades estatales y universidades privadas con la idea sobre todo de trabajar sobre aquellas que no se llaman Universidad Católica.

Lo cierto es que la encíclica Laudato si´ ayudo muchísimo, porque es una encíclica que abre una discusión interesantísima para todos los que están en el mundo universitario, porque siendo una encíclica que se refiere básicamente al tema ecológico, en rigor habla de un montón de otros temas y sobre todo los integra. Ese fue el origen. Después se hicieron una serie de encuentros, Piñón siguió trabajando muchísimo al respecto, yo menos porque me retiré ya de la universidad, y cuando Emilce Cuda, que era profesora en nuestra universidad, comenzó a tener una dimensión más cerca del Papa a raíz de la común adhesión al padre Scannone, eso fue tomando una unas dimensiones mucho más grandes, hubo encuentros sucesivos en distintos lugares de la Argentina y ahora estamos reunidos acá.

¿Y después de la muerte del Papa Francisco, podemos decir que la nueva dinámica eclesial, política, ambiental del mundo, favorece el continuar ese camino?

Francisco era de un barrio de Buenos Aires. El Papa León IV es un hombre que ha trabajado décadas en un lugar en donde la temática ambiental es más que prioritaria. Así que es de esperar que ese camino no digo se continúe, sino que se profundice, porque él, evidentemente, tiene esa temática no solo en su cabeza, sino en su vida, donde Francisco tenía, la verdad sea dicha menos.

¿Y cómo el mundo académico puede ayudar a impulsar todavía más esa dinámica?

Lo primero de todo, una cuestión de concepción, nuestras investigaciones, nuestros planes de estudio deben estar muy ligados con las necesidades ecológicas, ambientales y sociales de los territorios en los que estamos inscriptos. Esto es, desde la Universidad, no pensar desde lo general a lo particular, sino a la inversa, desde lo particular a lo general. No es necesario que tengamos los mismos planes de estudio cada una de las universidades.

Las universidades andinas tendrán una problemática, las de la Amazonía otra, las de las grandes ciudades donde hay polución, donde los arroyos están contaminados, otras. Lo importante es que haya una misma concepción. Investiguemos, conozcamos sobre nuestras realidades y no sobre temas que muchas veces nos vienen impuestos desde arriba y desde afuera.

Temas que vienen impuestos y que se deciden, entre otros lugares, en las en las COP, ¿cómo estos encuentros, estas redes, estas reflexiones pueden o deberían ayudar a en la toma de decisiones políticas?

Esta cuestión de cómo tenemos que concebir el tema de las investigaciones en nuestros planes de estudio tiene que ser referido también a esos ámbitos enormes, mundiales, en donde muchísimas veces se pierden este tipo de ideas y más bien se tiende a pensar recetas universales generales. No hay recetas universales porque nuestros problemas muchas veces son distintos. Los problemas ambientales son distintos en cada territorio. Entonces tenemos que trabajar, y acá está la idea del del Papa Francisco, organizar la esperanza. Tenemos que trabajar de esta red, con nuestras conclusiones hacia el encuentro de Belém, que es en cinco meses.

Encuentro RUC Rio

Y desde la periferia, su universidad trabaja en la periferia, en el en el conurbano de Buenos Aires. ¿Cómo se asumen esos esas temáticas? ¿Cómo la gente lo lleva a la vida cotidiana?

Es muy complicado porque la temática ambiental muchísimas veces es vista como un lujo para las clases medias y altas y no para los sectores populares. En universidades como la que estoy yo, en donde los sectores populares son dominantes, se requiere un trabajo permanente al respecto.

Nuestra Universidad nació hace 15 años. Los estudiantes tomaban un café en un vaso de plástico y lo tiraban al suelo. Pensaban que eso no era importante. Las botellas de plástico las tiraron al suelo. Trabajar para que esa basura, ni siquiera se clasifique, sino que se ponga en un en un tacho como corresponde fue un esfuerzo. Eso en lo interior de la universidad, pero eso es modificar una cultura ambiental de los sectores populares. Ese tipo de trabajo se extiende, insisto, a otras cosas, cómo trabajan nuestros docentes, cómo trabajan nuestros estudiantes y cómo llevan eso a las familias. Esa temática es una temática que requiere reforzarse todos los días del año.

Pero el Papa Francisco creía mucho en el poder de transformación que llega desde las periferias, ¿cómo las periferias hoy, no solamente en el conurbano de Buenos Aires, pero en regiones remotas, en la Amazonia, en tantas regiones no solamente de América como del mundo, pueden impulsar esa dinámica?

Organización, organización y organización. Las periferias estamos separadas entre nosotros, nos ignoramos, conocemos más a los sectores dominantes, quizás hasta de otros países, que las problemáticas de la periferia de ciudades hermanas. Sobre eso, en general, trabajan los sectores dominantes: aislarse, aislarse y aislarse. Las periferias tienen problemas en común, somos, como decía el Papa Francisco, seres humanos descartables, lo que es terrible. El desafío es trabajar sobre la conciencia, sobre la dignidad humana, sobre la dignidad de trabajo, sobre la dignidad de nuestras familias. Ese camino es el camino inicial para que las periferias incidan muchísimo más en los sectores dominantes.

¿Y hay esperanza de que eso llegue algún día?

Por supuesto, por eso peleamos. Organizar la esperanza, dice Francisco. Sí, y eso también se ha dicho que es una utopía. Sí, pero es como el horizonte. El horizonte no se alcanza nunca, pero uno tiene que marchar hacia ese horizonte permanentemente. Ese es el sentido de nuestras vidas, sino cuál va a ser de sentido, ¿comprarse un televisor más, unas zapatillas de marca?

Trabajar hacia el resto de la humanidad dignifica. Platón tiene un texto en donde hay una discusión sobre qué es el ser humano, qué es lo que lo caracteriza. Dice: la política, el sentido del bien común. Y le preguntan a Zeus, ¿y el ser humano que no tiene el sentido del bien común? No es un ser humano. Esa cuestión debemos recuperarla. Ha habido unas tácticas enormes de parte de los grandes medios, de parte incluso de algunos que ejercen la política como especialización, y no como modo de contribuir al bien común, sino como de contribuir a su propio bien. O sea, muchas veces se pierde el sentido de servicio. La política tiene que ser eso, servicio a los demás.

Ernesto Villanueva RUC

Habla del mundo de la comunicación, que muchas veces responde a intereses de los poderosos, ¿cómo organizar desde las periferias esa comunicación alternativa que coloque como algo visible estas temáticas que quieren ser apagadas en los grandes medios?

Justamente en estos días hay una agencia de noticias alternativas que se ha creado, que se llama AIUNCA, que trata de nuclear universidades, sectores populares en la temática ambiental. Está formada por medios de comunicación de universidades de América Latina y el Caribe, Italia, España y Portugal se han unido para crear una agencia de noticias centrada en el cambio climático, la biodiversidad, los nuevos modelos para el desarrollo sostenible y la lucha contra la desinformación.

Son 330 universidades con 454 radios, televisiones y medios de comunicación digitales, varios de los cuales también interactúan con emisoras comunitarias. Promete ser una herramienta poderosa para brindar a la ciudadanía información confiable y mecanismos de comunicación que impulsen iniciativas individuales y comunitarias para superar la crisis ambiental y prefigurar modelos de desarrollo sostenible.

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