Red un Grito por la Vida en Manaos organiza vigilia de oración y reflexión Mons. José Albuquerque: "La trata de personas es la mayor violación de los derechos humanos"

Trata
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"Estamos hablando de una realidad que no debería existir, pero desgraciadamente, hablar de trata de personas es hablar de una realidad que acompaña a la historia de la humanidad”

"Debería incomodarnos más, debería ser algo impactante", dado que estamos ante un fenómeno que hace que "la persona se reduzca a una mercancía"

"Dios está con nosotros, Cristo camina con nosotros, está en medio de nosotros, por eso no podemos perder la esperanza, nuestro trabajo no es en vano"

"Víctimas de toda una acción maligna, de todo un mecanismo diabólico que hace que las personas se sientan casi sin salida, sin respuestas, sin esperanza"

"Dios sigue sufriendo con nosotros en nuestros días, llorando con nosotros, cada vez que cada uno de sus hijos sufre, es excluido, es traficado, es asesinado, a causa de este gran ídolo, que siempre ha sido la razón de todas las guerras, de todas las divisiones, de todas las explotaciones”

Jornada Trata

La necesidad de tomar conciencia de la necesidad de enfrentarse a la trata de personas es algo que se está asumiendo cada vez más en la Iglesia católica. La creación de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, que tiene lugar cada 8 de febrero en la festividad de Santa Bakhita desde 2015, ha ayudado en este camino.

En 2021, el tema de reflexión ha sido "Economía sin trata de personas", y ha provocado muchos momentos de oración y reflexión en muchos países del mundo. A nivel latinoamericano, la Red CLAMOR, junto con la CLAR y el CELAM, ha organizado una campaña, lanzada el día 7 de febrero, y que se va a prolongar hasta finales de septiembre, que tiene como lema “La vida no es una mercancía, se trata de personas”.

En Brasil, una de las instituciones que está llevando a cabo esta lucha desde hace casi 15 años es la Red un Grito por la Vida, que actualmente cuenta con 28 núcleos en el país. Uno de ellos es el núcleo de Manaos, que en el día de la fiesta de Santa Bakhita organizó un encuentro virtual de oración y reflexión.

Estuvo presente monseñor José Albuquerque, que comenzó diciendo que era "un día de memoria". Según él, "estamos hablando de una realidad que no debería existir, pero desgraciadamente, hablar de trata de personas es hablar de una realidad que acompaña a la historia de la humanidad”. El obispo auxiliar de la archidiócesis de Manaos definió el tráfico de personas como "la mayor violación de los derechos humanos", como algo que "debería incomodarnos más, debería ser algo impactante", dado que estamos ante un fenómeno que hace que "la persona se reduzca a una mercancía".

Dom José

Relacionando sus palabras con el Día del Enfermo, que se celebra el 11 de febrero, el obispo recordó las palabras del Papa Francisco, en las que destacaba que "el mundo está enfermo". Para monseñor José Albuquerque, "no se trata sólo del virus que está maltratando, que está enfermando, cobrando vidas en todo el mundo, sino de darse cuenta de que hay otros virus que hay que superar".

Además de la forma de superar la pandemia, de afrontar la situación de la trata de personas, destacó la necesidad de "trabajar más para que haya fraternidad y esperanza de tiempos mejores, esperanza de que Dios está con nosotros, Cristo camina con nosotros, está en medio de nosotros, por eso no podemos perder la esperanza, nuestro trabajo no es en vano". Junto a esto, monseñor José insistió en la necesidad de denunciar, "mostrar al mundo esta realidad es la misión de todos nosotros". Esto es algo que viene de Dios, porque "todas las iniciativas que pretenden llevar esta conciencia al mundo, es inspiración divina, es el Espíritu de Dios que está guiando nuestra reflexión y nuestras acciones”.

El obispo auxiliar de Manaos identificó a las víctimas del tráfico de personas con "los excluidos, víctimas de toda una acción maligna, de todo un mecanismo diabólico que hace que las personas se sientan casi sin salida, sin respuestas, sin esperanza". Por ello, estas personas "se convierten en presa fácil de tantas propuestas que atentan contra su dignidad como seres humanos", subrayó monseñor Albuquerque.

El gran peligro, para el obispo auxiliar, "es que esta realidad de la trata, siempre está oculta, no aparece en las noticias", fruto de "la desinformación, la ignorancia, la connivencia de los medios de comunicación que no quieren abordar estos temas". Según él, "todavía hay mucha gente que tiene miedo y desconoce una realidad que está presente en todo el mundo”.

Trata

Monseñor José Albuquerque destacaba como objetivo principal de la Iglesia "que cada persona sea amada, respetada, cuidada". Ocuparse de los que están a merced del tráfico de personas nos recuerda, según el obispo, la historia de la Salvación, donde aparece la realidad de la esclavitud. Algo que, según él, también está presente en la historia de América Latina, "donde las naciones se construyeron sobre una economía que se basaba en el tráfico, la esclavitud y la apropiación indebida de bienes, no sólo de bienes naturales, sino también de culturas y pueblos".

Recordando el relato del libro del Éxodo, el obispo auxiliar de Manaos afirmó que "Dios sigue sufriendo con nosotros en nuestros días, llorando con nosotros, cada vez que cada uno de sus hijos sufre, es excluido, es traficado, es asesinado, a causa de este gran ídolo, que siempre ha sido la razón de todas las guerras, de todas las divisiones, de todas las explotaciones”. Por ello, afirmó que "más que nunca, somos rehenes de la idolatría, del dios dinero”. El prelado denunció que los que tienen dinero, "tienen la pretensión de pensar que pueden comprarlo todo, incluso vidas humanas”.

En sus palabras, monseñor Albuquerque destacó dos elementos importantes, la falta de información, la falta de reflexión y la indiferencia, "percibimos el silencio y a menudo incluso la omisión por parte nuestra, de los cristianos, las organizaciones, los gobiernos”. Monseñor José pidió que Santa Bakhita "nos ayude a tener el valor de hablar de estos temas", afirmando que junto a la vacuna contra el Covid, "necesitamos también la vacuna de la fraternidad, la vacuna de la esperanza, la vacuna del amor, del respeto a las personas".

Que sea un día en que "renovemos nuestro compromiso de ayudar a la Iglesia a cumplir su misión, a anunciar el Evangelio", afirmó el prelado, insistiendo en que Cristo vino a liberarnos "de las idolatrías que rigen la economía en estos tiempos en los que el beneficio, el mercado y los grandes proyectos están por encima de las personas, especialmente de las más frágiles". Por ello, es necesario "animar a los demás a abrir los ojos y denunciar", destacando que son necesarias la denuncia y la presencia de mujeres y hombres comprometidos con la causa de la trata de seres humanos.

Red un Grito por la Vida

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