La CLAR reflexiona sobre la Vida Religiosa desde la perspectiva indígena Justino Sarmento Rezende: "Las prácticas misioneras serán colonizadoras, si uno sólo piensa en enseñar y no en aprender"

Justino Sarmento Rezende
Justino Sarmento Rezende

"El Papa Francisco refuerza la nueva lectura de la acción evangelizadora: los indígenas no son objetos y destinatarios de la misión de la Iglesia, sino que son sujetos, protagonistas e interlocutores de la misión en la Amazonía”

La Iglesia "está pasando por un doloroso y largo proceso de pasar de una Iglesia Colonizadora a la construcción de una Iglesia Inculturada y Encarnada"

La Amazonia es "una periferia, donde los habitantes no tienen voz en los espacios donde se toman las decisiones sobre sus vidas"

Querida Amazonía, presenta la Amazonía como un lugar de diálogo social, donde la escucha nace de un deber de justicia

Encuentro Vida Religiosa en la Amazonía
La acción evangelizadora de la Iglesia en medio de los pueblos indígenas debe partir de lo que el Papa Francisco les dijo en el encuentro de Puerto Maldonado: “ustedes son los principales interlocutores”. Justino Sarmento Rezende, salesiano del pueblo Tuyuka, reflexionaba sobre "La Vida Religiosa desde la perspectiva indígena" en el marco del Seminario Virtual sobre Vida Religiosa y Amazonía, organizado por la CLAR, del 9 al 11 de septiembre, con el tema: "La Amazonía: Nuevos Caminos para la Vida Religiosa y una Ecología Integral".

Según el salesiano, "el Papa Francisco refuerza la nueva lectura de la acción evangelizadora: los indígenas no son objetos y destinatarios de la misión de la Iglesia, sino que son sujetos, protagonistas e interlocutores de la misión en la Amazonía”. Como indígena del pueblo Tuyuka, afirma que "¡Nosotros, los pueblos indígenas tenemos rostros y corazones propios! Estos rostros y corazones nacen, brotan y dan mucho fruto. Tenemos profundas raíces desde nuestras ancestralidades. Ellas resisten y nos fortalecen para que no dejemos de ser indígenas en los contextos actuales".

Entre los indígenas el cuidado de la Casa Común nace de la idea de que "para nosotros los indígenas, el universo es nuestra Casa, construida por el Creador y Creadora", a quien confían su existencia, algo que aprenden de "los ancianos y ancianas, pues poseen una sabiduría ancestral y garantizan la sostenibilidad de nuestras vidas. Son los pilares de nuestras casas", dice el religioso indígena. Él destaca la importancia de las ceremonias rituales, que "crean conexiones entre nuestras espiritualidades, teologías y filosofías con las de otros pueblos, la interconexión entre los diversos niveles del universo, las ceremonias rituales invocan protecciones, calman y apaciguan los peligros".

Ante esta realidad, el padre Justino insiste en que "los que vienen de lejos y son de otras culturas necesitan tener paciencia consigo mismos y con las personas que practican otras culturas", insistiendo en la necesidad de "aprender a escuchar, aprender sus lenguas indígenas, aprender a vivir juntos", sabiendo que "es un proceso lento para algunas personas". Reconoce que la Iglesia "está pasando por un doloroso y largo proceso de pasar de una Iglesia Colonizadora a la construcción de una Iglesia Inculturada y Encarnada". Según el salesiano, "en teoría es un proceso fácil, pero en la práctica es un proceso lento y doloroso, porque tenemos que morir para nacer en otra cultura diferente de la nuestra".

Justino Sarmento Rezende

Un elemento importante es descubrir que "el Encuentro Intercultural es un proceso que requiere el reconocimiento del Otro como alguien importante, como interlocutor. No es ni inferior ni superior, ni mejor ni peor", dice el perito sinodal. Para ello la Iglesia debe "cultivar la Espiritualidad de la Escucha, detenerse, mirar, tener paciencia”. La actitud de escucha surge cuando consideramos que el otro es importante, y es por ello que sin ella "nuestras actitudes misioneras seguirán siendo prácticas misioneras colonizadoras, donde el misionero y la misionera sólo piensan en enseñar a los demás y no quieren aprender de los demás", dice el salesiano, que ve necesario "una profunda conversión del alma, del cuerpo, de las actitudes, de la mente y de la práctica misionera".

Es necesario trabajar junto con los diferentes, establecer una alianza de interlocutores, ser una Iglesia samaritana, cercana al pueblo, estar dispuesta, por amor, a morir por el bien del pueblo, defendiendo sus derechos, decía el padre Justino, que recordaba que “muchos misioneros están enterrados junto a los pueblos a los que tanto amaron”.

