Devolver bien por mal

Bien por mal
Algunas madres no merecen tal nombre. Conocí a una de ellas hace muchos años a través de sus hijas acogidas en un Centro de Menores. Tenía siete hijos que una vez puestos al mundo se puede decir que los abandonaba. Dejaba a la hija mayor, todavía pequeña, al cuidado de sus hermanos.

Los vecinos alertaron de la situación de estos pequeños al ayuntamiento de la ciudad y de este modo fueron acogidos en un centro. Poco se preocupaba esta mujer de visitar a sus churumbeles, solamente aparecía por el centro para pedir alguna cosa. Cuando la hija mayor encontró un trabajo, apareció la madre con desfachatez para pedirle dinero. Vaya con la tal señora, de repente si se acordó de que tenía una hija de quien sacar beneficio.

Han pasado muchos años y la tal señora enferma y sin los hijos, ya que todos se desentendieron de ella, está sola. Los servicios sociales han encontrado a la hija mayor que está enferma, operada de cáncer. Ella la ha ido a ver y se ha compadecido de su madre, y todo y teniendo una situación precaria se la ha llevado a su casa.

Esto sí que es devolver bien por mal. La recompensa de esta hija será grande cuando llegue el fin de sus días. Texto. María Nuria Gaza.
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