Carta al papa de un sacerdote secularizado  

Por lo menos una ermita

Lo que realmente eché en falta en la encuesta de Sínodo, y que personalmente fue lo que más me dolió y, el verdadero motivo de esta carta, es que se olvidara de miles de familias: Las de los sacerdotes secularizados ¿No va siendo hora de que se tomen en serio? ¿No se lo merecen?

Es triste escuchar de tu hija la pregunta: ¿Soy un sacrilegio? Su curiosidad por conocer, la llevó a encontrarse con libro que fue bastante leído en Alemania durante los años 90: "Sag keinem, wer dein Vater ist. Das Schicksal von Priesterkindern". El título del libro "No digas a nadie quién es tu padre", intenta reproducir la frase con la que las madres despedían a los niños cuando iban a celebrar el cumpleaños a casa de sus amigos o a participar en alguna fiesta. En él se describe cómo muchos cristianos llamaban a esos niños sacrilegio. No creo que hoy se designen de esa manera, pero si creo que siguen siendo tabú, algo de lo que nadie en la iglesia quiere hablar.

Aunque llamar sacrilegio a los niños es terrible, reconozco que un poco menos que los deseos de Pío XII "urantur" mucho más allegados a la hoguera. Y le aseguro que esta situación no es ni mucho menos la más evangélica para ellos. Creo que todos los sacerdotes que han abandonado su ministerio, intentan que sus hijos vivan la fe de forma adecuada. Pero no podemos negar que esos hijos, ven como esa iglesia de la que se les habla ha dejado a sus padres abandonados.

                              Nicolás Puente    

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