Entrevista al Gran Maestro del Gran Oriente de Francia Pierre Bertinotti: “Vivimos una época reaccionaria, se intenta dar marcha atrás a la democracia"

Pierre Bertinotti, Gran Maestro del Gran Oriente de Francia
Pierre Bertinotti, Gran Maestro del Gran Oriente de Francia

"La francmasonería es un lugar de libertad. Si fueras masón y estuvieras dentro del templo, te sorprendería la libertad con la que circula la palabra. No se realiza ningún juicio sobre lo que dice cada persona"

"No somos una sociedad secreta, ni una secta. En una secta es muy fácil entrar, pero muy difícil salir (...). Es cierto que, desde 1738, una bula excomulga a los francmasones. Un católico no puede ser miembro del Gran Oriente de Francia"

"La laicidad puede contribuir a dar nuevo sentido a la vida en la sociedad. ¿Por qué? Porque la laicidad es la libertad de conciencia. Cada individuo debe poder elegir libremente su destino, independientemente de cualquier dogma religioso"

“No somos una sociedad secreta, ni una secta… pero un católico no puede ser miembro del GOdF”. Pierre Bertinotti es el Gran Maestro del Gran Oriente de Francia (GOdF), la más antigua de todas las obediencias masónicas que existen en la actualidad en la Europa continental. Nacida en 1773, aglutina a más de 54.000 masones, con una presencia en 20 países de todo el mundo. En España, 14 logias están vinculadas al Gran Oriente. Hace unas semanas, dos de ellas organizaron una mesa redonda sobre la laicidad en España, que se celebró en el Ateneo de Madrid.

Creemos. Crecemos. Contigo

Para un profano en la materia, ¿qué es el Gran Oriente de Francia?

El Gran Oriente de Francia es una organización que comparte los valores de la libertad, la igualdad y la fraternidad y que propone cambiar al hombre para cambiar la sociedad. Queremos que cada persona que se pregunta sobre su destino, sobre su vida, disponga en la masonería de herramientas. En el Gran Oriente de Francia nos apoyamos en las dos piernas: individual y en la sociedad. ¿Cómo? Cada uno de nosotros, individualmente, aportará a la sociedad lo que ha adquirido en la logia. Un francmasón puede participar en organizaciones caritativas, ser miembro de un sindicato, por ejemplo… Hay que dedicar parte de la vida a la colectividad. No somos los únicos, pero queremos que todo el mundo pueda vivir juntos. Y vivir juntos no significa que estemos todos de acuerdo, pero sí que podamos tomar decisiones aceptables para todos, incluso para quienes no estén de acuerdo con ellas.

Pierre Bertinoti
Pierre Bertinoti

 ¿En España ser francmasón todavía es algo extraño? ¿Cómo explicamos que un masón no forma parte de ninguna secta? 

La francmasonería es víctima de prejuicios negativos.  No somos una sociedad secreta, ni una secta. En una secta es muy fácil entrar, pero muy difícil salir. En el Gran Oriente de Francia lo difícil es entrar: hay investigaciones sobre el candidato, pruebas… pero salir es facilísimo, basta con una carta de dimisión. Es cierto que, desde 1738, una bula excomulga a los francmasones. Un católico no puede ser miembro del Gran Oriente de Francia.

La francmasonería es un lugar de libertad. Si fueras masón y estuvieras dentro del templo, te sorprendería la libertad con la que circula la palabra. No se realiza ningún juicio sobre lo que dice cada persona.

¿Cuáles son los grandes desafíos?

El primero es el desafío climático. El segundo es la guerra. El tercer desafío es la ruptura de las reglas de las relaciones internacionales desde 1945  por parte de la principal fuerza económica y militar del mundo, Estados Unidos. El presidente Trump nos da ejemplos cada día.

