La Primera Sesión de la Asamblea Sinodal del Sínodo 2021-2024 que será realizada el próximo mes de octubre es definida por el padre Giacomo Costa, secretario especial de la Asamblea Sinodal, como un momento de cambios en la continuidad. De hecho, estamos ante un Instrumento de Trabajo distinto, que define como una ayuda práctica para trabajar juntos basado en todo lo que se hizo en las asambleas continentales.

El Pueblo de Dios como punto de partida y llegada

El Sínodo de los Obispos ha evolucionado en los últimos años y en esa dinámica tiene un papel importante la Episcopalis Conmunio, que por primera vez va a ser aplicada en su totalidad en un sínodo, según el padre Costa.  En el número 7 de ese documento queda claro que “el proceso sinodal tiene su punto de partida y también su punto de llegada en el Pueblo de Dios, sobre el que deben derramarse los dones de gracia infundidos por el Espíritu Santo a través de la reunión en asamblea de los Pastores”.

En este proceso sinodal se han planteado algunas preguntas: ¿Cómo se realiza hoy, a diversos niveles (desde el local al universal) ese “caminar juntos” que permite a la Iglesia anunciar el Evangelio, de acuerdo a la misión que le fue confiada? ¿Qué pasos el Espíritu nos invita a dar para crecer como Iglesia sinodal?

Estamos ante un proceso, ha enfatizado el jesuita, en el que “el trabajo se basa en los temas que han ido surgiendo en la escucha del Pueblo de Dios, presentados en el Instrumentum Laboris y recogidos en los documentos anteriores”. Por eso insiste en que el trabajo de la Asamblea busca ser un camino de oración, de discernimiento espiritual, pues el verdadero protagonista es el Espíritu Santo.

Del 30 de septiembre al 29 de octubre

Un proceso que se inicia el 30 de septiembre con la Vigilia Ecuménica de Oración, un retiro de tres días y la misa de apertura el 4 de octubre. Durante los trabajos de la asamblea, que serán acompañados por momentos de oración y celebraciones litúrgicas, se partirá de una experiencia integral que ayude a lo largo de 4 días a tener una mirada global de lo que es una Iglesia sinodal, lo que constituye el primer segmento.

Durante 13 días, de 9 a 21 de octubre se trabajarán los tres temas prioritarios para la Iglesia sinodal: comunión, misión, participación, denominados segmentos 2, 3 y 4. Finalmente, el segmento 5, donde será momento de conclusiones y propuestas, de 23 a 28 de octubre, siendo el 29 de octubre la misa de cierre.

Características y conductas fundamentales de una Iglesia sinodal

Se trata de a partir de la experiencia de caminar juntos vivida por el Pueblo de Dios, enfocar con mayor claridad las características y conductas fundamentales de una Iglesia sinodal. El objetivo es identificar los pasos prácticos significativos a dar para crecer como Iglesia sinodal a través del discernimiento sobre los tres temas prioritarios surgidos de la consulta al Pueblo de Dios. Para ello preguntarse sobre cómo ser más plenamente signo e instrumento de unión con Dios y con los otros, cómo compartir dones y tareas al servicio del Evangelio y cómo buscar las necesarias estructuras e instituciones en una Iglesia sinodal misionera.

A la hora de presentar las dinámicas de cada segmento, el padre Costa ha afirmado que cada segmento seguirá el mismo patrón, ayudando a crear consenso sin ocultar las diferencias. Para ello se partirá de una introducción en la que se contextualiza la realidad mediante testimonios y aportaciones bíblica, un trabajo en grupos por idiomas, utilizando el método de la conversación en el Espíritu, sesiones plenarias, donde se pondrá en común lo trabajado en los grupos, con un debate abierto y una recapitulación en los grupos, a partir de los frutos recogidos en la plenaria que ayude a formular un informe final con propuestas para los próximos pasos.

Articular perspectivas, dimensiones y niveles

Un trabajo que será realizado a partir de fichas, que parten de una breve contextualización, enmarcada por las reflexiones surgidas de la consulta al Pueblo de Dios. Para ello se ofrecerán algunas intuiciones y preguntas, que articulan diversas perspectivas, dimensiones y niveles. Se trata, en palabras del padre Costa, de “amasar la vivencia y la Palabra de Dios para descubrir lo que el Espíritu está diciendo”.

En cuanto a las conclusiones y propuestas, se ha dejado claro que el resultado no será un documento final, porque esta es la primera sesión. Surgirá un nuevo documento para devolver lo trabajado a toda la Iglesia y ver cómo profundizar lo que salió en la asamblea. Siguiendo lo dicho en Episcopalis conmunio, que afirma que “el consensus Ecclesiae no se da por el cómputo de los votos, sino que es el resultado de la acción del Espíritu, alma de la única Iglesia de Cristo”. Por eso, el padre Costa ha insistido en que “o ganamos todos o no gana nadie”, afirmando que es inútil formular de cualquier modo si eso no refleja el consenso.

Una experiencia continental de Iglesia sinodal única

A quienes participan en la Asamblea Sinodal representando a las iglesias de América Latina y el Caribe, el secretario especial les ha hecho ver su gran responsabilidad, “porque aquí tienen una experiencia continental de Iglesia sinodal única”. De ahí la importancia de estos días de encuentro, que ayudan a tomar conciencia de los dones como Iglesia de América Latina y Caribe y a reconocer otros dones de otras Iglesias y aprender a caminar juntos. Lo que se busca es ayudar a toda la Iglesia a crecer como Iglesia sinodal misionera.

Una Asamblea sinodal en la que tiene un papel fundamental la conversación en el Espíritu, que es vista por Mauricio López como praxis del discernimiento. En esa metodología ve necesario una actitud orante, que ayude en la progresividad en la búsqueda de lo que el Espíritu nos dice. Reconociendo que no es un método perfecto, insistió en que el paso más importante es pasar del yo al tú, descubrir en lo que los otros han compartido la presencia del Espíritu. Algo que da paso a la búsqueda del nosotros, del sentir en común de cada grupo, de la presencia del Señor en cada uno de los grupos. Algo que en estos días se llevará a cabo como preparación para lo que va a ser vivido en octubre.