Mira el color del cielo

Las cosas no suceden por obra de arte, ni tan siquiera por casualidad, todo tiene su explicación, pero hemos de ser nosotros los que sepamos realizar esta lectura. No creo que la solución sea aferrarse a nada concreto, es más... es importante dejarse llevar por nuestros sueños, por aquello que deseamos, que a la vez será por lo que luchemos.
Los momentos difíciles llegaran, la vida no está exenta de ello, pero son los que, con una mirada de futuro, nos darán pie a cambiar. Aunque es cierto que cuando se viven, no es fácil enfrentarse a ellos, pero hemos de cogernos a aquello que nos ayude. Algo que tengo presente en muchos momentos es esta cita de la Palabra de Dios: “Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre. Tu Padre que está en lo secreto te lo recompensara” (Mt. 6); esto me ayuda a sentirme amada, cuidada por Dios, así, cuando me encuentro en un momento en el que yo sola no puedo más, experimento que la soledad se torna en algo diferente, y empiezo a creer en mí misma.
Ayer, mirando al cielo, me tumbe sobre el césped en un parque precioso, pensaba en tanta gente que quiero y que a veces me encantaría tener cerca, quizá sea una tontería, pero pensé que una de las cosas que nos une es el color del cielo, allí, en ese infinito de libertad podemos encontrarnos, y así, sentirnos unidos para siempre. Una persona me dijo un día que cuando me sintiese sola mirase al cielo, buscase una estrella y pensase en que tal vez estaríamos los dos mirando la misma. Texto: Hna. Conchi García.Foto: Sor Gemma Morató.