"Teólogos rebajados a voz de su amo" Correr fuera de la calle

(Ramón Baltar).- El presidente de los obispos alemanes declaró poco después de ser elegido su desagrado por las peleas internas que causan la diferencias de opinión en la Iglesia católica. A los autores e instigadores de la Notificación de la CEE que desautoriza las investigaciones teológicas del profesor Torres Queiruga, el cuerpo les pide guerra.

Diz que para aclarar las consultas recibidas, la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe estudió la "obra literaria" (sic) del teólogo gallego, esfuerzo inútil porque sabían de antemano el resultado. Una lectura corrida del documento permite, aun a los ayunos en la materia, dudar de que hayan logrado su objetivo: las propuestas condenadas lucen una prestancia intelectual de la que carecen las razones contrarias de los inquisidores. A estos les puede más el (re)celo dogmático que no el discernimiento científico.

El cristianismo tuvo éxito en el pasado porque supo presentar su doctrina en las claves culturales propias de cada tiempo y lugar. Pero la interpretación tradicional, destinada al consumo de clientelas con otras visiones del mundo, ya no le dice nada al hombre que vive en la sociedad del conocimiento; de ahí que sea obligado buscar un nuevo paradigma que facilite la actualización del pensamiento teológico. Aunque esto suponga correr el riesgo de "reducir la fe cristiana a las categorías de la cultura dominante", la renuncia a intentarlo pone en peligro la recepción del mensaje.

Choca mucho que Benedicto XVI en su libro sobre la vida de Jesús invite a los expertos a disentir de sus opiniones personales y las oficinas de censura le pidan a estos que se traguen las suyas. Si alguno acertara a levantarle siquiera un error, ¿deberíamos acusar a Ratzinger de proponer novedades que no casan con el Magisterio?

Yerran los que piensan que la Teología no admite avances y quieren rebajar a los teólogos al triste papel de la voz de su amo. Sin su trabajo clarificador, lo de la racionalidad de la fe se queda en un buen titular de prensa.

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