¡Cuántos días han ido desgranando su cuenta desde la Pascua Florida , celebrada con gozo!

Amigo en el Señor: nunca olvides aquel pregón lejano. "Por toda la tierra escuchamos su eco, y hasta los confines del orbe llegó su clamor! "
Sí; han transcurrido muchas jornadas desde el domingo de Resurrección, pero debes conectar con el Señor en la Misa del comienzo de la semana. El tiempo es breve. Galopan las horas a lomos de la inconsciencia y pasan los meses lentos, dedicados al servicio que nos proporciona el pan de cada jornada. La pereza y la desgana tal vez hayan comenzado a construir su morada en tu interior. Es necesario prestar atención a nuestra gran esperanza: Jesucristo, vencedor de la muerte.

En el cañamazo de los largos meses y años vas entretejiendo con hilos de oro y plata el bordado de la fe y entrega a tu Dios.
No te desaliente la repetición de etapas monótonas; que nuestra existencia es un caminar hacia la meta eterna.

¿Qué tienes tú que ver en la tierra, sino tratar de amores con el Rey del cielo?
El tapiz de tu laborar diario contiene también fibras de baja calidad. Pero la urdimbre definitiva no ha llegado a su fin.
Todavía puedes corregir y enviar una sonrisa. La alegría serena del otoño confirma la esperanza de la Pascua. Cristo resucitado venció para siempre el dolor y la muerte: Segura es nuestra victoria.

José María Lorenzo Amelibia
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