Cada lágrima enseña una verdad

Dicen que quien más te quiere te hará llorar, y ¡claro!, eso pasa porque nos duele, porque la persona cercana nos importa y porque la queremos. Pero estos momentos son los que, a la vez, nos hacen crecer no sólo en conocimientos sino en experiencia, en la vida. Platón afirmaba que “cada lágrima enseña a los mortales una verdad”.
Pienso que no hemos de escondernos del dolor, de lo que nos hace sufrir, porque es lo que nos muestra el camino, es más, creo que nos lleva a conocernos más a nosotros mismos. Cada lágrima que derramamos tiene un sentido profundo, no sólo de tristeza o alegría sino de Amor. Jesús dice en el evangelio “Yo soy la Verdad, el Camino y la Vida”, ¿quién puede amar más que Aquel que dio su vida por cada uno de nosotros?.
Pienso que es fácil gastar fuerzas en buscar y buscar una explicación que no está demasiado lejos, porque a veces, lo que creemos más distanciado en realidad está más cerca de lo que pensamos. Eso decía San Agustín al afirmar que “no vayas mirando fuera de ti, entra en ti mismo, porque la verdad habita en el interior del hombre”.Texto: Hna. Conchi García.