Seréis como Dios

El libro del Génesis nos narra como el diablo tentó al hombre creado a imagen y semejanza de Dios con estas palabras: “Seréis como Dios” (3,5).

Esta es una tentación que nos acosa y que llevó al género humano a la “pérdida de la gracia de la santidad original (cfr. Rm 3,23)”, nos dice el número 399 del Catecismo de la Iglesia Católica. Al momento de desobedecer el mandato del Creador, el hombre tiene miedo a Dios de quien ha concebido una falsa imagen, la de un Dios celoso de sus prerrogativas, comenta el Catecismo en el mismo número citado.

Anunciación

La desobediencia nos hizo esclavos de las pasiones. Para obtener de nuevo la libertad de hijos de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad se hizo hombre, tomó carne mortal en el seno de una doncella a la cual le pidió el Señor su consentimiento para ser su madre, ella aceptó la voluntad de Dios, supo escuchar su voz. María es la nueva Eva, que con su “hágase en mí según su palabra” entra en el mundo la esperanza de la salvación.

En María y en Jesús tenemos ejemplos que estimulan nuestra obediencia. Jesús obediente hasta la muerte y una muerte de cruz, “por eso ante él toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en el abismo” (Flp 2,10).Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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