¿Dios sentado en un trono?

El Señor dio unas normas para que los hombres las siguieran y de este modo llegar a él al fin de su camino, pero no los contrajo a seguirlas a la fuerza, pueden cumplirlas o dejarlas de cumplir.
Mira, dice Dios: “Las aflicciones humanas no me cogen por sorpresa, o caen sobre mi como un chaparrón, al contrario las acojo con mi amor de Padre. ¿Piensas que me quedo impasible ante el grito de los hombres? Recuerda las palabras que dirigí a Moisés: He oído al clamor de mi pueblo. Los salmistas inspirados por mí dicen que cuando el pobre invoca al Señor, él lo escucha".
"¿Tú crees que yo no escuché a mi Hijo en su oración de Getsemaní o en su súplica en lo alto de la cruz? Como dice el autor de la carta a los Hebreos: “Cristo, mientras vivía en este mundo, con voz fuerte y muchas lágrimas oró y suplicó a Dios, que tenía poder para librarle de la muerte; y por su obediencia, Dios le escuchó. Así que Cristo, a pesar de ser Hijo, por lo que sufrió aprendió a obedecer y al perfeccionarse de esa manera, llegó a ser fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen".
Como reza San Pedro en su primera carta: “Por sus sufrimientos fuimos sanados”.Texto: Hna. María Nuria Gaza.