Bastante, con Bertinotti
Bastante, con Bertinotti

El sistema económico y tecnológico, con sus famosos algoritmos, organiza la vida en torno a opciones contrapuestas. Es un sistema tecnológico-económico que claramente pone en duda la democracia.

Por otro lado, el diálogo se ha degradado. La inmigración se ha convertido en el tema político en nuestros países. El extranjero es visto como la causa de todos nuestros males. La incertidumbre se ha instalado en el mundo, y las palabras ya no corresponden a la realidad. La verdad no es lo que es, sino lo que queremos que sea. 

Nosotros abogamos por la refundación del Pacto Social, con cuatro ejes: la inteligencia artificial y sus consecuencias para la sociedad; la solidaridad y el Estado-Providencia; el Estado de Derecho y las amenazas contra la democracia; y las amenazas a la dignidad humana

¿Cómo puede contribuir la laicidad a una sociedad azotada por la polarización y los discursos del odio?

La laicidad puede contribuir a dar nuevo sentido a la vida en la sociedad. ¿Por qué? Porque la laicidad es la libertad de conciencia. Cada individuo debe poder elegir libremente su destino, independientemente de cualquier dogma religioso. En cuanto a la religión, cada uno es libre de creer o no creer. De hecho, tenemos hermanos que son creyentes, otros que son agnósticos y otros ateos.

¿Puedo preguntarle cuál es su convicción religiosa? 

He sido bautizado, mi origen es italiano, he sido educado en una cultura y en una práctica católica. Hoy me definiría como ateo.

Un momento de la entrevista, realizada en el Ateneo de Madrid
Un momento de la entrevista, realizada en el Ateneo de Madrid

En su intervención ha hablado de Trump, en España tenemos la ultraderecha de Vox, Le Pen en Francia… Existe un movimiento mundial que puede arrasar esos conceptos de libertad, igualdad y fraternidad. ¿Hay un miedo real?

Esta polarización justifica la necesidad de una francmasonería viva, porque los valores, los principios y la metodología que aplicamos a lo largo del tiempo son útiles para reconstruir el mundo. Vemos intentos de dar marcha atrás. Vivimos una época reaccionaria. Por eso, hemos creado la Unión Masónica Liberal Internacional, para organizar el diálogo. Porque el diálogo es la base para establecer un consenso común. Nosotros abogamos por la refundación del Pacto Social, con cuatro ejes: la inteligencia artificial y sus consecuencias para la sociedad; la solidaridad y el Estado-Providencia; el Estado de Derecho y las amenazas contra la democracia; y las amenazas a la dignidad humana.

La exacerbación de los nacionalismos lleva a la guerra. Por lo tanto, hay que tratar de definir juntos las reglas de vida común. No hay otra vía, no hay otra opción en la historia

Antes ha hablado de la crisis de las democracias, de la “estafa intelectual” de Trump, también de Putin y su ‘operación especial’ en Ucrania… ¿Le preocupa este nuevo orden mundial, en el que parecemos a las puertas de una Tercera Guerra Mundial?

Los dirigentes actuales de las principales potencias mundiales, Estados Unidos, China y Rusia, quieren acabar el multilateralismo y sustituirlo por otro modo de organizar el orden mundial, por la fuerza. Hoy, China busca reafirmarse como gran potencia, mientras Estados Unidos quiere confirmar su liderazgo mundial y por eso quiere salir del multilateralismo para plantear una oposición de fuerzas directa y unilateral. La exacerbación de los nacionalismos lleva a la guerra. Por lo tanto, hay que tratar de definir juntos las reglas de vida común. No hay otra vía, no hay otra opción en la historia.

Para mí las cosas están muy claras. De ahí la importancia fundamental de la escuela, de la construcción de un espíritu crítico, y nuestro apoyo sin fisuras a la escuela pública, la escuela que fabrica esos espíritus libres y emancipados.

¿Es optimista respecto al futuro? 

Los héroes siempre vencen a la muerte. Esperemos

Etiquetas

Volver arriba