(Xabier Pikaza).- El tema de ayer (Tres obispos y el sexo...) me ha dejado un regusto agridulce, sobre todo por la presencia o ausencia de ella, que es tan importante como el obispo o el gobernador, como el Papa o la Presidenta de Argentina.
¿Por qué no pensamos en el gozo y dolor de una mujer (esta mujer), empezando por el principio de la Biblia, donde se dice que ella y un hombre se han encontrado para llenar de luz el universo? Los deberes del obispo sólo aparecen al final-final de la Biblia (en 1 Tim y Tito), y siempre en relación con ella, es decir, con la mujer).
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