La secretaria de la PCAL presentó el documento para la COP30 Emilce Cuda: "Desarmar discursos  negacionistas y tomar en serio el cambio climático"

Emilce Cuda
Emilce Cuda RD/Captura

La PCAL asume esta iniciativa en respuesta a la solicitud que el 27 de  junio de 2024, el Papa Francisco le hace diciendo: “¡La CAL debe construir puentes de reconciliación,  de inclusión, de fraternidad! ¡Puentes que permitan que el caminar juntos no sea una mera expresión  retórica sino una experiencia pastoral auténtica!”

"Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita su  luz. La humanidad lo necesita como puente para ser alcanzada por Dios y por su amor”

Como los Tres Reyes Magos, estos tres cardenales de las conferencias episcopales de la Iglesia  Católica del Sur Global, siguiendo la estrella Belén nos guían a Belem. Nos traen tres regalos: una  renovada fe en Dios y una firme confianza en la humanidad; el clamor por una nueva justicia  ambiental como forma más alta de caridad; y la certeza de que la esperanza no defrauda.  

Hace seis meses, en esta misma sala el 9 de diciembre de 2024, el CELAM -como Iglesia  Latinoamericana y Caribeña organizada para el Cuidado de la Casa Común, lanza su campaña La  vida pende de un hilo, en relación con las muertes acontecidas como consecuencia de los desórdenes  sociales y ambientales ya advertidos por la Encíclica Laudato Si.  

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En esa oportunidad estuvieron presentes los Cardenales Jaime Spengler de Brasil, Fernando  Chomali de Chile y Carlos Castillo de Perú, acompañados desde la Santa Sede por el Cardenal  Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral; y por mi persona como  Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina. 

Dicha campaña del CELAM, aún en curso, es el trabajo comunitario, silencioso y constante,  de un proceso de conversión ecológica integral de personas, comunidades, organizaciones e  instituciones, no solo de carácter religioso, sino también secular, con la que se intenta llegar al corazón  de creyentes y no creyentes, para que “nuestros pueblos tengan una vida buena y en abundancia”  como dijeron nuestros obispos en Aparecida. 

La presentación hoy de este documento, en el marco de la COP30, es parte de ese proceso en  el cual, desde América Latina, se fueron construyendo puentes comunitarios con las conferencias  episcopales de África y Asia. La PCAL asume esta iniciativa en respuesta a la solicitud que el 27 de  junio de 2024, el Papa Francisco le hace diciendo: “¡La CAL debe construir puentes de reconciliación,  de inclusión, de fraternidad! ¡Puentes que permitan que el caminar juntos no sea una mera expresión  retórica sino una experiencia pastoral auténtica!”.  

Las Iglesia Particulares del Sur Global, conscientes de que “nadie se salva solo” -como nos  enseñó nuestro querido Papa Francisco-, han comenzado a construir puentes como expresión de la  catolicidad que las constituye. Resultado de ese trabajo comunitario, es el documento conjunto que  se presenta hoy al Papa y a la prensa, como anticipo de lo que se presentará en cinco meses en Belem.  El mismo constituye un ejemplo concreto de esa práctica constructora de puentes, propia de la  virtuosa capacidad de organización comunitaria que distingue a las Iglesias Católicas del Sur Global  para superar: la parte, el conflicto, el espacio y la ideología. 

El Papa León XIV en su primer saludo desde la Basílica de San Pedro dice “¡La paz esté con  todos ustedes!”, y nos dice que esa “es la paz de Cristo resucitado, una paz desarmada y una paz  desarmante, humilde y perseverante”. En este contexto de crisis y urgencia ecológica socioambiental,  sus primeras palabras dinamizan aún más a las Iglesias del Sur Global: a desarmar discursos  negacionistas; y a tomar en serio el cambio climático a consecuencia de un sistema de producción y  consumo sin regulaciones éticas. 

“O nos unimos o nos hundimos”, dijo Francisco. Por eso estamos hoy aquí -ustedes  periodistas, y nosotros-, porque como dijo el Papa León en su primer saludo -y ya están repitiendo  altos funcionarios de gobiernos y organismos internacionales-: “Estamos todos en las manos de  Dios”. “Por lo tanto -continúa diciendo-, sin miedo, unidos, tomados de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita su  luz. La humanidad lo necesita como puente para ser alcanzada por Dios y por su amor”.  Como apóstoles misioneros de una Iglesia sinodal en salida iremos a la COP30 a construir esa  paz en medio de esta guerra a pedazos contra la creación, donde mueren muchos y morirán aún más  si no actuamos ya, como advierten los científicos de la ONU. Lo hacemos porque -como dice el Papa  León-, la Iglesia “busca siempre estar cerca especialmente de aquellos que sufren”. Y nuestra gente  está sufriendo porque, en el Sur global, la vida pende de un hilo

Como apóstoles misioneros de una Iglesia sinodal en salida iremos a la COP30 a construir esa  paz en medio de esta guerra a pedazos contra la creación, donde mueren muchos y morirán aún más  si no actuamos ya, como advierten los científicos de la ONU

Gracias por estar aquí, el trabajo de la prensa es parte inseparable de la misión evangélica  porque nos permite llegar a todos-todos-todos. Ustedes, hermanas y hermanos periodistas, caminan a  nuestro lado, me consta. Gracias por su compromiso y por difundir este documento.

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