Primeras moradas

Teresa nos invita a vivir las Primeras moradas:

Si te adentras por las sendas de una verdadera vida espiritual
seguro que no te vas a arrepentir, pero tienes que hacer un esfuerzo
para revisar y abandonar, en su caso,
las ideas e imágenes preconcebidas que tengas
de la religión, la espiritualidad o sobre Dios,
para encontrar las fascinantes sorpresas que te llegarán
en la búsqueda desde tu propio sendero interior.
Sabiendo que Dios te está esperando desde siempre
en el profundo hondón de tu corazón
y en el mundo en el que vives y te rodea.
Dedícate un tiempo cada día para ti mismo,
acéptate con tus errores y tus aciertos,
aprende de tu pasado, ábrete para lo que te prepare el futuro,
pero atiende solo al presente, al hoy que vives.
Celebra la Eucaristía en comunidad,
actualizando la vida, muerte y resurrección de Jesús,
haciéndole presente en los sufrimientos y las alegrías,
en las lágrimas y los gozos de los demás.
Haz el bien, preocúpate de los demás
y no desees ni hagas mal a nadie.
Comienza a adentrarte por las sendas de la oración,
de la meditación, del silencio interior, para aprender a escuchar.
Entra confiado por las sendas que conducen
hacia la Divinidad sin juicios ni prevenciones.
Jesús debe ser tu hermano mayor y guía para llevar
una vida donde prime la ética, el amor y el cuidado hacia los demás.
Espero que cada día te aporte un nuevo sabor para vivir
de una forma más mística, espiritual pero encarnada en la realidad.
El fruto será la renuncia al deseo del dinero, de consumir,
de poder y de dominar a los demás como meta en la vida.
Solo así comenzarás a saborear las mieles de la felicidad.
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