(Manuel Mandianes).- "El hombre es una realidad quebradiza, finita, limitada; por lo tanto el acierto y el error le son connaturales. Pero además, el hombre, aunque sea con matices, es libre para hacer voluntariamente el bien o el mal" (A. Torres Queiruga, Repensar el mal). Esto es lo que explica el mito de Prometeo que quiso robar el fuego a los dioses. La versión bíblica de este mito es él del pecado original que narra como Eva quiso robar a Yavé el conocimiento comiendo el fruto del árbol del bien y del mal. El asesinato de Abel a manos de su hermano Caín es un fruto de esta lucha del hombre por ser como los dioses: tenerlo todo, saberlo todo y ser totalmente libre.
Para leer el artículo completo, pinche aquí