El Sínodo para la Amazonía se va concretando en acciones La vida por un hilo: una campaña para combatir el virus de la falta de respeto y la explotación sin escrúpulos de la Amazonía

Lanzamiento de la Campaña, "La Vida por un hilo"
Lanzamiento de la Campaña, "La Vida por un hilo"

Esta campaña ha sido presentada como uno de los frutos del Sínodo, "surge de la necesidad de ayudar a comprender el cuidado de la vida humana y de toda la creación"

"Brasil es el único país del mundo que, en medio de una pandemia, amenaza la selva, los quilombolas, los pueblos indígenas y los derechos de los pueblos tradicionales"

En Brasil existe una "violencia institucionalizada contra las comunidades", enfatizando que "el gobierno actual ha impuesto una oposición sistemática a la vida y existencia de estos pueblos indígenas"

La campaña pretende ser un instrumento que ayude a través de mecanismos de autoprotección, denuncia y políticas públicas

La vida por un hilo
La Iglesia no puede estar ausente ante los gritos presentes en la sociedad que llegan a Dios. Impulsada por esta realidad, que siempre ha estado presente en Brasil, pero que ha crecido en los últimos años, el 18 de junio, se lanzó la Campaña para la autoprotección de las comunidades y líderes amenazados: la vida por un hilo. El objetivo es dar una amplia visibilidad a la gravedad e intensificación de la violencia contra quienes defienden los derechos sociales y ambientales y llegar a las comunidades en riesgo y amenazas de una manera que organice y proteja a sus miembros, preservando la memoria ancestral y las luchas de resistencia.

Esta campaña ha sido presentada como uno de los frutos del Sínodo, "surge de la necesidad de ayudar a comprender el cuidado de la vida humana y de toda la creación", según el presidente de la Comisión Episcopal Pastoral para la Acción Sociotransformadora de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil – CNBB, Monseñor José Valdeci Santos Mendes. Según el obispo, la campaña se está tejiendo con los hilos de la justicia, la solidaridad, la resistencia, el conocimiento popular, el estímulo en el caminar, "hilos que deberían fortalecernos en nuestro caminar, en nuestra misión", y que él ve como una invitación "para tejer el bien con los hilos que tenemos presentes".

Monseñor Erwin Kräutler vivió bajo protección policial, en una región que él define como "un río de sangre derramada a lo largo de los siglos, un testimonio del martirio sufrido por los pueblos indígenas de toda la Amazonía y todos aquellos y aquellas que dedicaron sus vidas a los pueblos que aquí están". Conoció a muchas de estas personas que murieron, especialmente a la Hermana Dorothy, quien, como él recordaba, “me pidió trabajar entre los más pobres de los pobres. Le dije que no aguantaría, y ella dijo, déjame intentarlo, algo que hizo hasta el 12 de febrero de 2005, en que fue salvajemente asesinada, derramando su sangre y mezclándola con tantos que murieron aquí".

El obispo emérito de Xingú también recordó a Dema, de quien dice que éramos amigos, muy amigos, que, cuando murió, le dijo a su esposa, María, que cuidara de sus hijos. El obispo insiste en que “estos son crímenes que ocurrieron en el siglo XXI, de personas que no provocaron ni buscaron la muerte, sino que se pusieron estrictamente del lado de los menos favorecidos, de quienes la sociedad capitalista pone el margen, por su forma de defender los derechos, de quienes atacaron las ambiciones y la codicia de los poderosos”. Estas actitudes, también asumidas por el obispo, siempre les han puesto en riesgo.

Monseñor Erwin Kräutler

Él contó la conversación que tuvo con un terrateniente, quien "vino a decirme que sacara a Dorothy de circulación porque ella iba en contra de sus intereses, de toda la parafernalia que se creó aquí para explotar la Amazonía". También otras personas le dijeron que se ocupara de la religión, pero él siempre defendió que la religión coloca al ser humano, creado por Dios, en el centro de nuestra defensa, también del medio ambiente, que no puede separarse del ser humano. Esto fue, según el obispo, "el gran valor del Sínodo, juntó. Tenemos la obligación de mostrarle al mundo esta nueva visión cristiana. Estamos llamados a donar nuestras vidas para que todos puedan vivir”. En esta época de pademia, el obispo advirtió sobre la existencia del "virus de la falta de respeto por la Amazonía, de la explotación sin escrúpulos de la Amazonía, sin tener en cuenta a los pueblos que viven aquí".

La campaña se considera "extremadamente necesaria en un momento en que las vidas están amenazadas", según el diputado Helder Salomão, presidente de la Comisión de Derechos Humanos y Minorías del Congreso, quien habló sobre las amenazas a los líderes de las comunidades que dan testimonio de la fe y la vida, también en esta época de pandemia, enfatizando que en Brasil, "la vida nunca ha estado tan amenazada, porque cuando la democracia está amenazada, los derechos más sagrados que tenemos están amenazados". De hecho, "Brasil es el único país del mundo que, en medio de una pandemia, amenaza la selva, los quilombolas, los pueblos indígenas y los derechos de los pueblos tradicionales". Por esta razón, según el diputado, "esta campaña es una señal de esperanza para mantener viva la lucha de nuestra gente por la vida y el compromiso de los líderes en un momento en que muchos ponen las ganancias por encima de la vida".

