Esta semana se estrena en todo el mundo la película que muchos van a ver estas Navidades. La brújula dorada es una historia de fantasía, presentada para el público infantil, aunque su argumento está basado en una de las obras más complejas de la literatura contemporánea. Inspirada por el libro Luces del Norte, el film sigue la primera parte de una trilogía del escritor británico Philip Pullman, La materia oscura, que ha creado una mitología que ha fascinado a lectores de todas las edades. La polémica la acompaña desde hace un par de semanas, cuando la Liga Católica de Estados Unidos ha iniciado un boicot, al que se han unido organizaciones evangélicas como Enfoque a la familia, que consideran que es una película especialmente dañina para los niños, por su ataque a la religión.
Como en otras ocasiones, la primera noticia de este debate viene por una campaña de correos electrónicos dirigidos a cristianos, que con una mala traducción del inglés, hablan de este escritor ateo, haciendo un resumen tan peculiar de su obra, como que esta es la historia de una niña que tiene que matar a Dios... Ya es increíble que nos hayamos acostumbrado a criticar una película antes de verla, pero todavía más sorprendente es la extraordinaria solidaridad que muestran ahora muchas instituciones evangélicas norteamericanas, para hacer causa común con el catolicismo, cuando se siente ofendido por las críticas, que condenan la intolerancia religiosa...
Otros como la Sociedad Nacional Secular británica, a la que pertenece el autor, deploran la ausencia de referencias contra la religión en la película de Chris Weitz, que compara en una entrevista con la MTV, a la Autoridad del Magisterio de sus libros, más con un estado como Irán, que con una Iglesia como la de Roma… Los evangélicos sin embargo, se sienten un poco confusos ante toda esta polémica... El presidente de la organización de Chuck Colson ha respondido al ataque de Dobson, diciendo que “si de verdad queremos hablar contra las ideas de Pullman, tenemos que saber de que estamos hablando”, si no queremos que nos traten como ignorantes…