Ser misionero en la Amazonía es estar dispuesto a asumir el trabajo intercongregacional, "dejar tu casa, el confort pastoral, para salir en dirección a donde está la gente, viajar en canoa, mojarse con la lluvia, quemarse con el sol, recorrer caminos, pasar por cascadas, caer, levantarse, enfermarse, ser atendido, pasar hambre, deshacerse de ciertos beneficios de la modernidad", según el misionero de la diócesis de São Gabriel da Cachoeira, la más indígena de Brasil. Él afirma que "la presencia del misionero y de la misionera hace que los indígenas sean fuertes y valientes para luchar, ser respetados y ganarse la vida". Para ello es necesario tener "actitudes de renuncia a lo que nos parece más fácil y mejor para nuestros intereses personales", según el salesiano, que subraya la importancia de "suscitar vocaciones en el lugar donde trabajamos".

Los nuevos caminos de la vida religiosa en la Amazonía deben estar en armonía con la idea de la Iglesia pueblo de Dios, una reflexión que aparece en el Concilio Vaticano II. La reflexión de Peter Hughes, asesor de la REPAM, nos ayuda a entender el Sínodo como un instrumento que "reflexiona sobre la vida de Dios en el mundo, centrada en una realidad, un territorio y las personas que lo habitan". En opinión del religioso columbano, la Amazonia es "una periferia, donde los habitantes no tienen voz en los espacios donde se toman las decisiones sobre sus vidas". En este sentido, el Sínodo hizo de la periferia el centro, de ahí la importancia de esta experiencia eclesial.

Peter Hughes

Para Hughes, "es el centro, porque allí descubrimos la presencia de Cristo en la historia, la voz del Espíritu”. Según él, "lo que es nuevo en el Sínodo es la presencia del pueblo de Dios, de las mujeres y de los representantes de los pueblos indígenas, que participaron con gran claridad y fuerza en el Sínodo”. El religioso también ha visto la Amazonía Casa Común como otra novedad del Sínodo, "que trajo a Roma muchas personas de la Amazonía que se expresaron con gran fuerza". Según el perito del sínodo, "el pueblo de Dios está en camino", subrayando que "la sinodalidad es hacer un camino juntos, sabiendo que somos diferentes, con una variedad de dones y carismas".

El Seminario de la CLAR ha servido para presentar otras realidades y experiencias como la Cesta Amazónica, presentada por João Gutemberg Coelho, quien en nombre del Eje de Formación y Métodos Pastorales, dio a conocer este instrumento, que debe ser lanzado en las próximas semanas, como un elemento que puede ayudar en el acompañamiento de los agentes de pastoral a sus comunidades en la Amazonía. Para ello, el hermano marista presentó su metodología y los módulos que forman parte de esta Cesta Amazónica, basados en la Doctrina Social de la Iglesia, y que siguen los contenidos abordados por los diferentes ejes de la REPAM, reflexionando sobre temas relacionados con el territorio, la espiritualidad y la organización.

También se presentaron otras experiencias que la vida religiosa lleva a cabo en la Amazonía, como la itinerancia. La hermana Arizete Miranda presentó lo que es la Red Itinerante de la REPAM, creada en 2019, que une a los diferentes equipos itinerantes a nivel pan-amazónico. Esta realidad se basa, según la religiosa en la Evangelii Gaudium, que nos habla de la Iglesia en salida, con un espíritu itinerante, en el Documento de Aparecida, en el discurso del Papa Francisco a los pueblos indígenas en Puerto Maldonado, y en todo el proceso del Sínodo para la Amazonia. El gran desafío es ser interinstitucional, agregando carismas para responder al espíritu misionero, estableciendo una experiencia de conexión, elementos que están presentes en el Documento Final del Sínodo.

Arizete Miranda

Otra experiencia, presentada por la hermana Zully Rojas Quispe, es la del trabajo en equipo y el trabajo intercongregacional. Tuvo como punto de partida el hecho, verificado por el Papa Francisco en Puerto Maldonado, donde hoy lleva a cabo su misión, de que "necesitamos a los pueblos originarios para dar forma culturalmente a las iglesias amazónicas locales". En este sentido, Querida Amazonía, presenta la Amazonía como un lugar de diálogo social, donde la escucha nace de un deber de justicia. La religiosa dominica informó de experiencias de trabajo en equipo, intercongregacional, señalando aciertos y errores.

En este sentido, reflexionó sobre algunas constataciones, afirmando la necesidad de hacer un proceso de aprendizaje personal e institucional, de articular e interactuar, de descubrir que todo está interconectado, de encontrar al Dios Trinitario, que es comunidad, que acompaña, que hace silencio y llora en el Amazonía. Destacó la importancia del Sínodo como kairós, y que los pueblos se reconocen en el proceso sinodal, algo importante para los pueblos indígenas, que no siempre han sido escuchados. Por esta razón, la auditora sinodal ve el trabajo intercongregacional como un nuevo tiempo para ensayar sin miedo, superando las estructuras físicas y mentales heredadas e internalizadas, preguntándose dónde está la novedad de nuestra presencia en la Amazonia.

Este trabajo en equipo también se enfrenta a desafíos, ya que no siempre está claro cuál es el objetivo del proyecto. Otro desafío es confiar en el poder de articulación y convocatoria de los miembros. Junto con esto, no reproducir modelos estancados, integrar la diversidad, las diferencias, tener una identidad clara, escuchar y promover la formación.

Zully Rojas

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