Un Diccionario para la PAZ (2)

El cuerpo de la noticia, habitual para este blog, es el mismo del post anterior. Es decir:
Tras el anuncio de ETA de abandonar la violencia armada se abre un nuevo periodo en la convivencia social que, según sea gestionado, dará unos u otros frutos. La cercanía de las elecciones divide a los partidos respecto a la idoneidad o no de incluir este tema en el debate político. Los analistas aventuran caminos para seguir avanzando hacia la verdadera paz y la sociedad, ahogada por los problemas económicos, mira de reojo el tema porque en él también se debate su futuro.


Non solum sed etiam

El desconocimiento de la publicación “Vocabulario democrático 2002 del lenguaje político vasco”(que se puede descargar en el siguiente enlace: http://www.argumentoslibertad.org/vo_introduccion.htm ) me animó a programar una segunda parte de este tema. La cual se ha visto modificada en su texto original tras la aparición (para mí) de esta publicación (gracias al lector que comentó el post anterior). No obstante, creo que el trabajo realizado en el 2002 puede ser perfectamente la base sobre la que retomar este “vocabulario/diccionario para la paz. Incluyendo nuevas “voces”.

Si bien hay muchas expresiones que se analizan y “traducen” en esta obra, creo que se podría ampliar. Por eso, tomando como base la reflexión que me hizo Patxi Meabe, Director del Secretariado Social Diocesano de Donosti, hay que conocer que se entiende por: conflicto; Qué significa pacificación; Qué significa precio político; autodeterminación; Euskadi versus Euskal Herria; qué se entiende cuando se habla de una ”Euskadi Socialista”; qué se entiende cuando se habla de “Consecuencias del conflicto”, que se entiende cuando se habla de “resolución del conflicto”; Qué entienden el Gobierno español y el Gobierno Vasco cuando apelan a “la legalidad vigente”; cuando se habla de “pluralismo democrático”; cuando se habla de “normalización política”; cuando se habla de “enfrentamiento civil”; de “enfrentamiento soberanista”; las “víctimas” y todas sus acepciones; las palabras “perdón”; “reconciliación”; preso político; …
Estos y cientos de conceptos más precisan ser escuchados, anotados, revisados, consensuados y redactados en un Diccionario para la Paz que nos permita a todos hablar el mismo idioma.

Y esa es una tarea a la que dedicar mucho tiempo, quizá una generación.
Si alguien recoge el guante que vaya añadiendo términos a la lista que se empieza en este post, que se revisen los términos publicados en el 2002 y que se plantee una nueva edición “revisada y aumentada”. Porque hoy puede ser muy útil empezar a manejar “un diccionario para la paz”.
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