La proximidad de la segunda vuelta de las elecciones y la difícil situación social que vive Perú, salpicada con hechos como el asesinato este último domingo de entre 14 y 18 personas, según las diferentes fuentes, por grupos de Sendero Luminoso, ha hecho con que los obispos peruanos hayan lanzado una carta a la ciudadanía en la que en 12 puntos ofrecen sus reflexiones sobre la situación actual.

El episcopado comienza afirmando el deber ciudadano de ir a votar con responsabilidad. Para eso piden que la Sabiduría que ayude a “poder discernir y elegir lo mejor para nuestra Patria”, en vista de superar las diferentes crisis que asolan el país, que, junto con la corrupción, “nos afecta y golpea a todos de manera especial a los más débiles y vulnerables”.

El texto apela a “la conciencia ciudadana para la buena elección de sus gobernantes”, viendo este momento como “ocasión para fortalecer los valores fundamentales de la Nación”, y “reafirmar los grandes valores éticos, morales y religiosos que sustentan a nuestra nación”. 

Evitando caer en apoyos a uno u otro candidato, pues a ambos son vistos como representantes del comunismo, en el caso de Pedro Castillo, y del capitalismo salvaje, como sucede con Keiko Fujimori, los obispos recuerdan que ambos sistemas son condenados por la Iglesia, que también condena el terrorismo, en una velada alusión a Sendero Luminoso, que quiere boicotear las elecciones.

Los obispos hacen referencia a los principios que sustentan, junto con el Evangelio, las enseñanzas de la Iglesia: “la dignidad humana, el bien común, la opción preferencial por los pobres, promoviendo una sociedad fraterna, solidaria, y una economía inclusiva, pues nadie debe quedar ‘afuera’, como promueve la doctrina social de la Iglesia”. En esa tesitura, se destaca el papel tradicional de la Iglesia peruana, que “siempre ha estado y estará al servicio del país”, algo demostrado durante la pandemia.

El escrito episcopal recuerda el papel de la buena política, “atender las urgentes necesidades, sobre todo de los más pobres y vulnerables”, así como “ser capaz de unirnos, no de dividirnos”. En vista de salvar la democracia se pide la implicación de la ciudadanía. Al mismo tiempo se hace un llamado a recuperar con urgencia, “la confianza entre nosotros para que juntos y con generosidad construyamos un Perú realmente fraterno, solidario, en paz”. Para ello piden que “¡No nos dejemos robar la esperanza!”.