Tú eres Pedro

De este modo tenemos con el primer Papa un hombre de carne y huesos, capaz de hacer una profesión de fe en Jesús, Hijo de Dios vivo y de negarlo. La Iglesia de Jesús está cimentada sobre Pedro, piedra. No una piedra preciosa pero una piedra capaz de sostener todo el edificio. Una piedra sencilla y humilde, construida sobre un hombre pescador y pecador, con experiencia de su debilidad que le hará comprender la debilidad de sus hermanos en la fe que a ejemplo del Maestro saldrá a buscar la oveja perdida. Y a imitación de Jesús dará su vida: “En verdad, en verdad te digo (Pedro): Cuando eras joven tu mismo te ceñías e ibas donde tú querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras”, le dijo Jesús, “indicando la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios” (Jn 21,18-19). Texto: Hna. Nuria Gaza.