El coronavirus está teniendo un efecto devastador en los pueblos indígenas, según Felício Pontes, refiriéndose a un informe de la Fundación Osvaldo Cruz. De hecho, como resultado de la pandemia, el 28% de los hospitalizados muere cuando la población es blanca, en el caso de los pueblos indígenas aumenta al 48%, lo que demuestra la negligencia del gobierno brasileño. Esto ha sido denunciado por los obispos de la Amazonía, que han pedido "combatir el virus de la indiferencia, de la mayor vulnerabilidad de los pueblos y comunidades tradicionales de la Amazonía", y el Ministerio Público Federal, que "también ha exigido una acción de emergencia por parte del gobierno para evitar la llegada y propagación del virus en los pueblos”.

El fiscal de la República recordó un hecho que vivió con la hermana Dorothy, en las semanas previas a su muerte, cuando habló sobre las amenazas, le aconsejó que se fuera de allí. La respuesta de la religiosa asesinada fue: "Felício, si alguien tiene que morir para que esto suceda, que sea yo, los otros tienen una familia". Según Felício Pontes, el asesinato de la hermana Dorothy, así como de los asesinados en la Amazonía, ha sido un intento de "eliminar a los que estaban en contra del sistema de desarrollo implantado en la Amazonía desde la dictadura militar".

Felício Pontes

Sindicatos como la Confederación Nacional de Agricultores y Agricultoras Rurales Familiares - CONTAG, que representa a más de tres mil sindicatos rurales en Brasil, participan en la campaña. Según su Secretario de Capacitación, Carlos Augusto Santos Silva, “la campaña brindará protección a las comunidades, territorios, reservas, para protegerse de los grandes proyectos económicos, que van destruyendo y trayendo graves consecuencias sociales, económicas y ambientales, proyectos que traen la muerte". No podemos olvidar que en el campo brasileño, “incluso en tiempos de pandemia, existen conflictos con quienes no se ponen en cuarentena y continúan queriendo apropiarse de los territorios”, según Flávio Marcos Gonçalves de Araujo, de la Comisión Pastoral de la Tierra - CPT, que há continuado con su ayuda a las comunidades, fomentando la resistencia.

Esta situación muy difícil, muy complicada en Brasil, en este momento de pandemia, tiene repercusiones en los pueblos indígenas, dice Antonio Eduardo Cerqueira de Oliveira, del Consejo Indigenista Misionero - CIMI, que informa más de 300 muertes, entre ellas grandes líderes en los últimos días, y más de 5.000 infectados por la pandemia entre los pueblos indígenas de Brasil, con una población de más de un millón de personas, con 300 pueblos y 270 idiomas, la mayor diversidad del mundo. Él denuncia la "violencia institucionalizada contra las comunidades", enfatizando que "el gobierno actual ha impuesto una oposición sistemática a la vida y existencia de estos pueblos indígenas", que define como una política genocida.

La campaña parte de la idea de que la vida es esencial, según Dário Bossi, asesor de la REPAM-Brasil, quien insiste en que es una de las primeras aplicaciones del Sínodo para la Amazonía, en base a lo recogido en el Documento Final y en Querida Amazonía. El religioso comboniano insiste en que frente a la violencia institucionalizada en un sistema que mata para saquear, la campaña pretende ser un instrumento que ayude a través de mecanismos de autoprotección, denuncia y políticas públicas. Para esto, se deben desarrollar estrategias de protección colectiva, protección de redes, visibilidad y opinión pública, algo que se basa en una estrategia de comunicación. El curso, con la participación de más de 150 participantes, se desarrollará en cinco módulos.

La campaña cuenta con la participación de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil - CNBB, a través de la Comisión Pastoral Episcopal para la Acción Sociotransformadora y la Comisión Episcopal para la Amazonía, la Comisión Pastoral de la Tierra, el Consejo Indígenista Misionero, la Red Eclesial Panamazónica / REPAM-Brasil, el Centro Popular de Capacitación Juvenil - Vida y Juventud, la Sociedad de Derechos Humanos Marañense / SMDH, el Movimiento Nacional de Derechos Humanos / MNDH, la Confederación Nacional de Trabajadores Agrícolas, el OLMA - Luciano Mendes de Almeida, la Pastoral Carcerária Nacional, la CPP - Comisión Pastoral de Pesca, el IAC - Instituto Agustín Castejón, el CEFEP - Centro Nacional de Fe y Política Dom Helder Câmara, Cáritas Brasileira, la CBJP - Comisión Brasileña de Justicia y Paz, y la CRB Nacional - Conferencia de Religiosos de Brasil.

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