Pasó el día histórico. El revuelo por fin da lugar a los primeros días de trabajo, y el nuevo gobierno de Barack Obama se adapta a otro ritmo de vida. Las primeras decisiones ya han hecho impacto (paralización de Guantánamo, directrices para investigar con células madre, ayudas económicas al aborto). Atrás queda el día en que centenares de miles de ciudadanos contemplaban emocionados a Obama. Un nuevo presidente que incluyó a Dios en su toma de posesión, en un acto en que el famoso lema “One nation under God” fue representado por oraciones, Biblias y discursos muy diversos y variados.
Estados Unidos sigue siendo un interesante ejemplo de intento de equilibrio entre fe y política. Por un lado, la Constitución de 1787 ha marcado desde el principio la separación entre la fe y la política. Pero a la vez, hay pocos países en el mundo que sigan enfatizando tan claramente el interés histórico que muchos ciudadanos han tenido en mencionar y tener en cuenta al Dios de la Biblia.
Esta interesante visión la pudimos ver llevada a la práctica durante la fastuosa inauguración del mandato del Presidente electo Obama, en el National Mall de Washington D.C. Sea o no una representación cercana a la realidad de cómo piensa –y cree- la sociedad americana (esto sería otro debate), las alusiones a Dios durante el acto fueron continuas. Entre ellas, destacamos:
Pasó el día histórico. El revuelo por fin da lugar a los primeros días de trabajo, y el nuevo gobierno de Barack Obama se adapta a otro ritmo de vida. Las primeras decisiones ya han hecho impacto (paralización de Guantánamo, directrices para investigar con células madre, ayudas económicas al aborto). Atrás queda el día en que centenares de miles de ciudadanos contemplaban emocionados a Obama. Un nuevo presidente que incluyó a Dios en su toma de posesión, en un acto en que el famoso lema “One nation under God” fue representado por oraciones, Biblias y discursos muy diversos y variados.
