El prelado asiste a la Plenaria de obispos de IMBISA en el Reino de eSwatini Czerny: "La Iglesia no es una agencia de desarrollo, nuestra misión es acompañar"

En su primera visita al Reino de eSwatini, con motivo de la Asamblea General de los obispos de seis Conferencias Episcopales del sur de África, el prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral transmitió un mensaje sobre el papel de la Iglesia en el mundo actual
"Nuestro compromiso evangélico nos lleva a los lugares donde se viola la dignidad humana"
| Sheila Pires – Manzini, eSwatini
(Vatican News).- «Estar en África es siempre como volver a casa»: así comenzó su intervención en Manzini, en el Reino de eSwatini, el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en la XIV Asamblea Plenaria de los obispos de seis Conferencias Episcopales del sur de África, que coincide con las celebraciones del Jubileo de Oro de la IMBISA (Reunión interregional de obispos del sur de África).
Recordando los ocho años que pasó en el continente, donde coordinó los esfuerzos de los jesuitas en la lucha contra el sida, el cardenal observó que «la fe auténtica es inseparable de un compromiso concreto con la vida y la dignidad humana».
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Sanar las violaciones de la dignidad humana
Refiriéndose al trabajo del dicasterio que dirige, el cardenal Czerny afirmó: «Nuestra inspiración proviene del Evangelio, de una Iglesia de los pobres y con una opción preferencial por los pobres. Nuestro compromiso evangélico nos lleva a los lugares donde se viola la dignidad humana: la injusticia social y económica, la violencia, el desempleo, la explotación, la degradación medioambiental, la trata de seres humanos y muchas otras lacras del mundo contemporáneo».

Según el cardenal, «la Iglesia promueve el desarrollo integral, pero las personas son protagonistas de su camino», por lo que «nuestro papel es acompañarlas». Czerny advirtió además contra una visión puramente económica o tecnocrática:
"El desarrollo no se mide solo en función del PIB. No es sinónimo de consumo o prosperidad material. El verdadero desarrollo es el pleno florecimiento de la vida humana, tanto material como espiritual"
Desarrollo humano e inteligencia artificial
Citando al papa Pablo VI y la encíclica Populorum Progressio, el cardenal Czerny recordó que el desarrollo auténtico debe «promover a cada hombre y a todo el hombre», incluidas las generaciones futuras. Y señaló, además, que el Papa León XIV dio un nuevo impulso a la visión de la Iglesia sobre el desarrollo humano integral, incluyendo cuestiones emergentes como la inteligencia artificial.
"El Papa desea que la Iglesia contribuya a evaluar la inteligencia artificial a la luz del desarrollo integral de la persona y de la sociedad, preocupándose no solo por el bienestar material, sino también por el espiritual y cultural de todos los pueblos"
La Iglesia al lado del pueblo
Al margen de la conferencia, el cardenal Czerny habló a los medios de comunicación vaticanos subrayando que «la Iglesia no es una agencia de desarrollo», sino que «camina al lado de su pueblo en el deseo de crecer y prosperar». «Nuestra misión es acompañar, ser un signo y una experiencia de esperanza, que las personas necesitan para continuar su camino», declaró.

En vísperas de su viaje a Sudáfrica, donde presidirá la celebración del Día Mundial del Migrante y del Refugiado, Czerny recordó los cuatro verbos utilizados por el papa Francisco para describir los principios rectores de la respuesta de la Iglesia al tema de las migraciones: acoger, proteger, promover e integrar.
"El encuentro en sí mismo es ya el comienzo de la solución"
«No piensen – dijo – en ustedes mismos como solucionadores de problemas o representantes aislados de la Iglesia. Inviten a otros a conocer de cerca a los migrantes. Nadie que los conozca personalmente permanece indiferente. El encuentro en sí mismo es ya el comienzo de la solución».
La paz comienza en el corazón
En su homilía durante la misa por el Jubileo de oro de los 50 años de IMBISA, celebrada el jueves 25 de septiembre, el cardenal se centró finalmente en el mensaje de paz, evocando regiones en conflicto, como Cabo Delgado en Mozambique, Sudán del Sur y Tierra Santa.
«Cuando oímos hablar de guerra, quizá lo único que podemos hacer es rezar. Pero, ¿rezamos de verdad o solo nos quejamos de las noticias? Transformemos nuestra angustia en oración», exhortó.
«Antes de dar largos discursos sobre la paz, debemos afrontar las guerras internas que llevamos dentro. La verdadera paz comienza en el corazón y en las relaciones», concluyó.

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