Cuatro años del país más joven del planeta Sudán del Sur: el aniversario más amargo

(AE).- Se cumplen cuatro años del nacimiento del país más joven del planeta. Después de duros años de guerra civil (en diferentes periodos históricos), de millones de muertos, de incontables humillaciones histórias por ser negros, por no ser musulmanes o por ser resistentes a la arabización forzosa... un grupo humano pudo obtener su legítimo derecho de una tierra donde no fueran discriminados ni fueran mirados como ciudadanos de segunda.

El sueño - después de incontables negociaciones, un proceso interino y un referéndum masivo a favor de la independencia - se hizo realidad y fueron - fuimos - multitud los que nos alegramos profundamente al ver esa nueva bandera siendo izada... levantando las esperanzas de un nuevo país donde - después de haber aprendido las duras lecciones que supone una guerra - se erigiera una sociedad basada en nuevos y más humanos valores: la solidaridad, la tolerancia, la diversidad, la educación...

A cuatro años de aquel día, el balance no puede ser más sombrío. El incipiente gobierno, después de la trágica muerte en un accidente de helicóptero del indiscutible líder Joseph Garang, estaba formado íntegramente por antiguos cuadros del ejército rebelde. Con la autoridad moral que les daba el saberse héroes que habían luchado durante años en las más deplorables circunstancias contra el opresor árabe, los miembros del mismo se vieron con bula para emplear a parientes y conocidos por doquier. El optimismo que rodeaba la fundación del nuevo estado hizo que no se vieran al principio las deficiencias en transparencia financiera, de gobernanza, de libertades políticas y de representación.

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